Discrepancias con la visión de Obama

«Barack Obama quiere hacer en Afganistán lo que más o menos rechazó en Irak. El anunciado refuerzo de 30.000 hombres le ha permitido anunciar una retirada de aquí­ a julio de 2011. Asume un gran riesgo. El de incitar a los talibanes a adaptar su estrategia -militar y polí­tica- en función de la salida de las tropas extranjera. 18 meses se pasan muy rápido» (LE FIGARO)

ASIA TIMES.- Si bien el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desués de meses de deliberaciones, finalmente expuso su estrategia para Afganistán, Pakistán, el aliado más importante de Washington en la región, está diseñando un nuevo rumbo que se coloca en contradicción con los Estados Unidos. Pakistán, impulsado crecientemente por el stablishment militar, está empeñado en cuidar de sus propios intereses, independientemente de los daños que pueda causar a los planes de Estados Unidos. Pakistán está más preocupado por la expansión de la guerra de Afganistán en su territorio, y está luchando ya contra los militantes en las zonas tribales. Francia. Le Figaro La apuesta de Obama Barack Obama quiere hacer en Afganistán lo que más o menos rechazó en Irak. El anunciad refuerzo de 30.000 hombres le ha permitido anunciar una retirada de aquí a julio de 2011. Es la estrategia que Robert Gates y el general Petraeus pusieron en práctica en Bagdad en enero de 2007 por orden de George W. Bush. En su discurso del artes por la tarde, el presidente norteamericano ha reducido sensiblemente los objetivos que él mismo se fijo en marzo tras su primera intervención sobre Afganistán. No pretende ya construir un Estado estable, política y económicamente, sino más bien preparar la retirada de las tropas norteamericanas y extranjeras. Fijando una fecha para el inicio de esta retirada (julio de 2011) el presidente contenta a los demócratas que son muy reticentes ante algo que ven como un nuevo Vietnam. Mete presión al presidente Hamid Karzai esperando que esto le incite a asumir sus responsabilidades para la formación de un ejército afgano y la mejora de la gobernación. Asume un gran riesgo. El de incitar a los talibanes a adaptar su estrategia –militar y política– en función de la salida de las tropas extranjera. 18 meses se pasan muy rápido. Cada uno de los actores en juego, y en primer lugar los gobernantes de Kabul, van ahora a posicionarse en función de la idea que ellos se hagan de la situación en julio de 2011. Políticamente, Obama no ha tenido verdaderamente la opción de elegir, teniendo en cuenta la situación en Estados Unidos. Su apuesta no está perdida de antemano. Los aliados europeos de la OTAN pedían que una estrategia para la salida de Afganistán fuera definida. Obama les ha tomado la palabra. Si ellos quieren preservar sus relaciones con Washington, les será ahora más difícil rechazar las contribuciones que se les pidan para un esfuerzo presentado como limitado en el tiempo. LE FIGARO. 2-12-2009 Hong Kong. Asia Times Pakistán en desacuerdo con la visión de Obama Syed Saleem Shahzad Si bien el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, después de meses de deliberaciones, finalmente expuso su estrategia para Afganistán, Pakistán, el aliado más importante de Washington en la región, está diseñando un nuevo rumbo que se coloca en contradicción con los Estados Unidos. Obama anunció el martes el envío de 30.000 soldados a Afganistán durante los próximos siete meses, y también dijo que comenzaría a partir una retirada de la presencia de Estados Unidos en 18 meses. La entrada de nuevas tropas situarán en alrededor de 100.000 los soldados de EEUU en Afganistán. Además, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros miembros de la Fuerza Internacional de Asistencia tienen actualmente unos 40.000 soldados. En el corazón del plan de Obama parece estar un fuerte deseo de escalar la guerra en Afganistán en un intento de estrechar el cerco sobre los talibanes y Al Qaeda, y luego abrir el diálogo político con los talibanes, lo que debe conducir a la disolución de las estructuras de Al Qaeda en el sur de Asia y el inicio del camino para una salida de EEUU en los próximos años. Abdullah Shah Mazhar, ex comandante en jefe del proscrito grupo militante paquistaní, el Jaish-e-Mohammad, cuando fue contactado por Asia Times sobre el camino de Obama, dijo, "no tuve la oportunidad de escuchar el discurso del Presidente Obama, pero, como usted dijo, si va a enviar más tropas a Afganistán, creo que la [última] declaración de [el líder de los talibanes] el mulá Omar es suficiente para responderle, es decir, los talibanes pueden luchar contra las fuerzas de ocupación extranjera durante los próximos siete años sin inmutarse, sin ningún apoyo o asistencia". Las preocupaciones de la administración Obama sobre la situación en Afganistán se han intensificado en el último mes por el conocimiento de la rápida reagrupación de al-Qaeda en el sur de Asia, y no sólo allí. En concreto, las campanas de alarma sonaron en voz alta cuando una célula de Al Qaeda fue descubierta en Chicago el mes pasado. Orquestado por un comandante de Al-Qaeda con sede en el sur de Asia, Ilyas Kashirim, los miembros de la célula presuntamente planeaban ataques en Dinamarca y la India (…) En este contexto, Pakistán es un actor clave, del que Obama dijo el martes que Washington estaba "comprometido en una asciación … que está construida sobre una base de intereses mutuos, el respeto mutuo y la confianza mutua" y que Pakistán ocupaba un lugar cada vez más grande en los cálculos estratégicos de su administración. Aquí radica el problema: Pakistán, impulsado crecientemente por el stablishment militar, está empeñado en cuidar de sus propios intereses, independientemente de los daños que pueda causar a los planes de Estados Unidos. Pakistán está más preocupado por la expansión de la guerra de Afganistán en su territorio, y está luchando ya contra los militantes en las zonas tribales. En una reciente carta al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, Obama ofreció una ampliación de la asociación estratégica, incluyendo la zanahoria de una cooperación militar y económica adicional, junto con el palo de una advertencia con una franqueza inusual acerca de que el uso por parte de Pakistán de los grupos insurgentes para perseguir sus objetivos políticos no sería tolerada. La carta de dos páginas, que incluía una oferta para ayudar a reducir las tensiones entre Pakistán y la India, fue entregado a Zardari por el Consejero de Seguridad Nacional James Jones. Iba acompañado de garantías de Jones de que los EEUU redoblarán sus esfuerzos militares y civiles en Afganistán y que no tenían prevista ninguna retirada anticipada. El enfoque actual de Pakistán se centra de lleno en la limpieza en las zonas tribales a través de operaciones militares contra los militantes anti-sistema. Al mismo tiempo, quiere limitar su papel en la "guerra contra el terror" liderada por EEUU, en la que ha desempeñado un papel importante desde 2001, llegando a acuerdos de paz con los grupos en lucha que no perjudiquen su seguridad nacional. La carta de Obama pedía una colaboración más estrecha contra todos los grupos extremistas, nombrando cinco: al-Qaeda, los talibanes afganos, la red Haqqani, Lashkar-e-Taiba y la organización conocida como los talibanes paquistaníes Tehrik-e-Talibán. De una manera sutil, Obama dijo que la ambigüedad en las relaciones de Pakistán con alguno de ellos ya no podía ser ignorada. Aunque Pakistán quiere desempeñar un papel de mediador entre los talibanes y EEUU, no quiere ningún papel activo en la lucha contra los talibanes antes de poder ofrecerles una rama de olivo, ya que no suponen ningún reto para la seguridad de Pakistán. Islamabad está, sin embargo, preparado para hacer frente a Al Qaeda y sus asociados. Al abordar esta cuestión, la embajadora de EEUU en Pakistán, Anne W Patterson, dijo en la mañana del miércoles en Islamabad a un grupo selecto de medios, entre los cuales estuvo Asia Times, "El ejército de EEUU está trabajando muy estrechamente con sus homólogos paquistaníes, y ambos comprenden los niveles de amenaza de estos grupos extremistas. En cuanto a los comandantes talibanes como [Mullah] Nazir y [Hafiz] Gul Bahadur se refiere, si el ejército de Pakistán tiene un acuerdo con ellos, no se debe a que Pakistán les tenga simpatía, sino que da prioridad a sus objetivos en las operaciones militares en curso". La embajadora añadió: "Tenemos como objetivo lograr una coordinación muy estrecha entre los dos ejércitos" (…) De todos modos, EEUU es consciente de la falta de armonía táctica con Pakistán. "Déjenme ser muy clara en este punto, EEUU no tiene planes para la reconciliación con los talibanes. Nuestro objetivo es, sin embargo, llegar a un acuerdo para hablar con los ancianos tribales y con los talibanes, pero esto sólo es posible estrictamente en el ámbito de la política de EEUU de que los talibanes estén de acuerdo en los términos de la paz y estén integrados en la sociedad afgana", dijo Patterson. EEUU tiene como objetivo complementar su dependencia de Pakistán reuniendo en rededor a los países de la región, como la India y las repúblicas de Asia Central, para luchar contra la insurgencia talibán. Al mismo tiempo, Patterson destacó que Pakistán seguirá siendo el aliado clave en esta guerra. También rechazó los informes de que la OTAN había empezado a mover una cantidad significativa de sus suministros a través de un corredor de Asia Central en el norte de Afganistán. "Casi el 10% llega a través de Asia Central, el 80% de los suministros siguen llegando a través de Pakistán", dijo. Como resultado de las operaciones militares en Pakistán, la más reciente de las cuales continúa en Waziristán del Norte, las actividades de los grupos militantes se han reducido. Sin embargo, Islamabad reconoce que el uso de la fuerza no es una solución permanente, sino que sólo se dispersa a los activistas que no tardan en reagruparse. Como resultado de ello, Pakistán quiere lograr acuerdos de paz con los grupos militantes. Como en el pasado, sin embargo, mientras esto restablece el orden dentro de Pakistán, volverá a dirigir a los grupos militantes hacia Afganistán. Esto es bueno para Pakistán, pero podría tener consecuencias nefastas para las tropas de la OTAN. Del mismo modo en el frente político, el stablishment militar de Pakistán pretende cambiar la dinámica de la política local para que el papel de las fuerzas pro-Estados Unidos sea mínimo. Recientemente, bajo la presión de los militares, Zardari, emitió una ordenanza modificada en la que será el primer ministro, en lugar del presidente, quien presida la Autoridad del Comando Nacional, que controla el arsenal nuclear de Pakistán. El ejército quiere también que el líder de la oposición Nawaz Sharif y su Liga Musulmana de Pakistán entren a formar parte del gobierno, e incluso sugirió que miembros de ese partido debían ocupar puestos tan importantes en el gabinete como Interior, Asuntos Exteriores y Finanzas. Alternativamente, se ha transmitido a Sharif que el actual gobierno, muchos de cuyos miembros se enfrentan a una acción judicial a raíz de la expiración del decreto de amnistía, podría ser forzado a salir. Washington no tiene más remedio que permanecer en Afganistán y complementar sus fuerzas con tropas y recursos adicionales, de lo contrario los talibanes tomaran el control de nuevo y al-Qaeda se reagrupará y llevará a cabo ataques más descarados, no sólo en los EEUU sino en todo el mundo. Pero, a diferencia de después de los ataques del 11 de septiembre EEUU ahora tiene que actuar, en esencia, en solitario. Los países europeos están con Washington, pero, de forma muy parecida a Pakistán, buscan en primer lugar sus propios intereses y son renuentes a hacer cualquier trabajo pesado. Obama dijo en su discurso del martes que la retirada de las fuerzas de EEUU se iniciaría después de 18 meses. Esta proyección depende de la apreciación estadounidenses de que el desarrollo de la capacidad de las fuerzas afganas está a un nivel en que puedan operar independientemente. "En lo que se refiere al ejército afgano, es un ejército tan bueno y profesional como cualquier país pueda tener", dijo un funcionario militar de EEUU que estaba con la embajadora Patterson en la mañana del miércoles. Sin embargo, como todo el mundo ha visto, cuando recientemente EEUU sacó todas sus fuerzas de las bases en la provincia de Nuristan, dejando el Ejército Nacional Afgano para proteger las fronteras, la provincia cayó rápidamente en manos de los talibanes. EEUU puede enviar más tropas a Afganistán, pero también puede ser un duro camino durante un largo tiempo, mientras que a través de la frontera, Pakistán está decidido a cuidar de sus propios intereses. ASIA TIMES. 3-12-2009

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