“Irán está jugando con fuego” Así de amenazante suena el mensaje que Trump colgó en Twitter poco antes de anunciar sanciones económicas contra Irán, como respuesta a la prueba de un misil balístico por parte de Teherán.
Las sanciones implican la congelación de cualquier activo que puedan tener en EEUU una docena de empresas e individuos y la prohibición a las empresas norteamericanas de establecer intercambios con ellos.
Trump sólo ha necesitado esta prueba para establecer la nueva línea de fuerza con Irán. Más allá de las sanciones económicas, el nuevo mandatario declaraba: “Yo no seré tan amable” como lo fue el presidente Obama, “ninguna opción está fuera de la mesa”.
Mientras, su asesor de Seguridad Militar, Michael Flyn, otro general retirado, que está en contra del acuerdo militar firmado con Irán por Obama (“son unos acuerdos débiles”) y considera a Irán su principal enemigo en la región y la principal amenaza en Oriente Medio, advertía: “Ponemos a Irán oficialmente sobre aviso” y Estados Unidos no “tolerará su conducta desestabilizadora”.