La mejor prueba de que esta propuesta de presupuestos, aunque insuficiente, es un paso positivo es la lista de quienes se han opuesto a ellos. No nos referimos principalmente a los ataques vertidos por algunos dirigentes del PP. Sino a la posición adoptada por grandes organismos internacionales, los mismos que impusieron los recortes.
El director del Departamento de Europea del FMI, Poul Thomsen, ha “advertido” a España sobre “el riesgo de subir el salario mínimo”. Los que alaban la “moderación salarial”, ahora consideran que subir salarios es “un riesgo” para la economía española.
Thomsen ha añadido que “la política fiscal debería ser más contracíclica”, aprovechando el momento de expansión económica para “ahorrar y reducir gasto”. Cuando hay recesión es necesario hacer recortes… y cuando hay crecimiento también.
La Comisión Europea se ha sumado también a las “advertencias”. Presumiblemente aprobará la propuesta presentada por el gobierno español. En un momento donde Italia lanza un abierto desafío a Bruselas, no puede permitirse enfrentarse con España, la cuarta economía de la zona euro. Pero las autoridades comunitarias sí han insistido en repetir que no comparten la revalorización de las pensiones respecto al IPC, defendiendo la continuidad del techo del 0,25% impuesto por Rajoy.
FMI y Comisión Europea han concentrado sus dardos precisamente contra las medidas que suben, aún moderadamente, salarios y pensiones. No es casualidad. Aquí es donde se ha pegado el mayor bocado a las rentas de la mayoría. Y quieren que ese atraco no se cuestione.