Salud

«Diga 33, pero sin faltar»

Según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Zaragoza y publicado en el International Journal of Occupational and Environmental Health, el 64% de los trabajadores de los servicios de salud ha sido objeto de amenazas o inslutos en los centros sanitarios, y el 11% ha padecido agresiones fí­sicas. El porcentaje más alto afecta directamente a los médicos, y en los hospitales pequeños al personal de dirección.

Ya existen o se acaban de oner en marcha registros para recabar las denuncias por episodios violentos. Es una exigencia de los sindicatos que en algunas comunidades como Castilla-La Mancha o Cataluña ya funcionan, o que es elaborado directamente por el colegio de médicos como en la Comunidad Valenciana.Las salas de urgencias son los lugares donde más frecuentemente se producen estas agresiones o insultos. Hasta el punto de que el 80% del personal reconoce haber sufrido alguna agresión verbal en los últimos doce meses, y el 50% un ataque físico directo.Las agresiones son incluso superiores a las de los centros psiquiátricos, que no superan el 29%. En el 85% de los casos el agresor es el paciente, aunque una cuarta parte de los episodios son iniciados por el acompañante.Pero el corazón del informe se concentra en dos datos y la opinión de Santiago Gascón, de la Escuela Profesional de Medicina del Trabajo de la Universidad de Zaragoza.El 70% de los agresores no presentaban problemas mentales ni estaban bajo el efecto del alcohol o las drogas. El 58% de las agresiones son causadas por el elevado tiempo de espera – la probabilidad de agresión se reduce en los hospitales más pequeños o en zonas rurales, en los que, además, las víctimas son más frecuentemente el personal de dirección que el profesional médico -.“Cuando la persona arremete contra su médico o una enfermera no piensa en la pena que le van a imponer; es una medida disuasoria de dudosa eficacia”. Santiago GascónNada justifica la agresión o el insulto a cualquier profesional sanitario. Nada. Los profesionales deben tener las mejores condiciones de trabajo y el mayor cuidado, pues lo que tienen en sus manos es la vida de la gente. Pero hay que denunciar que pretenda crearse la sensación de que el problema de la Sanidad ha pasado a ser este: “Diga 33, pero sin faltar”La media de espera para una intervención está entre en 2 meses, pero puede llegar a los 4 o 6 meses. La media para una visita con el cirujano es de 60 días, para una prueba de diagnóstico 20, y 30 para un especialista. La media nacional de espera en urgencias es de entre 3 y cuatro horas.No pueden aislarse los casos de agresiones de las condiciones generales de la sanidad – independientemente de la seguridad exigible y las acciones legales y penales -.Que en este contexto se enmarquen casos como el del pasado 11 de marzo, cuando un taxista jubilado de 74 años disparó a una residente en el centro de salud donde trabajaba y al conductor de una ambulancia, solo contribuye a confundir y restringir el problema al enfrentamiento entre médicos y pacientes. Se mezcla un asesinato que solo merece repudia y cárcel, con el hastío tanto de profesionales como de pacientes por las condiciones en las que se trabaja y, sobre todo, se cuida la salud, las condiciones y la propia vida de la gente.

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