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El pasado martes 5 de marzo comenzaba en Buenos Aires la causa en la que se juzgará a los responsables argentinos (y, en parte, uruguayos) del Plan Cóndor, la trama criminal organizada por siete dictaduras sudamericanas para encarcelar, torturar y asesinar opositores, bajo el patrocinio y el respaldo secreto de Washington.
Los servicios secretos de las juntas militares de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay organizaron entre las décadas de 1970 y 80 un vasto plan coordinado que se saldó con 50.000 luchadores populares asesinados, 30.000 desaparecidos y 400.000 encarcelados. Entre los 25 acusados están dos ex-dictadores argentinos y uno uruguayo.
El Plan Cóndor se estableció en noviembre de 1975 en una reunión realizada en Santiago de Chile entre Manuel Contreras, jefe de la policía secreta de Pinochet, y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Años después se supo, al desclasificarse archivos de la CIA de esa época, que semanas antes de ponerlo en marcha, Contreras había estado durante 15 días en el cuartel General de la CIA en Langley, Virginia.