Tras el reconocimiento de Juan Guaidó como «presidente interino» y la ruptura total de relaciones con el gobierno de Maduro, Washington ya ordenó la evacuación de sus diplomáticos, pero había dejado a un «cuerpo técnico» en la embajada. Ahora, mientras se recrudece el cerco militar y crece el peligro de que el Pentágono tome la «opción militar» contra Venezuela, el gobierno de Trump ha ordenado el desalojo total de la sede diplomática en Caracas.
“Esta decisión refleja el deterioro de la situación en Venezuela, así como la conclusión de que la presencia de personal diplomático en la embajada se ha convertido en un obstáculo para la política estadounidense”, afirmó en un comunicado el secretario de Estado de EEUU (y antiguo jefe de la CIA), Mike Pompeo.
Este hecho tiene dos lecturas. Por un lado significa una constatación de que EEUU y la oposición derechista y pronorteamericana con Juan Guaidó a la cabeza han fracasado en su primer asalto. Las expectativas iniciales de los centros de poder hegemonistas eran que, con la autoproclamación golpista de Guaidó como «presidente encargado» y el reconocimiento del mismo por las principales potencias occidentales, una buena parte del Ejército venezolano desertaría o se pasaría al bando sedicioso, y que el régimen de Maduro caería en pocos días. Tal cosa no ha pasado, es más, el gobierno bolivariano ha demostrado que cuenta con una base social de 6-7 millones de chavistas dispuestos -a pesar de cierta desafección a Maduro- a cerrar filas ante una intervención imperialista.
El desalojo total de la embajada yanqui en Caracas no estaba contemplada en los planes de Trump, que se refirió a Maduro hace semanas como “expresidente”. “Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas con Venezuela y las llevaremos a cabo a través del Gobierno interino de Guaidó, que ha invitado a nuestra misión a permanecer en Venezuela”, dijo entonces Pompeo. Han tenido que recular.
Pero por otra parte, no se puede ocultar la amenaza velada de las declaraciones de Pompeo al afirmar que la presencia de funcionarios estadounidenses en la embajada supone un “obstáculo” a la estrategia de Washington. ¿Un obstáculo para la próxima -y más agresiva- fase del plan golpista?
Mientras retira sus fuerzas de «intervención diplomática», EEUU concentra efectivos y recursos militares en torno a Venezuela. El Pentágono ya ha desplegado al menos 2.200 marines, aviones de combate, tanques, y dos flotas con portaaviones frente a las costas del país. Y todo parece indicar que se está haciendo efectivo el envío de 5.000 efectivos militares norteamericanos que John Bolton -consejero de seguridad nacional de Trump- mostró en su libreta ante la prensa.
COMANDANTE Eterno dice:
El lobby de las Costas no conseguirá nada de Mr Trump. ¿Para qué incendiar Latinoamérica en una escalada que comprometería la paz de terceros y cuartos países del Continente, como en un dominó y un boomerang tal vez? Maduro se queda hasta que lo echen democráticamente dentro de los periodos electorales demarcados por la Ley venezolana; es decir, que le quedan años de gobierno.