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Llega el verano y llegan las vacaciones, unos días de escapada y relax en la playa, en el pueblo, en la piscina, disfrutando de un viaje o de la familia y los amigos en una terraza… ¿no?
Pues no. Esta visión prototípica de la época estival no se cumple para toda la población. No para todos, no para todas las rentas.
El empobrecimiento de amplias capas de las clases populares y trabajadoras -determinado por un atraco financiero y monopolista que ha inflado los precios y devorado los bolsillos- hace que en España, uno de cada tres hogares no pueda permitirse ni siquiera una semana de vacaciones fuera de casa.
Es lo que se desprende del análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Disfrutar de las vacaciones de verano -aquel que las tenga- es también una cuestión de clase. La gran mayoría de españoles tiene ocasión de realizar en la época estival una escapada a la playa, al pueblo o a cualquier otro destino, gastando de media unos 410 euros extras en el viaje, y mucho más si se aloja en un hotel, camping o apartamento.
Pero no todos los bolsillos pueden permitirse ese dispendio. Según el análisis de los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ha realizado el diario Público, el 32,32% de los hogares no puede permitirse al menos una semana de vacaciones fuera de casa al año.
Y entre las capas más empobrecidas -que conforman el 25% de los hogares con menos ingresos del país- ese porcentaje escala al 58,08%.
Por contraste, entre el 25% de hogares con mayores rentas per cápita, el porcentaje de los que no pueden disfrutar de vacaciones veraniegas apenas llega al 10%.
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Pasar calor…también es cuestión de clase
Pero la renta no sólo determina si te puedes ir de vacaciones. Todas aquellas familias cuyo precario bolsillo están condenadas a quedarse en casa se enfrentan además al problema de si su vivienda tiene las condiciones para tener una temperatura suficientemente fresca durante el periodo más caluroso del año.
Y de nuevo, la Encuesta de Condiciones de Vida nos muestra un claro sesgo de clase. Uno de cada tres hogares españoles, un punto más de los que no pueden irse de vacaciones, un 33,56%, no tienen rentas para mantener su casa durante el verano a una temperatura agradable. De nuevo, este porcentaje asciende al 41,28% entre las familias más pobres (el 25% con menos rentas).
No pocos hogares sufren una doble condena. Si cruzamos los datos, un 46,5% de los hogares que no pueden permitirse una semana fuera de casa.. pasan además calor en su propio hogar.
No se trata sólo de sudar o del malestar que causan unas altas temperaturas que van a más, con un cambio climático que impone olas de calor cada vez más frecuentes e intensas. Pasar calor, -mucho calor- mata: según un estudio de la revista Epidemiology, se estima que en España mueren unas 12.000 personas al año debido al calor.
Y de nuevo las rentas son un factor decisivo. En abril de este año, un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) corroboraba que el impacto en la salud y en la mortalidad asociada a las olas de calor van más allá de las altas temperaturas y que en ellas influyen otros factores como los socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la vivienda o existencia de zonas verdes.