En los años 90, la presencia de los «graduados» de la Escuela de las Américas siguió dejando rastros. Así lo evidenció el conflicto de Chiapas, donde los militares «actuaron». En Colombia, los graduados de la Escuela son los más activos en la violación de los derechos humanos, conformando escuadrones de la muerte y organizaciones paramilitares para encubrir la represión al pueblo y la lucha contra la insurgencia. Asimismo, Vladimir Montesinos, destacado alumno de la Escuela de las Américas, dejó en Perú también la marca de la «formación» que recibió en los Estados Unidos. La lista de asesinos graduados de esta sangrienta escuela de la tortura, es muy larga y se presume que han terminado sus «estudios», como ya he dicho antes, mas de 61000 militares en toda. latinoamerica. ( nótese , que el «conocimiento» aprendido por estos, ha pasado a ser parte de la instrucción militar en cada país) por lo que se podría decir que cada militar de los países latinos, lleva inculcado conocimientos de la «escuela de las Americas».
En el Congreso de Estados Unidos existe un royecto con el que parlamentarios buscan lograr el cierre de la «Escuela de las Américas», donde se han instruido a militares latinoamericanos en técnicas de tortura y actividades violatorias a los Derechos Humanos, según reseña este martes la estatal argentina Agencia Telam.La Ley de revisión del entrenamiento militar latinoamericano, como se denomina el proyecto, busca «suspender la autoridad» del Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de la Seguridad (antes llamado Escuela de las Américas).El proyecto contempla el cierre definitivo de la institución, una vez que se concluya el período establecido (dos años) para constatar las violaciones a los derechos fundamentales realizadas por los egresados de la Escuela que depende de Estados Unidos.Alrededor de cuarenta y dos legisladores estadounidenses figuran como los copatrocinadores de la iniciativa, entre ellos se encuentra de California, Henry Waxman y Maurice Hinchey; y de Nueva York, José Serrano.La investigación busca identificar a los individuos «responsables por elaborar o aprobar» los manuales que «apoyaban tácticas que violaban la ley internacional», así como a las personas «responsables de enseñar tales tácticas» y determinar «los efectos de tales entrenamientos», según los legisladores. Estos manuales utilizados para la enseñanza de las denunciadas técnicas fueron expedidos y traducidos al español por la cartera de Defensa estadounidense.Surgió como iniciativa en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional, en Fort Amador, Panamá. Su misión principal era fomentar o servir como instrumento para preparar a las naciones latinoamericanas a cooperar con los Estados Unidos y mantener así un equilibrio político contrarrestando la influencia creciente de organizaciones populares de ideología marxista o movimientos sociales de corte izquierdista. Todo ello en el nuevo marco internacional de la Guerra Fría, entre las potencias aliadas y la Unión Soviética.La Doctrina de la Seguridad Nacional es un concepto utilizado para definir ciertas acciones de política exterior de EEUU tendientes a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemática de los derechos humanos.Cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados en esa Escuela. Los egresados del SOA persiguen a los educadores, organzadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por sus derechos.A lo largo de sus cincuenta y ocho años, el SOA ha entrenado más de 61,000 soldados latinoamericanos en técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar, y técnicas de tortura. Estos graduados han dejado un largo trecho de sangre y sufrimiento en los países donde han regresado. Hoy día, la «nueva» Escuela de las Américas (WHISC) entrena mas de mil de soldados cada año.La historia de muerte que rodea a los graduados de la Escuela de las Américas es larguísima: Cientos de miles de desaparecidos y ejecutados políticos, centenas de miles de torturados, exiliados, y presos políticos dejaron en las dictaduras pasadas. Muchos tienden a pensar que esa historia acabó desde que la Escuela de las Américas cerró sus actividades en Panamá. Otros se han dejado engañar ante el nuevo nombre que hoy tiene. Sin embargo, la «industria de asesinos» sigue funcionando.Es el terrorismo made in USA en estado puro, en estos tiempos de la nueva administración Obama que tanto se quiere jactar de acabar con la tortura y ha impuesto toda una campaña de imagen contra la tortura, buscan anestesiar a la opinión pública mundial, crear un clima de opinión planetario de que los EEUU de Barack Obama han abandonado su condición de superpotencia agresiva, dispuesta a lo que sea con tal de mantener su hegemonía, y que en esta nueva era post-imperial, el suave yugo de Washington puede garantizar la paz, la libertad y la democracia. Pero al mantener la infame Escuela de las Américas en funcionamiento, nunca convencerá a los pueblos de Latinoamérica que han sufrido a sus asesinos, de las buenas intenciones del imperialismo. Es el mayor símbolo de que todavía hoy en día Latinoamérica sigue considerada por el imperio como su patio trasero. La semilla sangrienta del terrorismo Made in USA, todavía esta presente en muchos militares que se han formado y se forman en esta escuela del asesinato y la Tortura.