"Safe the Children [ONG] se ocupó de mí­ y de otros niños en mi situación y volví­ a casa."

«Disparaba cuando me lo ordenaban. Y obedecí­amos¨

El testigo 0298 de la causa que se sigue en la Corte Penal Internacional (CPI) contra antiguo lí­der de la guerrilla de la Unión de Patriotas Congoleña (UPC), Thomas Lubanga. El testigo fue secuestrado a la edad de 11 años, y retenido por los milicianos entre 2002 y 2003, tiempo durante el cual fue victima, como tantos menores, «del lema» de adoctrinamiento de la UPC «pegar o matar», y tení­amos miedo, nos pegaban hasta morir; declaró ante los jueces

Narro los enfrentamientos con la etnia rival de los hemas de Lubanga, los lendu, enfrentadas or el control de la tierra, pero sobre todo por las minas de oro de Ituri. Centrándose en el asalto a una misión donde especificó que "Matamos a todos; al sacerdote, también" “Disparaba cuando me lo ordenaban. Cuando matabas, se hablaba de cortar cabezas o arrancar los ojos. Y obedecíamos"…Después de un intento fallido de escapar, la segunda vez con más suerte, y con la ayuda de su padre, que lo saco del campamento y le puso en contacto con Safe the Children [ONG]. Organización que se ocupo de él y de otros niños en su misma situación, pudiendo regresar a su casa.A la pregunta si había niñas soldado en su grupo. Contesto sin vacilar "Sí, y luchaban como nosotros. Al llegar al campamento las violaban. Luego trabajaban para los soldados mayores","Algunas eran más pequeñas que yo. Otras eran más altas. Se las entrenaba igual. Con palizas"Unos de los frentes de acción Safe the Childrenes es el de los programas para el desarme, la desmovilización y la reintegración (DDR) de los niños y niñas soldados, a pesar de que cada vez son más conocidos, en muchos procesos de DDR no se ha dado prioridad a las necesidades de los menores soldados, y en otros se ignoran totalmente. con respecto las niñas y las necesidades especiales debido a su vulnerabilidad, en raras ocasiones se ofrece atención médica especializada para las lesiones físicas resultantes de la violación o de enfermedades de transmisión sexual.“Tengo dolores por la violación, como si tuviera heridas por dentro, y temo estar enferma. Me gustaría que me hicieran pruebas, pero no hay nadie que me ayude. Me hicieron pruebas en el centro de recepción de Gulu, pero no me dijeron los resultados. El médico dice que es mejor no saberlos”.Declaro una menor secuestrada por el Ejército de Resistencia del Señor. La mayor parte de los programas de desarme, desmovilización y reintegración de los últimos 10 años se han llevado a cabo en el África subsahariana. En el Congo, solamente 3.000 niñas (aproximadamente el 15% del número total de niñas que se calcula que participaron en el conflicto) estaban oficialmente desmovilizadas a finales de 2006, al concluir el programa nacional de DDR. La financiación a corto plazo, que llegó con retraso, hizo que en torno a 14.000 ex niños y niñas soldados quedasen excluidos del apoyo a la reintegración. A finales de 2006, unos cuatro años después del inicio del programa, cerca de la mitad de los 30.000 menores desmovilizados no había recibido asistencia para la reintegración.La voluntad de las instituciones internacionales, responsables de velar por los menores, es lenta, mala y demuestran el desprecio propio del imperialismo, por la vida humana.

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