La crisis ha dejado ya sin trabajo a 2,6 millones de personas y que uno de cada 10 propietarios afronta una ejecución hipotecaria
Desués de las medidas tomadas en materia de política exterior, queda pendiente el tema de la crisis económica, la principal preocupación de los estadounidenses. Y en el centro de las medidas previstas por Obama para hacer frente a la crisis económica, está la aprobación por el Congreso de un mega paquete de estímulo económico por 825.000 millones de dólares, pero que no cuenta con el visto bueno de los republicanos.Tras el golpe de efecto propinado con el anuncio del cierre de la prisión militar de Guantánamo Obama volvía ayer su mirada hacia el frente de la economía, donde necesitará algo más que una colección de órdenes ejecutivas para rescatar al país de un escenario de pesadilla donde Obama no puede darse el lujo de equivocarse con la receta que tendrá que alejar a EE UU de un horizonte de pesadilla con millones de desempleados, el desfonde del mercado inmobiliario y la ruina de varios bancos.Obama, continuó ayer con su ofensiva para recabar apoyo al plan de estímulo económico y se reunió en la Casa Blanca con su equipo financiero, con el que busca crear o evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de empleos. La crisis ha dejado ya sin trabajo a 2,6 millones de personas y que uno de cada 10 propietarios afronta una ejecución hipotecaria. Los expertos coinciden en que la tasa de desempleo podría alcanzar los dos dígitos si el gobierno no actúa pronto.»Podríamos perder una generación de potencial, a medida que más estadounidenses jóvenes se vean obligados a renunciar al sueño de unos estudios universitarios o la posibilidad de capacitarse para los empleos del futuro», expresó Obama. En un intento por conciliar posiciones, Obama aseguró que uno de los componentes de su plan de estímulo es el dinero, pero advirtió que su administración no permitirá dispendios en caso que sea aprobado.El mensaje de Obama está en relación directa con las críticas que han generado los criterios y la opacidad con que la administración Bush distribuyó el primer tramo del rescate financiero (350 mil millones de dólares) sin someterse a fiscalización. Utilizado por la banca de acuerdo a su naturaleza monopolista agrandado sus reservas y pagado deudas, sin trasladar este capital al credito.Tras el encuentro en la Casa Blanca, la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró que el gobierno Obama se ha comprometido a presentar a debate el paquete antes del día 28.»Si no (se aprueba para el 16 de febrero), no habrá receso» en la cámara, advirtió, para dejar en claro el sentido de urgencia que domina en la Casa Blanca y el Congreso ante el creciente deterioro de la economía y las galopantes cifras de desempleo.El frente interno al que se enfrenta Obama no había tenido precedentes desde la época de Roosevelt y la gran crack de 29.Muchos piensan que ante esta situación Obama y el imperialismo yanqui se centrara en el frente interno a lamerse las heridas, solucionando la crisis económica abandonando el frente externo Pero nada mas alejado de la realidad.Sino resuelve el complejo panorama que le ha dejado la administración Bush en el frente externo que no le deja otra salida que la recomposición de un nuevo equilibrio geoestratégico y la definición de un nuevo orden mundial, en el que EEUU y sus aliados occidentales son los que más tendrían que perder. Ambas cuestiones están tan indisolublemente ligadas, que no es posible hallar la salida a una sin dar respuesta a la otra. Siendo más precisos, de la conducción que se haga de una dependerá la resultante de la otra. Y viceversa. Pero no nos llevemos a engaños Bush se ido, llega Obama pero el imperialismo se queda.