Dunia, mulk y yabarut

Vestido de azul y comrometido con España, el congreso de Sevilla es la gran puesta en escena del Partido Alfa de la democracia madura; el partido reconocido por las clases medias como la Fuerza. Una musculatura que ha aprendido a ganar elecciones y a superponer intereses y matices ideológicos bajo el mando de unas jerarquí­as provinciales bien articuladas con el Centro. Es la principal máquina polí­tica que hoy opera en España. Más de ochocientos mil afiliados y una extraordinaria acumulación de alcaldí­as, diputaciones, gobiernos regionales y ministerios, que endulzarán durante años la eternidad de don Manuel Fraga Iribarne y de don Antonio Cánovas del Castillo. El Partido Alfa. Una fuerza de base mesocrática con una potente vanguardia compuesta por altos funcionarios del Estado, de nuevo al mando de ministerios y direcciones generales. En Sevilla se les ve relajados, conscientes de su fuerza y suficientemente preocupados por el porvenir. No se detecta mucha prepotencia.