Duras negociaciones para imponer el plan alemán

«La propia canciller alemana reconoció ayer las dificultades que implicará alcanzar un acuerdo tras un encuentro con el presidente polaco Bronislaw Komoroski y el presidente francés, Nicolas Sarkozy: «Ya está claro que las negociaciones serán duras». Pero dejó sentado: «Queremos un acuerdo y todaví­a tenemos un poco de tiempo». Al menos media docena de Estados miembros presentan objeciones.»

Las maneras emleadas por Alemania han sonado a imposición y varios Estados han levantado sus voces de desacuerdo. El canciller austriaco, Werner Faymann, ha calificado de "injerencia" la pretensión de Berlín de exigir cambios en los sistemas de pensiones de los respectivos Estados, sobre los que la UE carece de competencias. Italia, el segundo país después de Grecia con mayor nivel de deuda de la UE, se opone a incluir en la Constitución límites al endeudamiento. Sobre este punto, el viceprimer ministro griego, Theodoros Pangalos, rechazó igualmente el intento de la UE de "intervenir" en las Constituciones nacionales. También Polonia mostró su desagrado a las formas de Berlín. (EL PAÍS) LA VANGUARDIA.- Dos meses después de unas elecciones en las que la sociedad catalana parecía abrazar los tonos fuertes del soberanismo y las exigencias de la concertación fiscal con la Hacienda española, la primera visita del nuevo presidente de la Generalitat a Madrid ha tenido como principal objetivo pedir permiso al Gobierno para la emisión de un nuevo empréstito, a fin de garantizar el pago de las nóminas y unos plazos de pago medianamente decentes para los proveedores. Desde una perspectiva histórica –¡dos meses, ese larguísimo plazo!–, estaríamos ante un retroceso táctico del catalanismo. Del programa de máximos de noviembre a la petición de póliza para el empréstito. ABC.- Los dos grandes bancos españoles tienen en marcha dos inversiones relevantes, más de 4.000 millones de euros, en Polonia y otros tantos en Turquía. Con esos 8.000 millones de euros que los dos grandes bancos invierten en nuevos mercados ¿en cuántas cajas de ahorro en reestructuración y recapitalización podrían aspirar a lograr una posición de dominio? Por las cifras conocidas hasta ahora las cajas necesitan unos 20.000 millones de euros para recapitalizar los dos tercios del sector que necesita recursos frescos. De manera que con 8.000 millones se podría aspirar al control de la cuarta parte del sector Europa. El País Merkel augura duras negociaciones para cerrar el pacto de competitividad Andreu Missé Las reticencias mostradas por algunos países al pacto de competitividad propuesto por Angela Merkel con el apoyo de Nicolas Sarkozy durante la cumbre del pasado viernes no han hecho más que crecer. La propia canciller alemana reconoció ayer las dificultades que implicará alcanzar un acuerdo tras un encuentro con el presidente polaco Bronislaw Komoroski y el presidente francés, Nicolas Sarkozy: "Ya está claro que las negociaciones serán duras". Pero dejó sentado: "Queremos un acuerdo y todavía tenemos un poco de tiempo". Al menos media docena de Estados miembros presentan objeciones. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, intentará alcanzar un acuerdo con los líderes de la zona euro para que pueda ser aprobado a principios de marzo. Antes del Consejo Europeo, la Administración alemana había difundido un borrador de documento de seis puntos para reforzar la competitividad en la UE como condición para que Alemania aceptase aumentar la cuantía efectiva del fondo de rescate del euro y flexibilizara su uso. El actual fondo de rescate tiene una capacidad teórica de 440.000 millones de euros, pero solo 250.000 millones están disponibles para mantener la calificación AAA. Los seis puntos del pacto de competitividad que exige Alemania se refieren a la prohibición de la indexación de los salarios con la inflación; la inclusión en las Constituciones de límites de deuda y déficit; el reconocimiento mutuo de títulos para favorecer la movilidad laboral; el aumento de la edad de jubilación de acuerdo con la evolución demográfica, la armonización de la base del impuesto de sociedades y el establecimiento de un mecanismo de resolución de crisis bancarias para que las pérdidas las soporten los acreedores y no los contribuyentes. Pero las maneras empleadas por Alemania han sonado a imposición y varios Estados han levantado sus voces de desacuerdo. Bélgica, Luxemburgo, Portugal, Austria y España han expresado su discrepancia con distinta intensidad a la exigencia de eliminar la vinculación de los salarios a la evolución de precios, asegurando que ha dado buenos resultados. Fuentes jurídicas han señalado, por otra parte, que esta receta que propone Alemania va en contra de sus propias normas constitucionales, que consideran que hay que respetar los acuerdos entre las partes en los convenios colectivos. El canciller austriaco, Werner Faymann, ha calificado de "injerencia" la pretensión de Berlín de exigir cambios en los sistemas de pensiones de los respectivos Estados, sobre los que la UE carece de competencias. Italia, el segundo país después de Grecia con mayor nivel de deuda de la UE, se opone a incluir en la Constitución límites al endeudamiento. Sobre este punto, el viceprimer ministro griego, Theodoros Pangalos, rechazó igualmente el intento de la UE de "intervenir" en las Constituciones nacionales. También Polonia mostró su desagrado a las formas de Berlín. En España, el vicepresidente primero de la CEOE, Arturo Fernández, concretó, sin ambages, la posición de la patronal respecto a las propuestas alemanas. Fernández aseguró en una entrevista en TVE que ligar los salarios a la productividad es "importantísimo e imprescindible" y, aunque reconoció que es un tema "complicado", pidió a los sindicatos que miren esta cuestión "con buenos ojos". Frente a Fernández, los sindicatos. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, recordó ayer que en España funciona desde hace años un modelo "pactado" para la formación de los salarios que se apoya en tres elementos, "que deben funcionar armónicamente y al unísono: la previsión de inflación, la cláusula de revisión y el reparto negociado de la productividad". UGT y CC OO rechazan de plano la idea de desvincular salarios e inflación. Con un discurso muy modulado, el Gobierno tampoco muestra entusiasmo por la propuesta alemana. En un reciente encuentro informativo, el mismo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, defendió que el modelo de negociación con cláusulas de revisión "no ha tenido una mala experiencia" y también sirve para "recuperar" pérdidas empresariales, como ocurrió en 2010. También el ex presidente del Gobierno Felipe González, entrevistado por la SER, entró en el debate. "Los salarios", afirmó, "tienen que estar ligados a la productividad", si bien consideró que España "no está preparada" para aplicar esta fórmula de revisión salarial. "No tenemos", explicó, "mentalidad empresarial para hacer un sistema de transparencia de las cuentas de las empresas para hacer que las retribuciones sean mayores si los beneficios aumentan", cuestionó, al mismo tiempo que abogó por "descentralizar" la negociación colectiva, reforma que los agentes sociales deben culminar antes del 19 de marzo. EL PAÍS. 8-2-2011 Opinión. La Vanguardia ‘Privilegio’ a la vista Enric Juliana Puede leerse de la siguiente manera. Dos meses después de unas elecciones en las que la sociedad catalana parecía abrazar los tonos fuertes del soberanismo y las exigencias de la concertación fiscal con la Hacienda española, la primera visita del nuevo presidente de la Generalitat a Madrid ha tenido como principal objetivo pedir permiso al Gobierno para la emisión de un nuevo empréstito, a fin de garantizar el pago de las nóminas y unos plazos de pago medianamente decentes para los proveedores. En pocas palabras, evitar la quiebra técnica de la Administración catalana. Sólo han transcurridos dos meses. Una eternidad en los tiempos de la información instantánea y de la pulverización de esta con el molinillo eléctrico llamado Twitter. En plena aceleración de la aceleración, toda expectativa política se transforma en expectativa deportiva. Toda situación exige, de inmediato, un vencedor y un perdedor. Cesta y puntos. Justo el resultado. Desde una perspectiva histórica –¡dos meses, ese larguísimo plazo!–, estaríamos ante un retroceso táctico del catalanismo. Del programa de máximos de noviembre a la petición de póliza para el empréstito, ya que las cuentas estaban desviadas y al ex conseller Antoni Castells se lo ha tragado la tierra. Podría haber sido la de ayer una jornada de bochorno, si no fuese por la aceleración de la aceleración. Transformada la política en disciplina deportiva, podemos afirmar que Artur Mas –serio, grave, rostro cansado– encestó ayer un triple en la Moncloa. Cero a tres para los catalanes. El presidente del Gobierno se ha comido crudas las “medidas de impacto” sobre las autonomías que en Navidad le susurraba a su mejor amigo de la prensa madrileña. El PSOE, recordémoslo, empezó el año con aires de Loapa. “Intervendremos las autonomías que incumplan los topes de déficit”, anunciaba el presidente al Financial Times. Y en la dramática discusión sobre las cajas de ahorros, Zapatero, perfectamente alineado con la gran banca, se inclinaba por la liquidación en seco de todas ellas, las insolventes y las solventes. Fundaciones para todos. Adiós a La Caixa. Después vino el frenazo. Suavidades en la cumbre autonómica del PSOE en Zaragoza –¿quién dijo Loapa?–, la aceptación de las tesis de Isidre Fainé sobre las cajas, y, ayer, el empréstito de Mas. En el ínterin, claro está, fue necesario desbloquear políticamente el pacto de las pensiones antes del 3 de febrero, pues esta era la principal reclamación de Frau Angela Merkel. Vivimos tiempos de vértigo. Cesta y puntos. Balón para el PP, al que ahora se le abre –a cuatro meses de las elecciones locales y regionales– un goloso espacio para el zarandeo: el de siempre, el racial, el que nunca falla: oh, Dios, el privilegio de los catalanes. ¡Empréstitos para todos! ¡No vamos a ser menos! Buen lector de la prensa deportiva, Mariano Rajoy deberá decidir ahora la intensidad dramática del agravio, si es que sigue estando en su mano regular el termostato de la derecha española en lo que a Catalunya respecta. LA VANGUARDIA. 8-2-2011 Opinión. ABC Invertir en Polonia o Turquía, invertir en España F. González Urbaneja Los dos grandes bancos españoles tienen en marcha dos inversiones relevantes, más de 4.000 millones de euros, en Polonia y otros tantos en Turquía. El Santander adquirirá la totalidad del tercer banco polaco que añade un 1% más a sus activos con aportación del 4% a los beneficios. Una inversión de las llamadas estratégicas, para entrar en un mercado emergente y nuevo. En el caso del BBVA la misma cifra de inversión se aplica a la adquisición de la cuarta parte de un gran banco turco, con compromiso de ir más lejos, pasados cinco años. El Garanti es un banco de 60.000 millones de euros de activos que añade un 10% al balance del banco español y que aporta una importante cifra de beneficios, entre 400 y 500 millones de euros, por ese 25%. Significa una rentabilidad óptima por la inversión. Con esos 8.000 millones de euros que los dos grandes bancos invierten en nuevos mercados ¿en cuántas cajas de ahorro en reestructuración y recapitalización podrían aspirar a lograr una posición de dominio? Por las cifras conocidas hasta ahora las cajas necesitan unos 20.000 millones de euros para recapitalizar los dos tercios del sector que necesita recursos frescos. De manera que con 8.000 millones se podría aspirar al control de la cuarta parte del sector. ¿Interesa a los grandes bancos adquirir cajas? Probablemente no, salvo para chatarrar estructura y sumar clientela, para evitar nuevos competidores. Invertir en otros mercados es apostar por crecimiento, con riesgos ante lo desconocido, pero con posibilidades de ir a más. ABC. 8-2-2011

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