Palomares (del PSOE) Primer ayuntamiento en quiebra de España

Deudas locales inaguantables

Las entradas de Palomares cayeron más de un 90% y su deuda superaba los 6 millones de euros. La situación ya era inaguantable y su alcalde Juan Bautista Ginés (del PSOE) ha suspendido el pago a sus concejales, funcionarios y trabajadores. La deuda con los proveedores y empresas contratistas del Ayuntamiento supera los 2,5 millones de euros. El impago de cinco meses a la eléctrica Endesa ha conducido al corte del suministro eléctrico y se produce un déficit en los servicios públicos.

Sus ingresos se han reducido un 90%, debido a la deendencia a la construcción, además de la deuda municipal que arrastra de más de 6 millones de euros; producto del derroche y el despilfarro de las arcas públicas durante los últimos años. Como ha manifestado el alcalde, a día de hoy “los ingresos no cubren los gastos” y “La situación del Ayuntamiento es estructural”. El problema no es que el Ayuntamiento de Palomares haya entrado literalmente en quiebra sino ¿cuántos ayuntamientos más de España están en la misma situación y hasta cuándo podrán aguantar? Cada español de media debe 566 euros por la “deuda viva” de los ayuntamientos, que asciende a 32.030 millones de euros, según los datos del ministerio de de Economía y Hacienda. La “deuda viva” es la que los ayuntamientos tienen con bancos y cajas. No incluye la deuda comercial o a los proveedores. Lo que significa que las cifras del ministerio de Economía pueden ¡duplicarse por dos! Desde el inicio de la crisis la deuda se dispara. Sólo contando la “deuda viva” en Madrid cada ciudadano está empeñado en 2.080 euros, en Zaragoza por 1.046 euros, en Valencia 992 euros por habitante o en Sevilla 602 euros. Este endeudamiento proviene del derroche de las arcas municipales y, además, es un gran negocio para bancos y cajas que se quedan una buena tajada de nuestros impuestos y contribuciones a través de miles de millones en intereses. Lo peor no es que la política autonómica, municipal y central haya conducido a un insostenible endeudamiento público, sino que con la crisis se ahonda en él conduciendo a marchas forzadas a la ruina de la administración pública española. “Las actuaciones que vamos a desarrollar para sacar a España de la crisis situarán la deuda en el entorno del 60% del PIB a finales del año que viene” eran las recientes palabras de la Ministra de Economía, Elena Salgado. Es decir, el grueso de las medidas para salir de la crisis que está tomando el gobierno pasa por un mayor endeudamiento. Un endeudamiento creciente que, al igual que los ayuntamientos y autonomías, no es para generar economía productiva sino para generar, a mediano y largo plazo, más deuda. Sólo es posible salir de la crisis a través de una política de austeridad, que ahorre al menos un 20% de los gastos públicos en los cuantiosos lujos y derroches, no en inversión social. Y que el dinero ahorrado se invierta en economía productiva generando nuevos puesto de trabajo y rompiendo con la dependencia al ladrillo. Nos han traído hasta aquí la partitocracia, las castas regionales y los ayuntamientos de la mafia del ladrillo que dominan casi toda España. Palomares es sólo el primer aviso.

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