«La economía global, muy dada a buscar siglas y agrupaciones, ha encontrado un término más amable para los PIGS o periféricos de la zona euro. España, Grecia, Portugal e Irlanda han sido bautizados por el FMI como los Euro Area 4 o EA4. Un término anecdótico, si no fuera porque el país que ahora se equipara a los ángeles caídos del euro aspiraba hace diez años a entrar por méritos propios en el G8.»
En cualquier momento, el teléfono uede volver a sonar en La Moncloa desde Berlín o Washington. Los círculos empresariales y extra oficiales de la Casa Blanca “esperan un nuevo plan de reformas de verdad en España”, señala Ricardo Martínez Rico, presidente ejecutivo de Equipo Económico. El asesor para Europa de la US Chamber of Commerce (principal patronal americana) admite a este diario que existe una dicotomía sobre la imagen de España en Estados Unidos. Por un lado, se valora de forma “muy positiva” el desempeño de las empresas nacionales que han asaltado con éxito el mercado de la primera potencia mundial. Sin embargo, existe una preocupación importante por la salida que España consiga dar finalmente a la crisis. (EXPANSIÓN) EL MUNDO.- LA MAREA de protestas que ha inundado las redes sociales y que se ha traducido en concentraciones en las principales ciudades españolas ha puesto sobre el tapete la existencia de ese malestar larvado contra la clase política que vienen constatando encuestas como las del CIS. Muchos ciudadanos se sienten hoy frustrados por la incapacidad de sus dirigentes a la hora de resolver los problemas, con el agravante de que les ven, además, como una casta privilegiada, preocupada por preservar sus prebendas antes que por buscar el bien general en un país que se desangra por la crisis. Lo novedoso es que ese enfado ha sido canalizado a través de internet, al margen de los partidos y de los sindicatos. EL CORREO.- Varias ciudades españolas -Bilbao entre ellas- están siendo estos días escenario de manifestaciones, algunas muy concurridas, en protesta por lo que los participantes denuncian como mala calidad de nuestra democracia y ante la falta de expectativas que hoy perciben la sociedad española en general y la juventud en particular. Pese a que ha irrumpido casi por sorpresa, a nadie debiera extrañar esta reacción. La corrupción y la profesionalización (en el peor de los sentidos) han provocado un distanciamiento entre la clase política, a la que se percibe como una casta aparte, y una ciudadanía cansada de cargar con las consecuencias más duras de la recesión. Opinión. Expansión Estados Unidos espera un programa de reformas “de verdad” para España D. Gracia Círculos empresariales y extraoficiales de Washington creen que son necesarios más cambios de calado en la economía española. El FMI, entre otros, también lo ha demandando recientemente. El arresto del director gerente del Fondo Monetario Internacional por un presunto intento de violación ha llegado en el peor momento para Europa. Justo cuando los socios del euro ultiman los flecos del rescate a Portugal y comienzan a admitir que habrá una reestructuración (“suave”) de la deuda griega. Pero a su vez Dominique Strauss Khan ha logrado, de rebote, distraer la atención sobre España. Y en un punto no menos decisivo: cuando el Gobierno y la oposición andan más pendientes del resultado electoral que de las reformas que todavía reclaman los mercados para salir de la zona de peligro. La economía global, muy dada a buscar siglas y agrupaciones, ha encontrado un término más amable para los PIGS o periféricos de la zona euro. España, Grecia, Portugal e Irlanda han sido bautizados por el FMI como los Euro Area 4 o EA4. Un término anecdótico, si no fuera porque el país que ahora se equipara a los ángeles caídos del euro aspiraba hace diez años a entrar por méritos propios en el G8. En cualquier momento, el teléfono puede volver a sonar en La Moncloa desde Berlín o Washington. Los círculos empresariales y extra oficiales de la Casa Blanca “esperan un nuevo plan de reformas de verdad en España”, señala Ricardo Martínez Rico, presidente ejecutivo de Equipo Económico. El asesor para Europa de la US Chamber of Commerce (principal patronal americana) admite a este diario que existe una dicotomía sobre la imagen de España en Estados Unidos. Por un lado, se valora de forma “muy positiva” el desempeño de las empresas nacionales que han asaltado con éxito el mercado de la primera potencia mundial. En sectores tan competitivos como las energías (Abengoa, Iberdrola, Gamesa), las finanzas (BBVA, Santander), las infraestructuras (OHL, CAF, Talgo, Acciona, Cintra, ACS) o la alimentación (Freixenet o Torres). Sin embargo, existe una preocupación importante por la salida que España consiga dar finalmente a la crisis. Sobre todo porque las empresas, para seguir siendo competitivas en el exterior, requieren un entorno doméstico más estable. Después del 22M Las elecciones de este domingo deberían suponer un punto y seguido en el camino de reformas. Principalmente de dos que no admiten más retrasos: la primera, la reforma de la negociación colectiva. La segunda, una solución más creíble a los problemas de déficit y deuda de las administraciones autonómicas y locales. EXPANSIÓN. 18-5-2011 Editorial. El Mundo Reformas sí, pero sin patadas al tablero LA MAREA de protestas que ha inundado las redes sociales y que se ha traducido en concentraciones en las principales ciudades españolas ha puesto sobre el tapete la existencia de ese malestar larvado contra la clase política que vienen constatando encuestas como las del CIS. Muchos ciudadanos se sienten hoy frustrados por la incapacidad de sus dirigentes a la hora de resolver los problemas, con el agravante de que les ven, además, como una casta privilegiada, preocupada por preservar sus prebendas antes que por buscar el bien general en un país que se desangra por la crisis. Lo novedoso es que ese enfado ha sido canalizado a través de internet, al margen de los partidos y de los sindicatos, y reúne a un grupo heterogéneo de ciudadanos cuyo denominador común es el inconformismo. La movilización del 15-M, que llevó a la calle a miles de personas en todo el país convocadas por grupos como Democracia Real YA, Juventud sin Futuro o nolesvotes, prácticamente desconocidos hasta ese momento, debería llevar a reflexión a los principales partidos. No para sacar rédito, como han hecho las fuerzas de izquierda -que ayer se apresuraron a lanzar sus redes en ese potencial caladero de votos a cinco días de las elecciones- sino para tratar de subsanar el déficit democrático que se denuncia. «Apoyamos este movimiento de rebeldía e indignación porque somos parte de él», dijo Cayo Lara, en un evidente intento por capitalizar el movimiento desde IU. Los socialistas también intentaron salir al encuentro de estos ciudadanos: «Me identifico con sus reivindicaciones», dijo Tomás Gómez, mientras Lissavetzky pidió «escucharles, entenderles y atenderles». No son los únicos que han visto la posibilidad de ganar con las protestas. En Madrid, grupos antisistema causaron el domingo por la noche destrozos en el mobiliario urbano del centro de la ciudad y agredieron a varios policías, por lo que se practicó una veintena de detenciones. Es cierto que quienes apoyan la movilización pacífica de estos días han configurado un programa utópico y, en algún caso, incompatible con una democracia liberal moderna. Ahora bien, ponen el dedo en la llaga de la atrofia en el acceso a la participación política de un sistema que los partidos han convertido casi en un coto privado. En el caso de Democracia Real YA, sorprende lo anticuado de sus iniciativas tras haber surgido de algo tan nuevo como las redes sociales. Propugna mayor gasto público y más impuestos; en definitiva, más Estado y menos sociedad. Lo que bulle estos días en el ambiente es desencanto e insatisfacción. Pero hay que valorar el fenómeno en su justo término. En parte, está retroalimentado por la propia condición mediática de los protagonistas de la protesta. Y sería absurdo, como plantean algunos, tratar de crear una dinámica tipo Plaza Tahrir en la Puerta del Sol. La Policía tiene que impedir la ocupación de los espacios públicos si ésta pretende prolongarse en el tiempo. La respuesta de los políticos debería ser acometer cambios, demostrar que son parte de la solución. Por eso Rajoy haría bien en retomar la agenda reformista. Desde luego, apoyar listas como las que lidera Camps, a quien anoche respaldó en Valencia, no es el camino. Su defensa del sistema habría sido más creíble con alguien al lado como Bauzá, que en Baleares ha vetado a todos los imputados de las listas. Sí hizo bien Rajoy al salir en defensa de la democracia formal, representativa, que con todos sus defectos ha sido la causa del éxito de España. «Lo fácil es descalificar a la política y los políticos», aseguró, desmarcándose así de los coqueteos del PSOE hacia los colectivos que pretenden tomar la calle y que podrían ser un elemento de distorsión en la jornada electoral. Nuestra democracia necesita una revisión y puesta a punto, pero desde la serenidad, no desde la agitación. EL MUNDO. 18-5-2011 Editorial. El Correo Irritación ciudadana Varias ciudades españolas -Bilbao entre ellas- están siendo estos días escenario de manifestaciones, algunas muy concurridas, en protesta por lo que los participantes denuncian como mala calidad de nuestra democracia y ante la falta de expectativas que hoy perciben la sociedad española en general y la juventud en particular. El movimiento que ha organizado estas protestas bajo el lema ‘Democracia real ya’, nacido al socaire de la crisis y propagado a través de las redes sociales, tiene como inspiración el libro ‘Indignaos’, del escritor francés Stèphane Hessel, antiguo miembro de la Resistencia francesa que insta a los ciudadanos a rebelarse contra la mediocridad de la clase política y a adueñarse de su propio futuro. Pese a que ha irrumpido casi por sorpresa, a nadie debiera extrañar esta reacción si se tiene presente que en repetidas encuestas del CIS los políticos son señalados por los ciudadanos españoles como el tercer problema del país, solo por detrás del paro y la crisis económica y por delante, por ejemplo, del terrorismo. La corrupción y la profesionalización (en el peor de los sentidos) de una actividad que debiera estar guiada por la generosidad y la voluntad de servicio han provocado un distanciamiento entre la clase política, a la que se percibe como una casta aparte, y una ciudadanía cansada de cargar con las consecuencias más duras de la recesión. La irritación es comprensible y legítima, pero debe ser manejada con cuidado. Junto a los sectores sociales más conscientes pueden marchar extremistas que no pretendan perfeccionar la democracia sino socavar sus pilares. Las llamadas a la abstención y las críticas al sistema -y no solo a los encargados de gestionarlo- han sido históricamente caldo de cultivo para movimientos y caudillajes que de ningún modo podrían identificarse con el llamamiento de Hessel. Vale, pues, recordar la paradoja de Churchill: «La democracia es el peor de los regímenes políticos,… a excepción de todos los demás». Nuestros políticos tienen la tarea urgente de regenerar el único sistema defendible y convencer a unos ciudadanos hartos de corrupción y de incompetencia de que esta es una democracia ‘real’. EL CORREO. 18-5-2011