Progresión de la gripe

El abismo porcino

La información es vital para hacer frente al creciente peligro de pandemia. Algunos expertos ya dan por hecho que tras la confirmación de casos en España la expansión ya es imparable. Sin embargo, la virulencia genéticamente escrita del microorganismo no explica por si sola la forma en que se expande la enfermedad y sus consecuencias.

Ayer decíamos en estas mismas áginas que “sólo unas pocas de las muestras de secreciones faríngeas que se han enviado a laboratorios estadounidenses o canadienses han dado positivo para la gripe porcina H1N1”. Hoy, el secretario de Salud de México, José Ángel Córdova, acto seguido de anunciar que el número de fallecimientos por gripe en el país se eleva a 149, indica que se debe todavía confirmar cuántos de los casos de pneumonía con resultado de muerte son debidos a la gripe porcina. De la cifra que dábamos ayer de 1.600 casos de gripe severa sospechosos, a los que había que sumar los 103 fallecidos desde que se inició el brote, hoy ya hemos pasado a 1.995 sospechosos (776 siguen ingresados) y 149 muertos. No obstante, hay que confirmar todavía si el causante de las neumonías mortales fue el N1H1. Al tiempo que la OMS ha subido de 3 a 4 el nivel de alarma, el ministro de Educación mejicano ha anunciado la suspensión de las clases a nivel nacional. Si hasta ahora esta medida se había tomado en tres de los 32 estados (Distrito Federal, el Estado de México y San Luis Potosí), ahora la medida es general. Ayer, en estas mismas páginas, nos preguntábamos, como mucha otra gente se pregunta, “¿por qué el mismo virus parece estar actuando de forma tan diferente en Méjico y en los EEUU o Canadá. En Méjico se han declarado 120 muertes… (ahora ya vamos por 149)… en los otros dos ninguno. En un sitio hay un número alto de casos severos, en los otros son relativamente leves todos ellos. Por tanto, ¿por qué estas diferencias?”. Se rumoreaba que algunas de las víctimas mejicanas eran adultos jóvenes sanos (la población de riesgo de la gripe común son viejos y niños) para remarcar la agresividad de la cepa vírica. Pero a ese rumor hay que darle un valor relativo. La información que falta pesa más que la que se tiene. Precisamente hoy, la editorial del rotativo mejicano La Jornada resaltaba la falta de transparencia de las autoridades a todos los niveles. Sin embargo, una estremecedora crónica de El Universal pone al desubierto el abismo social que abre las entrañas del país azteca y que a su vez separa a éste del imperio vecino. A medida que progresa la enfermedad, se abre el abismo social bajo sus pies en cuanto a las consecuencias para cada uno de los países y la población de cada uno de ellos. El control de la información es vital para dar una u otra visión de la naturaleza del problema. En cuanto a la información, “los encargados de la salud pública han omitido proporcionar datos concisos y oportunos sobre las personas fallecidas, como edad, género y condiciones de salud previas, información que resulta de suma relevancia para explicar el desenlace fatal de muchos de los casos que se han registrado en el país”. Se queja de que no se hayan proporcionado las coordenadas geográficas de las muertes y los brotes de la enfermedad para que la gente pudiera evitar los focos. En cuanto al corazón del problema, el que subyace la opacidad y la intoxicación informativa, el abismo social, consiste en que los planes preventivos funcionan a un tanto por cien en la ciudad, en el resto del país lo que funciona es una pobreza extrema y una pésima atención a la salud de la población. Zonas donde a los políticos se les espera sólo en época electoral, porque ahora no mandan ni mascarillas, donde se afirma que “esa historia (la de la gripe porcina) que difunden nuestros gobernantes suena tan falsa como la del Chupacabras… aquí no hay nada de cubrebocas, o que si la higiene; aquí, señor, la pobreza es más dura que cualquier enfermedad, y esa nos va matando día a día”. El secreto de la virulencia del virus no reside sólo en sus características genéticas.

Deja una respuesta