El mandatario de Ecuador, Rafael Correa, tras conocer el resultado «exitoso» de la operación de recompra de bonos Global 2012 y 2030, anunció que prevé un «país libre de deuda externa ilegítima», informó hoy la Presidencia. El gobierno ecuatoriano anunció hace pocos días que logró retirar del mercado el 91 por ciento de los bonos Global 2012 y 2030, los cuales recompró a un valor del 35 por ciento de su valor nominal.
Con esa oeración financiera, Ecuador retiró del mercado unos 2. 920,2 millones de dólares, casi la totalidad de su deuda considerada «ilegítima». En un comunicado, difundido por la subsecretaría de Comunicación, Correa aseguró que el mayor legado que podría ofrecer a las futuras generaciones es un país sin deudas dañinas.En abril pasado, Quito lanzó una propuesta para recomprar los bonos Global con vencimiento 2012 y 2030, por unos 3.100 millones de dólares, con un descuento del 70 por ciento. Previamente, Ecuador había declarado en moratoria el pago de intereses de esos pasivos, sobre los cuales hay sospechas de haber sido contratados o renegociados de forma irregular.Esa sospecha surgió a finales del año pasado, cuando una Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC), creada por Correa, investigó los pormenores de la deuda externa nacional, sobre todo la comercial, en poder de acreedores privados.La CAIC, entonces, advirtió de indicios de ilegitimidad e ilegalidad en la contratación de ciertos tramos de la deuda comercial, especialmente los bonos Global 2012 y 2030.La «subasta holandesa modificada», que propuso Ecuador, ha sido acogida por la mayoría de acreedores, pero para los que aún faltan, Quito prepara otra convocatoria, en la que presentará una oferta de pago de 35 por ciento del valor nominal de cada papel.Correa resaltó que el gobierno, desde el inicio de su mandato, en enero de 2007, se propuso dar una solución integral al problema de la deuda exterior pública, a la que calificó como «un dogal» para la economía nacional. Lo que se busca es «declarar al Ecuador libre de deuda comercial externa ilegítima», expresó Correa y dijo que ello también podría ser «trascendental para la región». Correa aceptó que el manejo que ha hecho de la deuda externa puede ser criticada por políticos, economistas y organismos internacionales orientados por el neoliberalismo.Para ellos «somos peligrosos» por dar «mal ejemplo» a otros países endeudados, dijo Correa, que ha propuesto que se extienda por la región la idea de efectuar auditorías nacionales a las deudas. No obstante, aseguró que «el mundo ahora está en las garras de ese capital financiero trasnacional» y no ocultó que «los fondos buitres» o de especuladores financieros pueden emprender demandas contra su país, aunque dijo que Ecuador se defenderá ante esos posibles procesos.Sobre la operación de recompra de los bonos Global 2012 y 2030, Correa aseguró que Ecuador desembolsó alrededor de 900 millones, pero que se retiraron de los mercados internacionales unos 2.900 millones de dólares en papeles. En total, agregó, esta operación ahorró al país unos 7.280 millones de dólares para los próximos 21 años, lo que supone más de 330 millones anuales.No obstante, indicó que el problema de la deuda externa de Ecuador tiene responsables, sobre todo anteriores gobiernos y ex autoridades que renegociaron o contrataron créditos para beneficio de grupos poderosos, en detrimento de la mayoría de la población. «No habrá perdón ni olvido, no a la impunidad», enfatizó Correa, que ya ha enviado a la Fiscalía de la Nación el informe de auditoría de la deuda exterior, donde se precisan nombres y apellidos de los supuestos responsables.Con la operación sobre los Bonos Global 2012 y 2030 se ha resuelto «la tercera parte de la deuda externa pública del Ecuador», y quedan los otros dos tercios, que corresponden a la deuda bilateral y multilateral, agregó Correa, aunque no precisó si investigará también esos pasivos. «Nos hemos rebelado en contra del sistema que imponía deudas odiosas, injustas, ilegales, inmorales, que fueron contraídas en forma irregular, sin el consentimiento explícito de nuestro pueblo», dijo el presidente izquierdista de Ecuador, crítico del neoliberalismo y de organismos como el FMI.Con los resultados en la mano, el presidente Rafael Correa, subrayó que «estamos muy cerca de declarar a Ecuador un país libre de deuda comercial ilegítima». Según las cuentas gubernamentales la recompra del 91 por ciento de los dos tramos de deuda comercial significa un ahorro para el país de más de 7.000 millones de dólares para los próximos 21 años.»Solo esta operación financiera justifica los 28 meses de gobierno», dijo Correa al señalar que el ahorro para el país será de 330 millones de dólares anuales, que serán destinados al desarrollo nacional y especialmente al sector social. Precisó, que con estas medidas se resuelve la tercera parte del problema de la deuda pública ecuatoriana.Los costos humanos son escalonados. Cada dólar obtenido en fuentes internacionales ilegítimas de crédito está menos disponible para luchar contra la pobreza. En 2007 el gobierno del Ecuador pagó 1.750 millones de dólares solamente en servicios de la deuda, más de lo que gastó combinadamente en atención sanitaria, servicios sociales, medio ambiente, vivienda y desarrollo urbano.La deuda externa de Ecuador rebasa los 29.9 mil millones de dólares y en promedio se utilizan unos 388 millones de dólares para pagar intereses. En los últimos 30 años, Ecuador ha destinado el 22 % de su presupuesto anual al pago de intereses. A pesar del empeoramiento de los indicadores de pobreza, este país nunca fue admitido en las iniciativas de reducción de deuda. El proceso de endeudamiento ecuatoriano es parecido al de muchos países latinoamericanos. Su base de recursos naturales condujo a préstamos predatorios de bancos y gobiernos de los países ricos.La crítica a esas prácticas no es muy diferente a los reproches que hoy se dirigen contra el sistema financiero estadounidense en el contexto de la crisis del mercado hipotecario. La decisión del gobierno ecuatoriano puede ser la clave de una relación menos injusta entre deudores y acreedores en el contexto de una nueva arquitectura financiera que podría emerger de la crisis. El presidente de Ecuador declaro «Es necesario que todos los países latinoamericanos se unan para no pagarle un centavo más a los usureros, ladrones y estafadores de la banca mundial»