La precampaña gallega

División o unidad ante la crisis

En las declaraciones de ayer el candidato del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) a la Presidencia de la Xunta y vicepresidente del Gobierno gallego, Anxo Quintana, defendió que para salir de la crisis económica lo que hace falta es más autogobierno en Galicia, comprometiéndose, mediante una expresión gráfica, a «no levantar nunca el teléfono para pedir permiso a Zapatero ni Rajoy». Estas declaraciones las efectuó durante un acto de precampaña celebrado ayer en Moaña. Quintana reafirmó su apuesta de «no supeditarse a Madrid» porque eso fortalece a Galicia.

Esaña, y dentro de ella, Galicia, se encuentra en una situación de crisis económica cada vez más aguda y más acelerada. Crisis que se inició en el corazón de la única superpotencia global existente y que se ha extendido a todo el planeta. Crisis que afecta de forma particularmente grave a España porque el modelo económico está basado principalmente en el sector de la construcción. Un país con cuatro grandes dependencias que hacen mucho más grave y duro el impacto de la crisis, un país que necesita cambiar de modelo productivo. Los militantes y los posibles votantes del BNG tienen que ser conscientes que dicha formación política ha defendido hace meses en su programa que hay que cambiar el modelo económico heredado del PP de Aznar y mantenido apasionadamente por Zapatero. Tienen que ser conscientes que sólo la alternativa que una al conjunto del pueblo trabajador en toda España puede garantizar la fuerza necesaria para que la oligarquía financiera no nos haga pagar la crisis. La principal tarea en España y, por tanto, en Galicia es enfrentarse a la crisis económica. Para ello, es fundamental llegar a un pacto nacional por el ahorro del gasto público innecesario y por la inversión en sectores productivos de vanguardia y de alto valor añadido. Un pacto que una a los trabajadores de toda España y que una a todos los sectores sociales y económicos gravemente dañados por la crisis tanto en Galicia como en el resto de España. No es cierto que el autogobierno, que supone realmente mayor división en España y mayor debilitamiento de la unidad de los trabajadores sea "el mecanismo directo y el único posible para enfrentarse a la crisis" como afirma Quintana. Frente a una crisis que afecta a todo el modelo productivo español, el que funciona realmente como un único sistema económico integrado por todas las comunidades autónomas, plantear más división entre los trabajadores, más debilitamiento de su unidad, no sólo causa daño a los intereses del conjunto de los trabajadores sino que favorece, y alegra, a la oligarquía financiera.

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