Las perspectivas de cambio en el País Vasco está poniendo «nerviosos» no sólo a los políticos del régimen nacionalista, sino a todos los que vienen actuando dentro de las instituciones como instrumentos orgánicos del régimen; desde los medios de comunicación a las empresas públicas, pasando por las diferentes consejerías y todo tipo de instituciones económicas, culturales o ciudadanas. Aunque es especialmente significativa la reacción de la televisión pública vasca.
Comentaristas y tertulianos de la EITB, en las dos cadenas, EITB2 y EITB1, en los rogramas en castellano o euskera, en los espacios informativos, de humor, de sociedad o cualquier otro tipo, se han dedicado desde la noche electoral a amplificar los argumentos y supuestos derechos del PNV a seguir gobernando Euskadi, salvo que se quiera llevar al País Vasco a una cadena de desgracias.Presuponen que la sociedad vasca es “nacionalista”, sumándose los proetarras que no votaron o votaron nulo y el “derecho” del PNV a poner al lehendakari (Ibarretxe por supuesto) “por ser la fuerza más votada”. A partir de ahí anuncian la pérdida del apoyo del PNV a Zapatero; advierten “de la factura que cobrará el PP”, del “cuidado que nos querrán cambiar la política de educación y lingüística”, o de cómo van a hacer una política contra la crisis si “esos dos partidos, PP, PSE, no coinciden en nada”, etc.Con la reacción de los tertulianos y comentaristas orgánicos del régimen se hace aún más evidente cómo la EITB ha sido el altavoz del nacionalismo étnico y excluyente, que empezó por excluir a todos los que no estaban dispuestos a ser instrumentos orgánicos del régimen (periodistas como José María Calleja que dirigió los informativos) según el libro de estilo de EITB, “no escrito pero que existe y todos conocen”, como decía recientemente una periodista que no se atrevía a identificarse. Libro de estilo por el que no se podía utilizar la palabra “terrorista” o la palabra “España”, porque incluso los ordenadores se formatean para ello.Sin duda que la EITB es una de las primeras cosas que el nuevo gobierno tiene que cambiar.