Las ayudas de dependencia están tardando de 12 a 18 meses

Dinero a 2 velocidades, banca y discapacidades

La tan cacareada Ley de Dependencia, puesta en marcha hace 3 años por el gobierno de Zapatero como una de sus deslumbrantes y falsas estrellas de polí­tica social, muestra a la luz del dí­a su verdadera naturaleza. Para que las personas que lo necesitan, que sufren discapacidades por la avanzada edad, por sus condiciones fí­sicas o mentales, la ayuda, el dinero, tarda en empezar a llegar entre 12 y 18 meses. Si el dinero del plan de rescate de la banca hubiera tardado tanto en llegar, los bancos estarí­an en bancarrota. Sin embargo, hay ancianos que cuando van a empezar a recibir la ayuda ya están muertos. Hay una celeridad selectiva. Hay ayudas, hay dinero, a dos velocidades. La celeridad para la banca, para los fuertes, y la tardanza para nuestros mayores, para los débiles.

La ley de Deendencia es otra norma más que sirve para alimentar los choques entre el gobierno nacional y las castas políticas regionales que encarnan y representan a las distintas burguesías locales. Lo que fue calificado por Zapatero el 30 de noviembre de 2006 como “hito histórico” y “gran proyecto social de los próximos años”, tres años después, sigue siendo una pelota que se pasan entre el Gobierno y las autonomías. Una ley lastrada por la falta de financiación y por la deliberada confusión respecto a su financiación. Ha pasado como responsabilidad por tres ministerios. Han cesado dos ministros responsables de su puesta en práctica y, mientras tanto, se sigue aplicando con toda lentitud.Sin embargo, para financiar el plan de rescate de la banca no ha habido problemas de presupuesto público. ¿Será que sólo hay dinero para una dependencia, la dependencia de Zapatero de las órdenes de Botín y la dependencia de la banca privada del dinero público, de nuestro dinero? Toda la financiación para la gran banca ha estado prevista y bien prevista. Por el contrario, la Ley de Dependencia, en realidad, ha carecido de la financiación prevista. Las autonomías se han quejado durante estos años de que no se ha cubierto por parte del Gobierno la mitad fijada.Esta situación ha llevado a una aplicación muy irregular por parte de las distintas comunidades autónomas. Y ha provocado la ruptura, una vez más, también en esto, del principio básico de equidad, de igualdad entre los ciudadanos españoles. Ha permitido que se convierta en una nueva forma de clientelismo político. Ha dado lugar a todo tipo de dificultades e insuficiencias tanto en las esperas y en los retrasos, en las valoraciones y en los grados de dependencia, en las ayudas y las compensaciones convertidas en ridículas, en las incompatibilidades y coberturas, inesperadas y bajas. En definitiva, una Ley de Dependencia, necesaria, que se ha convertido descaradamente en papel mojado.Porque los recursos públicos se movilizan a toda velocidad para dar servicio urgente a la otra ‘dependencia’. La de los intereses de la banca en poder mantener sus beneficios en tiempos de crisis. Los ancianos y demás dependientes que se mueran. Así aplica el ahorro de gasto público el gobierno de Zapatero.

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