La CIA en Ecuador

Ecuador denuncia complot de la CIA

Rafael Correa, declaró en Abril de 2008, que los servicios de inteligencia de Ecuador estaban «totalmente infiltrados y subyugados a la CIA», y acusó a varios oficiales de alto rango del Ejército de compartir información con Colombia, el aliado más importante (sino el único) de la administración Bush en la zona.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, los servicios de esionaje colombianos y ecuatorianos participaron en un complot para intentar vincular al gobierno nacional con el narcotráfico.La denuncia fue realizada anoche por el ex ministro de Seguridad Gustavo Larrea, al señalar que se buscó relacionarlo a él con el tráfico de drogas y la guerrilla en Colombia para así­ acusar el ejecutivo del presidente Rafael Correa y frenar la continuación del proceso de cambios en el paí­s.Se trazó toda una estrategia, «hubo un trabajo de inteligencia muy fino, de guerra mediática», con el propósito de vincular a la administración nacional con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y esto fue realizado por grandes poderes, subrayó.Puntualizó que los operadores de estas acciones desestabilizadoras son miembros de la inteligencia nacional, algunos en retiro, policí­as, polí­ticos y hasta civiles, que se creyeron amenazados por Revolución Ciudadana, impulsada por Correa.Pero detrás de esta gente están la CIA, los servicios colombianos y hasta ecuatorianos, aseveró el ex titular al anunciar que ya se conocen los nombres de los participantes en este complot y se publicarán en el momento adecuado.Recordó que tras el bombardeo colombiano el 1 de marzo del 2008 a la zona de Angostura, en el norte del paí­s, comenzó toda una operación para vincularlo con la FARC.Apareció entonces una presunta foto de él con el abatido lí­der de esa organización Raúl Reyes, pero se pudo comprobar que no era Larrea quien aparecí­a en la fotografí­a.Después afloró la acusación contra un ex funcionario del gobierno de tener una relación con los cabecillas de una red de tráfico de drogas, que -señaló- no tiene sustento alguno.Se trató de relacionarlo con esa persona y ahora se busca enjuiciarlo en la Comisión Legislativa por supuesta negligencia para coordinar con militares y policí­as los planes de seguridad interna y externa del Estado.Larrea anunció la disposición de enfrentar ese juicio polí­tico, pero para revelar la verdad y desacreditar a sus denunciantes; diputados del partido Sociedad Patriótica (PSP).»Quiero ese juicio polí­tico para demostrar al paí­s la verdad», recalcó.El ex Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Charles Wilhelm, aseguró en 2000 que tras el convenio que cedió la base militar y el puerto de Manta a las fuerzas armadas de Estados Unidos, uno de los objetivos de los militares en Washington era »reorientar» las fuerzas armadas ecuatorianas. Parte de esa reorientación era modificar la formación de los militares ecuatorianos por una como la de los ejércitos del Cono Sur o del colombiano, dentro de una doctrina represiva. Para cumplir el objetivo era necesario eliminar a los elementos progresistas y modificar la relación social de los militares con diferentes sectores sociales como el indí­gena, y además se debí­a profundizar en los convenios de formación firmados entre las fuerzas armadas estadounidenses y ecuatorianas.Rafael Correa, declaró en Abril de 2008, que los servicios de inteligencia de Ecuador estaban «totalmente infiltrados y subyugados a la CIA», y acusó a varios oficiales de alto rango del Ejército de compartir información con Colombia, el aliado más importante (sino el único) de la administración Bush en la zona.El mes anterior unos cuantos misiles alcanzaron un campo de entrenamiento de las FARC situado en Ecuador, cerca de la frontera con Colombia, causándoles 25 bajas. Uno de los muertos eraFranklin Aisalla, un operativo ecuatoriano de ese grupo. Después se supo que algunos oficiales de inteligencia ecuatorianos habí­an estado vigilando a Aisalla, un hecho del que estaban informados el ejército colombiano y sus asesores militares americanos, pero que se ocultó al presidente de la nación.Este ataque lleva la impronta del ejército americano o la CIA: Un avión Predator dirigido a distancia dejó caer bombas «inteligentes» sobre el lugar. Un oficial del ministerio de defensa colombiano ha reconocido que los Estados Unidos comunicaron información a su gobierno que fue utilizada para el ataque, pero negaron que Washington hubiera proporcionado las armas. El New York Times observó que «Esta operación de madrugada se parece notablemente a otra que Estados Unidos llevó a cabo a finales de Junio en Pakistán».

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