Manolo es miembro del Grupo Economí­a de Acampada Sol

El 15-M se consolida

Después de poco más de un año de gobierno del PP y año y medio de surgimiento del 15-M, abordamos lavaloración de la situación con un miembro del Grupo de Economí­a de Acampada Sol.

¿Crees que ha avanzado la respuesta popular en el 2012, la capacidad de movilización social y de respuesta?

La capacidad de movilización social ha avanzado, la gente no puede quedarse quieta ante agresiones tan fuertes. Es interesante la incorporación a la movilización de sectores que antes no estaban, y que incluso se han considerado más cercanos a posiciones conservadoras, como la magistratura, el sector médico, o los rectores de las universidades. No son sectores con tradición de movilizaciones, pero el desastre que ha provocado este gobierno ha generado su respuesta.

También los sindicatos mayoritarios, que han tenido un periodo de cierta pasividad al vivir en una buena situación, han dado un paso adelante convocando huelgas generales, lo que va a facilitar una convergencia de las movilizaciones.

¿Crees que caminamos hacia un movimiento cada vez más unitario?

Yo creo que sí. Ya ha habido varios intentos porque es una necesidad que todo el mundo valora. Hemos visto como se convocan, a través de las redes sociales, la formación de estructuras unitarias, como en el caso de las mareas, que han sido formas de movilización muy transversales y participativas, en la Enseñanza, en la Sanidad… No sabemos cómo se concretará o cuál será la propuesta que pueda unir a todos los sectores.«El 15-M va en la línea de un compromiso de transformación profunda del sistema»

¿Cómo valoras los pasos dados por la Cumbre Social?

Bueno, por un lado no me parece mal que los sindicatos hayan asumido su papel sociopolítico más allá del meramente laboral.

En el Grupo de Economía hay una valoración crítica. No había confianza en que esos sindicatos estuvieran realmente en una posición transformadora. La verdad es que en el último periodo se han elaborado desde el movimiento propuestas y alternativas que demuestran que hay que ir bastante más allá de los meros retoques. Desde esta crítica se decidió no participar. Ya veremos cómo evoluciona, porque si se quiere que haya una gran unidad que permita la acumulación de fuerzas necesaria, mi opinión es que tendrá que haber gente con una posición muy avanzada y otra con menos. No se trata solo de reunir “vanguardias”, claro.

Entonces, ¿crees que hay que seguir haciendo esfuerzos por unir a todos los sectores más allá del ámbito ideológico exclusivamente de la izquierda?

Más que ideológicos, entiendo que hay que unir a los sectores populares. Nosotros lo que hemos hecho es aprender de gente y de la experiencia con nuestra propia práctica, y eso nos ha llevado a elaborar propuestas que afectan al fondo y al conjunto del sistema. No creemos que podamos volver a la situación previa a la crisis, porque nos llevaría de nuevo a sucesivas crisis. Pienso que, aunque no hay que limitarse ideológicamente, sí que el 15-M va en la línea de un compromiso de transformación profunda del sistema. Nuestras propuestas van en la línea de lo que tradicionalmente se conoce como izquierdas.

Te lo preguntaba por la amplitud de movimientos y sectores que pueden incluirse en la respuesta. Cada vez es más importante incluir a sectores que aunque no compartan muchos de los puntos de una alternativa de izquierdas, sí se pueden tener muchos puntos de unidad.

Creo que se dan respuestas en varios niveles. Que es bueno que se unan o coordinen grupos de mayor afinidad y que también se busquen en otras instancias mínimos comunes para incluir a mucha más gente y grupos que, no compartiendo todos los objetivos finales, pueden hacer parte del recorrido.

Las cosas no son estáticas y la gente también tiene derecho a evolucionar y adquirir conciencia en esa movilización unitaria. El enemigo es muy poderoso y necesitamos arrancar de sus garras a mucha gente que objetivamente debería estar con el pueblo pero no lo está. Las reivindicaciones concretas ayudan a eso.

Pero la unidad se debe dar…

Claro, porque cada una de las protestas tiene importancia, pero el gobierno está enrocado en una posición muy fuerte y no cede. La solución tendrá que venir cuando la unidad de todas estas propuestas y luchas adquiera una nueva dimensión.

Y se debe dar también en el terreno político, tal y como está pasando en Grecia, donde ya las encuestas dan el gobierno a Syriza. ¿Crees que es necesario un proceso de “syrización política” en España?

La situación en Grecia es producto de unas enormes movilizaciones sociales, no surge de la nada. Es un proceso de acumulación de fuerzas que se está dado también en este país. Claro que sería deseable que una fuerza, con el contenido serio y transformador que tiene Syriza, sea alternativa real de poder. Lo que está claro es que al movimiento 15-M no le corresponde ser un partido y hasta ahora todas las iniciativas en esta dirección están siendo rechazadas. Ha aparecido un Partido X y muchos entendemos que es una maniobra de marketing para intentar arroparse en el prestigio del 15-M para que alguien se lo apunte. «Necesitamos arrancar de sus garras a mucha gente que objetivamente debería estar con el pueblo»

Para construir una alternativa tipo Syriza tendrá que estar mucha gente. IU parece que está planteando cosas en esa dirección, con un marco social muy amplio, pero no sé si realmente serán capaces de aglutinar todo lo que se mueve.

Desde luego, de una u otra manera, eso tiene que salir. No me preocupa de quien sea el protagonismo.

A lo largo del 2012 se ha ido radicalizando la denuncia de los responsables, pasando de hablar “de los mercados” y de señalar solo a los políticos, a denunciar el papel de la Troika, los intereses del FMI y Berlín. ¿Crees que hay una clara maduración, en este sentido, de la conciencia de la gente, de la claridad sobre a quién nos enfrentamos?

Sí (aunque aún queda mucho camino), porque nada educa más que la propia movilización. Es cuando te das cuenta de quién está detrás. Por ejemplo, la gente se moviliza por los recortes en Sanidad, y cuando algunos hacen propuestas alternativas que permiten ahorrar, el gobierno de la Comunidad dice que no. Esto pone de manifiesto el carácter del poder, que no quieren ahorrar sino privatizar.

Lo que pasa con la banca es de escándalo. Es evidente que no todo el mundo tiene acceso a la información, pero cuando se dice que no hay dinero para una cosa y sí lo hay en cantidades astronómicas para rescatar a la banca después de haberse cargado a las cajas de ahorro para regalárselas… Se está demostrando que es un poder tal el que tienen, que son capaces de arrodillar gobiernos. La banca es un servicio público demasiado importante y peligroso como para dejarlo en manos de los especuladores. La banca debe ser pública.

Y estos poderes están aquí y en Europa. El BCE está regalando el dinero a los bancos al 1%, mientras con la otra mano la banca le presta el dinero al Estado al 4% o más. Es otro ejemplo en que se ve que el gobierno de España y de Europa no nos representa sino que es un representante del poder oligárquico y de la banca.

Otro ejemplo actual: el Banco de España ha forzado al sistema bancario a limitar el rendimiento de los depósitos a un año al 1.75%. ¿Dónde está entonces la libre competencia que proclaman? No limitan las comisiones, ni lo que cobran por un crédito. Lo que limitan es el dinero del pequeño ahorrador. El gobierno representa al sector financiero y no a la ciudadanía.

El 2013 va a ser el año de los recortes en las pensiones, un botín de gran importancia estructural para los grandes fondos de inversión. El FMI ha dictado las prioridades y parece que el gobierno las está ejecutado pies juntillas…

Pues parece que sí, Ese es el gran bocado. Mi opinión personal es que el sector financiero y los principales sectores económicos, que han provocado la crisis, saben que se están pasando y que se necesitan políticas de estímulo, y así lo dice ya hasta el FMI ¿Por qué no las aplican?, porque necesitan tiempo para comerse una buena parte del sector público, eliminar derechos, y pegar un importante bocado a las rentas salariales. Eso ya no piensan recuperarlo cuando salgamos, eventualmente, de la crisis. Se le podría preguntar a Rajoy si cuando vuelvan a tener beneficios los bancos, ese dinero se distribuirá para reflotar la Sanidad tal y como la teníamos. Están acelerando la máquina de las privatizaciones para reforzar el poder de esa minoría.«Si no hay un pueblo detrás de las acciones del gobierno, las conquistas se pierden»

Los referentes durante este año han sido muchos, desde Grecia a Islandia, a toda Iberoamérica… a parte de todas las exigencias de regeneración democrática, ¿crees que cada vez es más evidente la necesidad de un gobierno que coja como clave la defensa de los intereses del país y sus ciudadanos frente a las imposiciones del FMI y Berlín?

Sí, pero ese gobierno ya no vale que tutele a la sociedad, por muy buenas iniciativas y deseos que tenga. Hemos entendido, a través de las muchas experiencias transformadoras, que si no hay un pueblo detrás participando y tomando el control de cada una de las acciones del gobierno, esa democracia está en el aire, y cualquier conquista, igual que se gana, se puede perder. Si esto, además, no es constante, los cambios serán pequeños. Por eso es importante tener alternativas y propuestas concretas transformadoras, pero también hace falta una concepción profunda de la democracia. Tan importante es una cosa como la otra, porque los grandes poderes tienen más capacidad de influir en un gobierno que esté aislado de la sociedad. Es imprescindible conquistar el gobierno para desde él tomar medidas de participación y regeneración democrática.

El 15-M ha alcanzado una fase de estabilidad y desarrollo de estructuras de participación y de generación de alternativas. Frente a los constantes climas de opinión sobre su “debilitamiento” o “disolución”, ¿cómo valoras la situación actual del movimiento?

Muy bien. El problema es que mucha gente ha pretendido comparar la situación del 15-M hoy con la del momento de estallido inicial. Hay que entender que aquello fue algo excepcional que vino a responder a una necesidad después de un periodo largo sin movilizaciones. No olvidemos que desde el punto de vista mediático se veía con cierta “gracieta”, y muchos sectores, a medida que el 15-M se ha consolidado y ha demostrado no ser un movimiento “hippie” – con todo el respeto y para que nos entendamos-, han cambiado su actitud. El 15-M se consolida en propuestas y en forma de actuar.

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