Cargando...Cristóbal Montoro, el portavoz de Economía del PP, primero ha valorado el nuevo sistema de financiación autonómico como «antisocial», y de «una falta total de respeto a la Constitución y al Estado de las Autonomías». Para, sin solución de continuidad, permitirse la afirmación de que «más vale pájaro en mano que ciento volando», con la burda excusa de «la carestía presupuestaria» que se vive en estos momentos, con la que intenta justificar la postura obviamente contradictoria del PP. Lo que realmente queda claro es que, por encima de las siglas, PSOE, PP, de su aparente diferencia de color, lo que domina es la defensa de los intereses de las burguesías burocráticas regionales, que son los intereses que representan los presidentes autonómicos del PP; como en otras regiones lo encarnan los barones del PSOE. Como ya demostró Arenas (PP), aunque criticara a Chaves (PSOE) estaba totalmente de acuerdo con él en «de lo mío, ¿qué?». Por eso, Arenas exigió, como antes Chaves, el pago a Andalucía de la llamada «deuda histórica» en metálico.
En realidad, de lo que se trata es de, con el dinero de todos los esañoles, financiar y mantener las estructuras burocráticas de las burguesías regionales. Y hacerlo en plena y galopante crisis económica. Se trata de aprovechar la debilidad del Gobierno de España para ejercer el chantaje político. No se tiene, en absoluto, en cuenta la verdadera solidaridad entre las diferentes comunidades. Lo único que hacen es mantener una envenenada espiral de reclamaciones. Cuando Rajoy apoya que sus colegas de PP, presidentes de comunidades autónomas, defiendan los “intereses” de su comunidad, ¿de qué intereses habla? No habla de los intereses de los ciudadanos de a pie, que necesitan una España fuerte en la que primen las políticas que defienden la igualdad entre los españoles, sin importar la parte de España donde se viva, las políticas de progreso social… Rajoy habla de los intereses de las burguesías burocráticas regionales, de lo mismo que habla Zapatero para ceder y seguir repartiendo el dinero público, a costa de inflar el déficit del Estado; que todos los presidentes autonómicos salgan satisfechos con sus palabras y promesas. Un sistema de financiación autonómico que va a suponer, en plena crisis económica, un retroceso en el estado del bienestar poniendo en riesgo la igualdad de los españoles a la hora de acceder a la sanidad, la educación o las prestaciones sociales, poniendo en riesgo la solidaridad territorial, los créditos para las pymes, los autónomos y las familias; y justificando una gravosa subida de impuestos. Es muy grave que Zapatero siga repartiendo el presupuesto nacional ante las exigencias de las castas burocráticas regionales. Es muy grave que sean de uno u otro color, de una u otra sigla, los que sigan alimentando a las castas, a sus burocracias, a sus redes clientelares y a su entramado de corrupción generalizada. Ni unos ni otros. Hay que terminar con la partitocracia dominante en España.