La campaña gallega

Dividir a los gallegos con el gallego

La punta de lanza de la polí­tica disgregadora de la actual dirección del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) a través del actual Gobierno de la Xunta ha sido la polí­tica lingüí­stica con la escusa de la necesidad de la normalización lingüí­stica. Sin embargo la realidad es que la inmensa mayorí­a de la sociedad gallega no hace de la lengua un arma polí­tica. Si bien hay dos comunidades lingüí­sticas un tanto difusas, jamás ha habido problemas de comunicación entre los gallegos. Sólo han comenzadlo los conflictos cuando, desde posiciones nacionalistas identitarias, han comenzado a emerger grupos que reclaman el derecho a «vivir en gallego». Grupos que consideran el castellano como una lengua invasora y extranjera, a la que pretenden arrinconar, primero en el ámbito oficial, que ya casi lo está, y luego en el ámbito educativo y social.

La olítica lingüística llevada adelante por el BNG reproduce paso a paso, y de manera acelerada, el modelo catalán, mediante una legislación elaborada de espaldas al deseo de la mayoría de los ciudadanos de Galicia. Es un hecho que muchos votantes del Partido Socialista de Galicia (PSdeG), versión gallega del PSOE, y que comparte el gobierno autonómico con el BNG, están en total desacuerdo con la política lingüística que se está llevando a cabo. A lo largo de esta legislatura pasada, se ha producido un adoctrinamiento en las escuelas que, tergiversando la realidad y el significado de las palabras, en especial, el del concepto de “lengua propia”, ha fomentado el odio hacia la que ellos llaman lengua "invasora", y, que con un espíritu de revancha absurdo y antidemocrático parece negarse la condición de buenos gallegos a los que no prefieren hablar gallego. Es inevitable que esta política recuerde las ideas de cierto nacionalismo alemán que basa su racismo en que la lengua es la fuerza espiritual que constituye el pueblo como nación. Un problema serio es que esta ideología aparece en el preámbulo de la vigente Ley de Normalización Lingüística aprobada por consenso en 1983.La línea dominante en el BNG es consciente del rechazo que su política de imposición cultural y lingüística tiene entre la mayoría de la población gallega. De hecho, en un reciente acto electoral de precampaña, Anxo Quintana, máximo dirigente del BNG se lo insinuó a la línea “más nacionalista” de su propio partido que piensa que la actual dirección va demasiado lento. "Algunos compañeros quieren más, nosotros también", valoró, “pero para que los cambios sean estructurales, deben estar asentados en el pueblo”.

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