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El ascenso de Podemos amenaza la inversión en España

No deja de sorprender que un partido político con apenas diez meses de vida, producto del descontento por la corrupción y las medidas de austeridad para salir de la crisis, como Podemos se haya ganado no sólo un puesto importante en las encuestas de intención de voto en España, sino también cada vez más atención en las mesas de operaciones internacionales por sus inciertas consecuencias en el mercado.

Según el último sondeo sobre estimación de voto del Centro de Investigaciones Sociológicas, el partido izquierdista Podemos conseguiría el 22,5% de los sufragios, por detrás del gobernante Partido Popular, con el 27,5%, y del Partido Socialista Obrero Español, con el 23,9%. Ese resultado le mete de lleno en la batalla para ganar las próximas elecciones generales en España que se celebrarán aproximadamente dentro de un año, después de obtener cinco de los 54 escaños españoles al Parlamento Europeo en las elecciones europeas del pasado mayo, batiendo las expectativas.

Muchos economistas y analistas ven en su controvertido programa político –que incluye reducir la edad de jubilación a los 60 años, reestructurar el resto de la deuda, nacionalizar sectores estratégicos, establecer una renta básica universal, dar marcha a atrás a los procesos de privatización y a la reforma laboral, entre otros asuntos– un riesgo para la economía española y, por tanto, para su capacidad de atraer inversión extranjera.

Para Patrice Gautry, economista jefe de Union Bancaire Privée, “no es un programa para un gobierno realista futuro, sino más bien la manera de canalizar críticas, descontentos y revivir el populismo contra gobiernos pasados”.

Por ello, asusta a muchos operadores que ese intento de Podemos de extirpar todo el mal causado a los ciudadanos por la “casta” política acabe dañando seriamente la economía española y provoque una desbandada de inversionistas.

“La debilidad de la eurozona es la principal causa de preocupación para las bolsas europeas, así que, por su implicación, Podemos es un riesgo para el IBEX-35”, indica Jasper Lawler, analista de CMC Markets. De hecho, afirma que apostar por España “ahora es más complicado” porque o bien se invierte por el fruto de las reformas estructurales emprendidas o se retiran fondos del país porque ha aumentado el riesgo político como resultado de dichas reformas.

Un riesgo político que para algunos, como Ioan Smith, director general de KCG Europe Ltd, incluso se ha confundido. “El mercado ha estado solamente centrado en el problema de Cataluña cuando debería haber prestado más atención a la explosión del apoyo a Podemos”, comenta. En su opinión, incluso si no forma parte de un futuro gobierno, un sólido resultado de Podemos en los próximos comicios dificultaría más la formación de un gobierno estable, lo que limitaría los ajustes y las reformas necesarias.

“Es inevitable un gran cambio político en la eurozona y Podemos podría todavía provocar tanta agitación política como el Movimiento 5 Estrellas de Grillo en Italia, con el consiguiente incremento de la prima de riesgo española”, añade.

Más concretamente, si las encuestas siguen revelando avances de la formación liderada por Pablo Iglesias poco a poco irá pesando en el ánimo de los inversionistas extranjeros y provocará subidas aisladas de la prima de riesgo y algunas fases de peor comportamiento relativo de la bolsa española respecto a otras europeas, explica Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS. “Si se llegara a un escenario de ingobernabilidad, ahí sí que la tensión en los mercados financieros sería mucho más grave e incluso podría estar en riesgo la recuperación económica”, vaticina.

Pero antes de ese hipotético escenario extremo, por ahora la realidad es que el resultado del sondeo del CIS no ha desatado, ni mucho menos, la zozobra en el IBEX-35, que el miércoles cerró con una subida del 1,2%. “Creo que las elecciones están muy lejos para que las encuestas tengan un impacto significativo en el mercado en este momento”, dice Michael O’Rourke, estratega de JonesTrading. “Mientras tanto, desde una perspectiva global, los inversionistas esperan que un Banco Central Europeo más agresivo y un debilitamiento del euro impulsen las economías europeas, incluida la de España”, añade.

Además, advierte Gautry, de UBP, como ya se ha visto en el caso de los comunistas griegos de Syriza, las encuestas siempre han sido más favorables a estos partidos extremistas para mostrar el descontento con las medidas de austeridad, aunque también son erróneas a la hora de predecir los resultados de las elecciones. “Esto suele obligar al partido gobernante a adoptar medidas para satisfacer votantes específicos”, señala.

Y hay que tener en cuenta una realidad que suele repetirse con frecuencia en las elecciones: al final, el español, cuando va a votar, piensa más en el bolsillo que en las revoluciones del sistema, aunque en las encuestas diga otra cosa.

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