SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

‘Deutschland über alles’

Todos somos hijos de nuestros propios actos: las personas y los pueblos. Pero ello no nos exime de reflexionar sobre nuestra situación sin una mala palabra, sin un mal gesto y sin una mala actitud. Pero con voluntad de acertar en el diagnóstico y -lo que es más difícil- atinar en el tratamiento. Este es mi punto de vista:1. Los padres fundadores de la Unión Europea pensaron que una progresiva unión económica desembocaría necesariamente en una unión política. Erraron. 2. La unión política se alcanzará, si algún día llega, mediante una progresiva federalización de Europa. Esta federalización pasará, como en cualquier comunidad -o sociedad- con vocación de futuro, por el establecimiento de un sistema institucional democrático cuyas decisiones sean vinculantes para todos los miembros, y por la implantación de un sistema de responsabilidad solidaria -de todos y para todos- por un determinado tipo de deudas, sujetas -eso sí- a cuantos controles previos a ser contraídas se quieran.3. Es evidente que Alemania no concibe su papel en la Unión Europea como la del primus inter pares (el primero entre iguales) dispuesto a liderar este proceso de federalización. O quiere y no sabe, o sabe y no quiere, o ni quiere ni sabe.4. Alemania intentó por dos veces, en el último siglo, conseguir la hegemonía continental europea por la fuerza de las armas, siendo derrotada en ambas ocasiones por los anglosajones; y parece estar a punto de alcanzarla ahora, a la tercera, por la vía de la asfixia económica impuesta a los países del sur y pese a las zancadillas anglosajonas.5. No va a haber, a medio plazo, ni el menor atisbo de unión política europea. Europa no será más que un mercado con una moneda única -si esta subsiste- controlado por Alemania. Sostener por ello, a estas alturas, que «la solución es Europa» quizá no sea más que una manifestación de frivolidad, de pereza mental o de falta de coraje.6. ¿Nos interesa esta Europa? Sinceramente, no lo sé. ¿No valdría la pena recuperar la decisión plena de nuestro destino? ¿No tendríamos, por lo menos, que pensarlo?

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