Dos agentes de los servicios de inteligencia españoles detenidos por vender información confidencial a Estados Unidos. Tres espías de la CIA destinados en la Embajada Americana en Madrid expulsados del país y un cuarto en trámites por sobornar a los dos espías del CNI. Una “acción hostil” impropia con países “aliados y amigos”. Y que deja en el aire dos preguntas inquietantes: ¿Qué información y documentos filtraron los agentes del CNI? Y sobre todo, ¿qué información reservada le interesa al “amigo americano”?
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Según informaciones de los principales diarios del país, adelantada por El Confidencial y completada por El País, El Mundo y otros, los dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia fueron detenidos en septiembre. Se trata de un mando intermedio, en prisión, jefe de área del CNI en Madrid, con 30 años de servicio, considerado un agente valioso por su experiencia, sus conocimientos y sus fuentes de información. Y de su ayudante como colaborador, en libertad condicional.
El jefe de área habría sido captado por la CIA durante una excedencia solicitada durante la pandemia para trabajar en una empresa en Estados Unidos. Y su ayudante cuando volvió a España.
Ahora un juzgado de Madrid ha abierto diligencias y está investigando los hechos por un delito de revelación de secretos, aunque también podrían ser acusados de traición por espionaje para una potencia extranjera a cambio de dinero, una versión agravada de ese delito y condenados a penas entre 6 y 12 años según el artículo 584 del Código Penal.
Estas informaciones han sido corroboradas por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Según Robles la investigación surgió de los propios servicios de inteligencia españoles cuando detectaron movimientos raros, como consultar sin autorización informes clasificados que no necesitaban para su trabajo.
Una acción hostil
La operación de captación y compra de información por los agentes de la CIA habría desencadenado una grave crisis diplomática con cualquier país. La ministra de Defensa ha insistido en que “Estados Unidos y España somos países aliados y amigos” y que esta operación “no va influir en las relaciones. Nuestro compromiso con Estados Unidos es serio”.
Sin embargo, Estados Unidos y la CIA demuestran una vez más que para ellos “no hay amigos, sino intereses”.
Hechos como estos son propios de los servicios de inteligencia de países extranjeros considerados enemigos. En 2007, el CNI denunció al exespía Roberto Flórez de traición por vender información a Rusia sobre el funcionamiento interno del CNI y desvelar la identidad de decenas de agentes.
Pero Estados Unidos no es considerada una potencia enemiga. Lo habitual es que el CNI mantenga una relación de estrecha colaboración con los servicios secretos norteamericanos y existe un intercambio de información muy fluido entre aliados, que comparten alianzas como la OTAN. Lo cual no quita para que cada país guarde informes confidenciales, secretos de Estado que hagan referencia a la soberanía nacional.
Esto es lo singular del caso, Washington ha comprado a agentes del CNI para acceder a información clasificada al margen de los cauces institucionales, se trata de una acción hostil del “amigo americano”.
Y así lo han sentido con indignación en el CNI, en los ministerios de Defensa y de Exteriores y en el propio gobierno, como una deslealtad, aunque la Ministra de Defensa y desde la Moncloa se esté afrontando esta crisis con discreción y el “perfil más bajo posible” por la relación estratégica con EEUU y el momento especialmente delicado de la situación internacional, con las guerras de Israel en Gaza y la invasión rusa de Ucrania. Lo que no ha impedido que la ministra de Defensa convocara a la embajadora de Estados Unidos en Madrid para pedirle explicaciones y que España haya expulsado ya a 3 espías de Estados Unidos y el CNI haya solicitado la salida de nuestro país de un cuarto.
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La Embajada, un nido de espías
La Embajada americana en Madrid es un auténtico nido de espías.
Los cuatro agentes de la CIA estaban destinados en la Embajada de Estados Unidos y registrados como tales en los servicios de inteligencia españoles, con los que mantienen una estrecha colaboración y compartían información.
No es la primera vez que desde el CNI se han quejado de que la CIA realiza operaciones a sus espaldas y trata de obtener informes confidenciales saltándose los canales habituales.
La intervención norteamericana en nuestro país es una constante de la política española que se mantiene oculta en lo fundamental y la Embajada ha jugado siempre un papel determinante.
- El 20 de diciembre se cumplirán 50 años del asesinato de Carrero Blanco en 1973. Un nuevo documental estrenado en Movistar Plus, Matar al presidente, vuelve a plantear entre las hipótesis del atentado el papel de Estados Unidos, preguntándose cómo fue posible que los terroristas cavaran un túnel y colocaran potentísimos explosivos a escasos metros de la Embajada americana sin que nadie lo advirtiera.
- El gobierno Suárez llegó a protestar meses antes del 23F de 1981 ante el embajador Terence Todman, de las reuniones que éste y el jefe de la CIA en Madrid, Ronald Edwards, mantenían con altos mandos del Ejército español ante la “posibilidad” de un golpe para garantizar la entrada de España en la OTAN; tesis documentada por Pilar Urbano en sus libros sobre el 23F.
- En 1986 el presidente del gobierno Felipe González ordenó expulsar del país a 8 espías de la CIA por espiar al vicepresidente Alfonso Guerra. En aquella ocasión el agente contactado por la CIA, un antiguo jefe de seguridad de Moncloa, informó al CESID -actual CNI- de la trama organizada por los norteamericanos para elaborar un dossier sobre Guerra con el que poder extorsionarle e influir en sus decisiones políticas.
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Qué busca el “amigo americano”
Según recogen algunos medios, como El Mundo citando fuentes cercanas al CNI, “Ha llegado mucho material a sus manos” [de la CIA], y el objetivo no sería tanto conseguir información puntual sino una infiltración en el CNI. En la misma dirección apunta El Periódico: “La CIA trataba de instalar ojos y oídos en el CNI”, confidentes permanentes para cuando “necesitara utilizarlos más allá de la colaboración entre aliados”. Una práctica que este diario califica de “agresiva”.
Según el digital The Objetive se “podría haber filtrado información referente a personajes públicos y partidos de la extrema izquierda vinculados con el comunismo y en relación a decisiones del gobierno en política exterior”. El CNI lo niega. Y otros medios apuntan a temas relacionados con las bases de Rota y Morón; el conflicto saharaui; la guerra de Ucrania y la de Gaza…
Hasta ahora no ha trascendido casi nada, lo que sí sabemos es que la información acumulada por las agencias norteamericanas son un arma de intervención contra nuestros país, para intervenir, agitar, modular o tratar de reconducir nuestro destino y las posiciones de España en función de sus propios intereses hegemonistas.