Gabilondo, Urdangarín, Zubizarreta, Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Otegi y ¡Clemente! son los ocho apellidos de la última comedia de Martínez Lázaro. Ocho apellidos vascos (y ninguno es Arana), una comedia de enredo costumbrista bate records en taquilla. Rafa, un señorito andaluz se enamora de Amaia( Clara Lago) una especie de Katherine Hepburn euskalduna. Para enamorar el frío corazón de Amaia debe conquistar también a su padre, protagonizado por un graciosísimo Karra Elejarde. Dirigida por el veterano Emilio Martínez Lázaro ( El otro lado de la cama), con el guión de los guipuzcoanos Borja Cobeaga ( Vaya Semanita) y Diego San José ( La hora de José Mota), la película ha superado cualquier previsión y las distribuidoras internacionales se pelean por comercializarla. Ocho apellidos vascos se cuela en el ranking mundial de películas con más recaudación. El humor sin límites del programa de sketch Vaya Semanita de la ETB fue la chispa de Ocho Apellidos Vascos. Emilio Martínez Lázaro pone su talento para la comedia al servicio del guión y los actores y añade ternura y verdad al divertidísimo guión de Borja Cobeaga.
Entre los chistes de Lepe y la sátira, Ocho apellidos Vacos se ríe sin complejos de los tópicos y banderas. A pesar del tono ligero y desenfadado, Ocho Apellidos Vasco es una película políticamente incorrecta en un momento en que los nacionalismos parecen ser en la izquierda y la derecha una cuestión transcendental para la vida del país. El abrumador éxito de la película en las salas de Barakaldo y Sevilla demuestra sin embargo que los polos opuestos se atraen.
Felicidades a todo el equipo por el éxito que estáis teniendo con la película. “Vaya semanita” funcionó muy bien en televisión pero,¿esperabais esa respuesta?
En absoluto. Nos ha sorprendido mucho a todo el equipo. A mí por supuesto pero también a los productores y a la distribuidora, Universal. Es un éxito que se da muy pocas veces. Lo normal es que una buena película funcione muy bien el primer fin de semana pero nosotros el segundo fin de semana hemos recaudado un 50% más lo que es excepcional. » Ocho apellidos vascos se cuela en el ranking mundial de películas»
Es normal que la gente se ría mucho. Contaba con ello y de hecho porque me preocupaba que las risas tapasen frases del diálogo pensé en hacer pausas en el guión. Lo que no esperaba es que el público se pusiese en pie y aplaudiese como está ocurriendo en muchas salas. Eso es ya mucho más extraño. Cuando la gente se reconoce en una película quiere expresar de esa manera que sí que le ha gustado.
La película es muy refrescante porque uno puede reírse sin complejos de toda esta “simbología nacional”.
La película es una sátira, una comedia de trazo grueso y la gente lógicamente se ríe. Pero además de lo cómico también ocurre que de eso mismo de lo que se está riendo el público hemos oído hablar continuamente demasiado en serio en la prensa o a los políticos. Se están tomando es serio unas cuestiones que no son primordiales ni importantes para la vida de la gente. Yo creo que ésta es una de las razones del éxito de esta película o de su precedente Vaya Semanita.
¿Qué importan los apellidos? Sabino Arana decía que era necesario tener mínimo ocho apellidos vascos para considerarse un buen vasco. Esto nos da risa pero si lees la crítica del diario Gara que critica que actores que no son vascos interpretan a vascos ya no es tan gracioso. Ponen en cuestión la profesión de actor que consiste precisamente en interpretar algo que no se es. Este disparate puede ser un gag fantástico para la segunda parte de la película.
Y para ser justos los guionistas, Borja Cobeaga y Diego San José, sí son vascos. De hecho el guión es una de los aciertos de la película .
Efectivamente. Donde más éxito de exhibición ha tenido la película ha sido en el País Vasco. De los cuatro cines que más recaudación hicieron dos eran de Barakaldo y el tercero de Sevilla. En el País Vasco no ha dejado de subir la recaudación desde el estreno hasta ahora. La gente quizá no sabe verbalizarlo pero piensa que se exagera y se dicen unas estupideces enormes a propósito del nacionalismo o a propósito de sentimientos reales de la gente sobre su identidad, su país… A los guipuzcoanos les gusta mucho Guipúzcoa sin duda pero no hay que llevarlo más lejos. Lo que es absurdo es oponerlo y defender que una actriz de Torrelodones no puede interpretar a una vasca.
Es ridículo pero además aunque las calles hoy en Euskadi son más libres no ha pasado tanto tiempo desde que Arzallus defendiese su teoría del Rh negativo.
Y seguramente Arzallus sigue defendiéndolo. No creamos que esto se ha terminado. Lo único que celebramos todos es que ETA ya no asesine. Seguramente en otro momento esta película no se podría haber hecho. Pero la película satiriza más el entorno del PNV que a la izquierda abertzale. El Rh, los apellidos vascos, el personaje de Karra Elejalde se refieren al mundo del PNV. En la izquierda abertzale casi todos se apellidan Martínez, García… Por otra parte es lógico que Gara se enfade muchísimo.
Pero la película no va contra nadie y eso forma parte del éxito de Ocho apellidos vascos. Es una comedia muy blanca y muy bondadosa con todo el mundo. Yo lo he hecho voluntariamente porque la película podría haber sido mucho más áspera pero me parecía que la gracia era mostrar lo absurdo que era sin necesidad de herir los sentimientos de nadie. Los sentimientos nacionalistas mientras se queden en sentimientos son como los de los demás. Cada uno tiene sus manías. Yo soy de Madrid y aunque muchos no se lo crean no soy nacionalista en ningún sentido.
A pesar de la caricatura y el tono exagerado los personajes resultan muy reales.
Ese era precisamente mi trabajo. Teniendo como tenía un humor tan radical y una sátira tan brutal de costumbres tenía que hacer verosímiles a los personajes principales. Si no conseguía que los personajes fueran de verdad todo lo demás no funcionaría. El espectador se tenía que identificar con ellos o por lo menos con el protagonista. Una cosa es un sketch en el que se plantea un chiste muy gracioso como cuando un andaluz se convierte en líder de la kale borroka; pero si ese personaje no es verosímil para el espectador a los 20 minutos aquello se empieza a venir abajo y se desmorona como un castillo de naipes.
En una buena comedia los actores como un buen guión son fundamentales. ¿Por qué eligió a Dani Rovira para el papel protagonista?
Mi experiencia y la de la mayoría de directores de comedia es que la comedia no se puede hacer con cualquier actor sino con actores con vis cómica. Un actor puede ser extraordinario y sin embargo no valer para la comedia.
Era imprescindible que los cuatro actores principales hiciesen reír al público por sí mismos. Las directoras de casting me recomendaron a Dani Rovira que nunca había hecho cine. Él estaba trabajando como monologuista en el teatro Alcázar y dominaba perfectamente la escena. Durante dos horas de actuación el público no pestañeaba. Y aunque no tenía experiencia como actor decidimos arriesgarnos. Hicimos unos ensayos y enseguida me di cuenta que tenía mucha gracia pero sobre todo tenía una personalidad muy fuerte que le iba muy bien al personaje. Era muy simpático, muy cercano; tenía lo que los americanos llaman empatía. El resultado ha sido para mi gusto fantástico. Y el resto de los actores igual. El personaje de Karra Elejalde es muy gracioso, qué decir de Carmen Machi y en cuanto a Clara Lago yo ya la había visto trabajar en otras películas y dudaba de si iba a ser tan graciosa como luego ha resultado ser también. En cualquier caso yo sabía que daría un nivel y que tenía experiencia. «El nacionalismo no es importante en la vida de la gente»
Ha rodado otras comedías románticas o de enredos. ¿Por que las historias de amor funcionan casi siempre?
Hay muchas historias de amor que se quedan en una puñetera cursilada y nada más. Yo creo que es un género muy difícil y la prueba está en que casi todas salen mal. La mayoría de las comedias románticas son insoportables. A mí sin embargo se me hace un género muy atractivo y vuelvo una y otra vez a ella. Lo bueno de la comedia romántica es que todo el mundo se identifica con la historia y la entiende.
Además la comedia romántica admite muchas estructuras exteriores. Se puede hablar de cualquier cosa, hasta de política. Nuestra película es una comedia romántica pero envuelta en una sátira brutal que roza todo el rato los nacionalismos.
Y por otro lado la comedia romántica es una estructura muy clásica exclusiva del cine que no existe ni en la literatura ni en el teatro. El teatro de humor o la comedia de humor es otra cosa muy distinta. Tiene una estructura muy definida que te permite saber donde tienes que hacer un giro, enredar o complicar la trama. La comedía cinematográfica es un género que empezó con el cine mudo y evolucionó con muy buenos escritores en América sobre todo convirtiéndose en un género en sí mismo. Los clásicos americanos son los que más me gustan. Las películas de Howard Hawks con Katherine Hepburn y Gary Grant eran maravillosas. Uno de mis directores favoritos es Jean Renoir que tiene comedias fantásticas como French Cancan o Las reglas del juego sobre un enredo amoroso pero que es una película muy compleja que bien podría ser una obra de Shakespeare.
¿Qué le parece las nuevas comedias que se están estrenando?
No voy mucho al cine últimamente. Me gustó mucho Tres bodas de más, no tanto por la trama sino por la dirección. Creo que se están produciendo películas muy interesantes y otras no tanto.