Acuerdo histórico de la Revolución Ciudadana y el movimiento indígena

Ecuador: unidad de la izquierda en la segunda vuelta

El acuerdo entre las dos principales partidos de la izquierda antihegemonista -la Revolución Ciudadana y Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena- que además abarca a otras organizaciones políticas y sociales de Ecuador, multiplica las posibilidades de éxito de Luisa González en la segunda vuelta del 13 de abril

Tan histórico como clave. Así es el acuerdo al que ha llegado la Revolución Ciudadana -la izquierda correísta que de la mano de su candidata Luisa González, se disputa la presidencia de Ecuador con el actual presidente, Daniel Noboa, representante directo de la oligarquía criolla y de los intereses imperialistas- con Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena.

La alianza entre estas dos patas de la izquierda antihegemonista -que se extiende a otros sectores del progresismo político y social de Ecuador- configuran un Frente Amplio que multiplican las posibilidades de triunfo en la decisiva segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el próximo 13 de abril.

Tras años de fricciones, acercamientos y desencuentros, las dos principales ramas de la izquierda ecuatoriana -la Revolución Ciudadana (RC), continuadora de las políticas soberanistas y redistributivas de la riqueza de los gobiernos de Rafael Correa (2007-2017), y Pachakutik, junto a la CONAIE, representante político del potente movimiento indígena ecuatoriano- han trabado una nueva alianza.

Les une una frontal oposición al actual presidente, Daniel Noboa, que de la mano de la nueva administración norteamericana de Donald Trump, se dispone a dar nuevas vueltas de tuerca en sus políticas represivas, neoliberales y entreguistas.

Leónidas Iza, candidato de Pachakitik, y Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana

Esta alianza entre la RC y el movimiento indígena tiene un altísimo valor político, porque simplemente sumando los votos obtenidos por Luisa González, candidata de la RC (44%) con los del tercero más votado, Leonidas Iza, de Pachakutik (5,25%), ya suma casi el 50% de los votos, lo que desbancaría el 44,17% que sacó Noboa. Pero lógicamente, la unidad de las dos izquierdas no sólo suma, sino que multiplica y moviliza al electorado contrario al actual gobierno. Las posibilidades de que Luisa González sea la próxima presidenta ecuatoriana se han incrementado notablemente.

Pero además tiene un alto valor simbólico. La última vez que se produjo esta alianza fue en noviembre de 2006, entre el economista y líder del movimiento Alianza País, Rafael Correa, candidato a la presidencia de la República, y Gilberto Talahua, entonces coordinador nacional de Pachakutik. Aquel acuerdo, extensivo a otros sectores de la izquierda, fue clave en una victoria electoral -por cierto derrotando a otro Noboa, Álvaro, banquero y padre del actual presidente de la República.

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Una alianza de Frente Amplio en torno a un programa progresista

El acuerdo no sólo abarca a Pachakutik, la Conaie y la Revolución Ciudadana, sino a otros partidos como el Partido Socialista Ecuatoriano y otras organizaciones políticas y sociales. En la firma -celebrada durante el Encuentro Nacional por un Ecuador Equitativo, Plurinacional y Libre de Violencia, en la región del Chimborazo que es la zona del país con el mayor porcentaje de población indígena de la zona Sierra de Ecuador- estuvieron representantes de Unidad de las Izquierdas, Movimiento RETO, de la plataforma nacional Mujeres por la Igualdad y la plataforma Condonación de Deudas, entre otros.

En esta alianza se han puesto por delante hasta 25 puntos de convergencia de todas las izquierdas, que incluyen «a defensa de lo público, que el Estado administre los sectores estratégicos y que no se privaticen, que se reivindique el valor de la salud y de la educación pública, de la seguridad social, que se deje de militarizar la sociedad y que se deje de vivir en un estado de excepción permanente y que se respeten los derechos humanos”.

La izquierda ecuatoriana tiene una enorme oportunidad de triunfar en la decisiva segunda vuelta del 13 de abril, volviendo a reescribir la historia del país andino.

El acuerdo de los 25 puntos tiene como objetivo reactivar la economía del país, restaurar el Estado de bienestar y defender los derechos de los sectores populares y de las nacionalidades indígenas del país.

Además, se quiere proteger la producción nacional y garantizar la soberanía alimentaria, fortalecer el sistema de educación intercultural y bilingüe, iniciar acciones para recaudar cantidades sobresalientes en el Servicio de Renta Interna (SRI) de los mayores deudores del Estado, relanzar la política de gestión comunitaria del agua, apoyar programas que fomenten el empleo, créditos para la construcción y el acceso de los jóvenes al mundo laboral.

Asimismo, se buscará garantizar el derecho a la asistencia sanitaria gratuita con inversiones públicas en hospitales y también garantizar, en el corto plazo, una educación gratuita y de calidad con inversiones urgentes en la infraestructura de las escuelas y universidades del país.

Es sobre este programa conjunto de soberanía y redistribución de la riqueza en beneficio de las clases populares, sobre el que la izquierda ecuatoriana tiene una enorme oportunidad de triunfar en la decisiva segunda vuelta del 13 de abril, volviendo a reescribir la historia del país andino.

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