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Berlín y Washington están empeñado en imponernos un rescate que nos convertiría en un protectorado. Pero para IU la principal campaña de movilización es exigir que se cree una «comisión de la verdad» sobre las «causas y responsables del agujero en los bancos». Todos estamos de acuerdo en que los banqueros rindan cuentas. ¿Pero sería correcto que, cuando las tropas napoleónicas estaban invadiendo el país, nos hubieramos concentrado en denunciar los desmanes de los usureros?
En el discurso de investidura de Rajoy, el máximo dirigente de IU, Cayo Lara, afirmó que “ningún poder económico debería estar por encima de los poderes democráticos emanados del pueblo. (…) No le quepa ninguna duda, Sr. Rajoy, que si cuando sea presidente del Gobierno algún centro de poder financiero exigiera sustituirle por un tecnócrata no elegido por el pueblo, como en el caso griego o italiano, nos tendrá a su lado defendiendo la soberanía popular”. «La principal amenaza para el pueblo no son los «excesos especulativos de la banca española», sino la amenaza de ser rescatados por Alemania o EEUU, los mayores ladrones globales»
¿No es eso lo que está pasando ahora? ¿No asistimos a una feroz ofensiva de Washington y Berlín por imponer un “rescate-atraco” sobre España que nos convierta en un protectorado, donde la soberanía popular y nacional quede reducida a cero.
Todos estamos de acuerdo con que los banqueros paguen por sus abusos y desmanes. Todos nos indignamos al conocer las escandalosas jubilaciones de directivos de bancos rescatados con dinero público.
No sólo se les debe investigar. Hay que juzgarlos, obligarles a devolver el dinero, y que paguen con años de cárcel sus fechorías.
¿Pero este es el centro de lo que está pasando? ¿Los excesos de unos “bancos especuladores”… o un ataque masivo de Alemania y EEUU para merendarse España?
Poner ahora el centro de atención en una “comisión de la verdad” que destape todos los desmanes de la banca española es, objetivamente, generar más confusión. Porque esconde a los principales saqueadores –EEUU y Alemania-. Y oculta el principal peligro para el pueblo y el país: la amenaza de que España sea intervenida –por la vía del “rescate”- por Berlín y Washington.