Pasarela Cibeles.

Diamantes de purpurina frente a la crisis.

La moda, como el arte, refleja asiraciones intrínsecas a la sociedad del momento. La estética de las pasarelas ha visto el nacimiento de una mujer con esmoquin y traje que conquistaba derechos y toma de decisiones. Desde la movida de los ochenta donde todo valía para reivindicar la libertad y las luchas que luego se plasmaban en grandes hombreras que armaban de fuerza los brazos de la mujer y coloreaban con multitud de combinaciones imposibles. Los ochenta eran una época de gestación de las libertades y luchas en la que todo valía y tenía la fuerza que tienen las cosas cuando están cerca de ser conseguidas una época de cambio y transición.Pasamos a los noventa donde la mujer se viste con traje de ejecutiva en medio de un avance en la conquista de la igualdad, donde empezaba a ser posible la ejecutiva, la ministra y la conquista de la independencia. Una mujer autosuficiente a la que nada le daba miedo y que se veía reflejada en ropa cada vez más cómoda y urbana que desencorsetaba a la mujer. Una mujer que tomaba decisiones y que comenzaba a ocupar puestos de toma de decisiones en la sociedad.Este año, en la pasarela Cibeles vemos la crisis reflejada de una forma muy particular. Sensualidad y lujo crean el efecto óptico de que mañana al levantarnos la crisis habrá terminado, y podremos desayunar con diamantes. Pieles naturales que vuelven desde la alta costura al pret a porter por supuesto con sus espontáneas reivindicaciones contra el uso y crimen de los animales en este fin. Espejismos de diamantes de purpurina maquillan la situación dramática que vive el país. Con conjuntos de precios desorbitados y una mujer cubierta de lujo que crean la sensación de que todo va estupendamente. Volantes, encajes y pieles sitúan a la mujer en la época de las grandes divas que reciben lujosos regalos de sus amantes. Purpurina y maquillaje para ofrecer una imagen de abundancia irreal. Este año Cibeles no refleja el sentimiento y las características de la sociedad, muestra un sueño más que una realidad. En plena crisis, se han olvidado del reciclaje tan de moda durante años, de los pantalones rotos que muchos llevan ya no por moda si no por necesidad, de utilizar retales para transformar una prenda cualquiera en única y original que ofrecían firmas de moda y que terminaba siendo la costumbre para aprovechar ese pantalón viejo o ese antiguo traje vintage de fiesta. En tiempos de crisis, el objetivo es hacer soñar.

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