La producción y distribución de la plusvalí­a en España

¿Dónde está la riqueza?

Conocer dónde está la riqueza generada en España en los últimos 10 años no es una tarea tan intrincada como quieren hacernos creer. Para ello, en primer lugar es necesario aclarar que el PIB de cada nación no es más que el nuevo valor añadido, la nueva riqueza creada por la fuerza de trabajo de ese paí­s a lo largo de un año. Nueva riqueza que en una parte se consume, y en otra parte se acumula. En el caso de España, el PIB nacional, 1,05 billones de euros en 2007, es el valor de la nueva riqueza creada por el trabajo asalariado en nuestro paí­s a lo largo de ese año.

¿Qué es el PIB? Si uno quiere conocer las cuentas del total de la economía esañola en el año 2007, necesariamente tiene que remitirse a las tablas estadísticas que anualmente elabora el Banco de España y el INE. ¿Qué nos dicen estas tablas?Como puede comprobarse en el anexo adjunto, nada. O, al menos nada comprensible, posiblemente ni para sus propios autores. ¿Y por qué todo este galimatías? Sencillamente para ocultar la auténtica verdad incómoda del mundo capitalista: el grado en que el capitalista estruja al obrero gratuitamente.¿Qué es el PIB de una nación? Los economistas burgueses nos dirán que la suma de los distintos agregados, menos la resta de los distintos gastos y transferencias, a los que hay que añadir o quitar las adquisiciones y cesiones, para poder sacar las cuentas de distribución y utilización de la renta, determinar el excedente bruto de explotación, la renta mixta, la renta nacional bruta, la renta nacional disponible, bla, bla, bla…Cuando en realidad, el PIB no es otra cosa que la suma de todo el nuevo valor añadido generado en un país en la producción de bienes y servicios de ese año. En definitiva, no es otra cosa que el nuevo valor creado por la fuerza de trabajo del obrero. Enmascarar y confundir esta cuestión es vital para que la explotación y la plusvalía queden ocultas.Sabemos desde Marx que el valor de una mercancía no es más que la cristalización del tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su producción. ¿Cómo se calcula entonces el PIB?Sencillamente, restándole al valor de todos los bienes y servicios producidos en un año lo que la economía burguesa llama “consumos intermedios”. Y que no son otra cosa que las mercancías de todo tipo (materias primas, energía, productos semielaborados…) necesarias para producir la mercancía final que saldrá a la venta en el mercado. Mercancías o consumos intermedios que, como también sabemos, no añaden un nuevo valor al producto, sino que sencillamente le transfieren el que poseen a la nueva mercancía.Si nos fijamos en la tabla adjunta de la contabilidad del Banco de España, veremos que el valor total de las mercancías producidas en España durante 2007 ascendió a 2.186.855 millones de euros (P.1). Y que los gastos en consumos intermedios necesarios para esa producción fue de 1.136.060 millones (P.2).La diferencia entre ambos valores, o sea, 1.050.595 millones de euros, es el valor añadido por la fuerza de trabajo en España, la cristalización de su tiempo de trabajo, expresada en dinero, a lo largo de 2007. “El precio de venta de la mercancía (…) se divide (…) en tres partes: la primera, para reponer el precio desembolsado en comprar materias primas, así como para reponer el desgaste de las herramientas, máquinas y otros instrumentos de trabajo (…) la segunda, para reponer los salarios (…) y la tercera, el remanente que queda después de saldar las dos partes anteriores, la ganancia del capitalista. Mientras que la primera parte se limita a reponer valores que ya existían, es evidente que tanto la suma destinada a rembolsar los salarios abonados como el remanente que forma la ganancia del capitalista salen en su totalidad del nuevo valor creado por el trabajo del obrero y añadido a las materias primas (…)Cualquier que sea la proporción en que la clase capitalista, la burguesía, bien la de un solo país o la del mercado mundial entero, se reparta los ingresos netos de la producción, la suma global de estos ingresos no será nunca otra cosa que la suma en que el trabajo vivo incrementa en bloque el trabajo acumulado”. (Marx. Trabajo asalariado y capital) ¿Cuánta plusvalía se produce en España? ¿Cómo se distribuye este nuevo valor añadido, esa nueva riqueza creada?Tampoco esto, por más que también esta cuestión pretendan convertirla en un galimatías, es ningún misterio. Una parte de ella va a los salarios, a remunerar la fuerza de trabajo. La otra parte es la plusvalía, el valor nuevo añadido por la fuerza de trabajo durante el tiempo de trabajo no remunerado. Toda la parte del nuevo valor que no va a remunerar el trabajo asalariado es la plusvalía. No hay más misterio ni escalones intermedios.En España, en 2007, el 47,28% de la nueva riqueza , de los 1,05 billones de euros, fue a los salarios. El 52,72% restante es la plusvalía que se apropiaron los capitalistas-Una vez aclarado que al hablar de PIB, no estamos hablando de otra cosa que del nuevo valor añadido por la fuerza de trabajo, ¿cómo se distribuye este nuevo valor? ¿Qué parte va a los salarios, a remunerar la fuerza de trabajo y que parte es la plusvalía, trabajo no remunerado? Todo lo que no va a remunerar el trabajo asalariado es la plusvalía.En el caso de España, y de acuerdo a los datos del Banco de España, la remuneración de los asalariados españoles en 2007 fue de 496.796 millones de euros. La diferencia entre esta cantidad y el nuevo valor añadido es la plusvalía que los capitalistas en España han extraído a la fuerza de trabajo en el año 2007. Concretamente, 553.799 millones de euros. Lo que significa que la cuota de ganancia obtenida por los capitalistas en España en 2007 es del 111,5%. Por cada euro invertido para pagar a la fuerza de trabajo, han obtenido gratuitamente 1,115 euros de ganancia. Para entender mejor esta relación, sigamos los argumentos de Marx en “Salario, precio y ganancia” actualizando únicamente las cantidades.Supongamos que la ganancia total obtenida por el capitalista sea de 100.000 euros. Esta suma considerada como magnitud absoluta, la denominamos volumen de ganancia. Pero si calculamos la proporción que guardan estos 100.000 euros con el capital desembolsado, a esta magnitud relativa la llamaremos cuota de ganancia. Es evidente que esta cuota de ganancia puede expresarse bajo dos formas. Supongamos que el capital desembolsado en salarios son 100.000 euros. Si la plusvalía creada arroja también 100.000 euros –lo cual, por cierto, nos vuelve a demostrar que la mitad de la jornada de trabajo del obrero está formada por trabajo no retribuido–, y si midiésemos esta ganancia por el valor del capital desembolsado en salarios, diríamos que la cuota de ganancia era del 100 por 100, ya que el valor desembolsado sería 100.000 y el valor producido 200.000.Por otra parte, si tomásemos en consideración no sólo el capital en salarios, sino todo el capital desembolsado, por ejemplo, 500.000 euros, de los cuales 400.000 representan el valor de las materias primas maquinaria, etc… diríamos que la cuota de ganancia sólo asciende al 20 por 100, ya que la ganancia de cien mil euros no sería más que la quinta parte del capital total desembolsado. “El primer modo de expresar la cuota de ganancia es el único que nos revela la proporción real entre el trabajo pagado y el no retribuido, el grado real de la explotación del trabajo. El otro modo de expresar es el usual y es, en efecto, apropiado para ciertos fines. En todo caso, es muy cómodo para ocultar el grado en que el capitalista estruja al obrero trabajo gratuito”. ¿Cómo se distribuye la ganancia capitalista? ¿Esta cantidad constituye la ganancia neta de los empresarios capitalistas? No, porque a su vez dentro de la clase capitalista se producen otras distribuciones. Una parte de ella se quedará dentro del país, otra se irá fuera. De la que queda dentro una parte se destinará a nuevas inversiones (capital acumulado), otra se la quedará el empresario (beneficio neto), otra se irá en impuestos al Estado, otra irá al capital financiero en forma de pago de intereses.Una vez establecida la cuota de ganancia, es decir, la cuota de explotación, la plusvalía, ¿cómo se distribuye esa plusvalía, es todo beneficio para el capitalista?No. De la cuota de ganancia hay que descontar, en primer lugar, lo que va destinado a impuestos para mantener al aparato del Estado. En el caso español, lo que va destinado a impuestos para mantener al aparato de Estado ascendió en 2007 a 108.947 millones euros (D.2-D.3 de la tabla anexa). Por lo tanto, a la cuota de ganancia habrá que restárselos, porque de ellos va a disponer el Estado que asegura en última instancia el poder político-militar para mantener la explotación. ¿Pero es este el único reparto que se produce?No. En primer lugar, si el capitalista no quiere perecer en la batalla de la competencia, deberá dedicar una parte de esta plusvalía a nuevas inversiones, a crear nuevo capital constante en forma de nueva maquinaria, tecnología, instalaciones,… Una parte de ese capital constante se consumirá inmediatamente en el proceso productivo, pero otra parte quedará como nuevo capital, como capital acumulado en manos del capitalista.Con la parte de la ganancia restante, el empresario capitalista tiene a su vez que volver a repartirla entre los poseedores de los otros capitales necesarios tanto para la producción como para la circulación de sus mercancías. Desde el dueño del suelo o de los edificios donde se produce, hasta el banquero que le presta el dinero, la empresa que mantiene limpia la fábrica, el transportista que distribuye sus mercancías o el comerciante que finalmente las vende. En el capitalismo monopolista, lógicamente, es el capital financiero el que se quedará con la parte del león en la inmensa mayoría de casos.Y aún queda otra distribución más: la que se produce entre la parte que se quedan los capitalistas nacionales y la que se llevan los capitalistas extranjeros bien en forma de plusvalías directas (la que se llevan las multinacionales o los accionistas extranjeros de empresas españolas), bien de forma indirecta (la que se lleva el capital financiero internacional como cobro de intereses). “La plusvalía, o sea aquella parte del valor total de la mercancía en que se materializa el plustrabajo o trabajo no retribuido del obrero, es lo que yo llamo ganancia. Esta ganancia no se la embolsa en su totalidad el empresario capitalista. El monopolio del suelo permite al terrateniente embolsarse una parte de esta plusvalía bajo el nombre de renta del suelo, lo mismo si el suelo se utiliza para fines agrícolas que si se destina a construir edificios, ferrocarriles o a otro fin productivo cualquiera. Por otra parte, el hecho de que la posesión de los medios de trabajo permita al empresario capitalista producir una plusvalía o, lo que viene a ser lo mismo, apropiarse una determinada cantidad de trabajo no retribuido, permite al propietario de los medios de trabajo, que los presta total o parcialmente al empresario capitalista, en una palabra, permite al capitalista que presta el dinero, reivindicar para sí mismo otra parte de esta plusvalía, bajo de nombre de interés, con lo que al empresario capitalista, como tal, sólo le queda la llamada ganancia industrial o comercial. La renta del suelo, el interés y la ganancia industrial no son más que tantos otros nombres diversos para expresar las diversas partes de la plusvalía de una mercancía o del trabajo no retribuido que en ella se materializa, y brotan todas por igual de esta fuente y sólo de ella. No provienen del suelo como tal, ni del capital de por sí; mas el suelo y el capital permiten a sus poseedores obtener su parte correspondiente en la plusvalía que el empresario capitalista estruja al obrero. Para el mismo obrero, la cuestión de si esta plusvalía, fruto de su plustrabajo o trabajo no retribuido, se la embolsa exclusivamente el empresario capitalista o si éste se ve obligado a ceder a otros una parte de ella bajo el nombre de renta del suelo o interés, sólo tiene una importancia secundaria. Supongamos que el empresario capitalista maneje solamente capital propio y sea su propio terrateniente; en este caso, toda la plusvalía irá a parar a su bolsillo”. (Marx. Salario, precio y ganancia)

Deja una respuesta