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EEUU debe dejar de fabricar crisis

http://usa.chinadaily.com.cn/opinion/2013-10/10/content_17019195.htm

Las perspectivas de un menor crecimiento mundial previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) deberían convertirse en una cuestión de urgencia para que los políticos de EEUU dejen de fabricar crisis.Cinco años después del inicio de la crisis financiera mundial provocada por la quiebra de Lehman Brothers, es lamentable que EEUU esté poniendo la frágil recuperación global bajo renovada amenaza con su alucinante lucha política interna.El FMI recortó el martes su pronóstico de crecimiento mundial al 2,9 por ciento este año y 3,6 por ciento para el próximo año. Una previsión de crecimiento para este año de 0,3 puntos porcentuales por debajo, y el próximo año 0,2 puntos porcentuales menos, que la proyección de julio.De hecho, la desaceleración del crecimiento en las principales economías emergentes, así como de los prestamistas mundiales con sede en Washington, contribuirá a una caída del crecimiento mundial en los próximos años. Ambos problemas coyunturales y estructurales de estas economías están exigiendo reformas inmediatas y audaces para lograr un crecimiento más sostenible.Sin embargo, cuando los ministros de Finanzas y banqueros centrales se reúnan en Washington esta semana para discutir temas de crecimiento mundial, serán afortunados si su atención no está demasiado distraída por el cierre del gobierno EEUU. Las molestias causadas por el cierre pueden ser, sin embargo, la menor de sus preocupaciones. Como elefante en una cacharrería, la idea una vez inconcebible de que EEUU deje de pagar su deuda, con los consiguientes trastornos del dólar, tendrá que ser reconocida.Como mayor economía del mundo y sede de la moneda de reserva global, EEUU seguramente tiene los medios para financiar su gobierno y evitar un default catastrófico elevando su autoimpuesto límite de endeudamiento.Sin embargo, el sorprendente hecho de que el Congreso de EEUU ponga los intereses partidistas antes que sus necesidades nacionales ha despertado temores entre los inversores y los gobiernos de todo el mundo, que tal vez crean que ha llegado la hora de pensar lo impensable.Eso puede explicar por qué los mayores acreedores de Estados Unidos, China y Japón, han expresado su preocupación por los acontecimientos en Washington, que podrían afectar a sus inversiones de varios billones de dólares en bonos del Tesoro de Estados Unidos.Los políticos estadounidenses pueden discutir, reñir y pelear sobre el gasto público y el crecimiento económico. Armar un rifirrafe es una cosa, pero la irresponsabilidad no es un curso de acción digna de la primera economía del mundo.

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