El capital extranjero vampiriza el paí­s

Deuda española y tiburones europeos

El vertiginoso crecimiento de la deuda española, primero, en los años de expansión, la deuda privada, ahora, en los momentos de crisis, la deuda pública, está afilando los colmillos de los grandes tiburones europeos de las finanzas.

Prácticamente no hay semana en que un gran banco, una agencia de calificación o alguno de los grandes diarios económicos que actúan como ortavoces de las principales oligarquías europeas no lance una señal de alarma con respecto a la deuda española. HSBC, Deutsche Bank, UBS, Credit Suisse, Moody´s, Standard & Poor’s, Financial Times… la lista sería interminable.Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Es manifestación de un preocupación genuina, sincera, por el estado de las cuentas públicas o privadas de nuestro país? Suponer esto sería tan ingenuo como creer que cuando una bandada de buitres merodean a un animal herido lo hacen preocupados por su salud. Cuando lo que ocurre es que están calculando el momento exacto de abalanzarse sobre él para devorarlo.Una de las más graves consecuencias que el estallido de la crisis va a tener para nuestro país –aunque nadie hable de ello– se deriva precisamente el alto grado de endeudamiento al que nos ha abocado en la última década el proyecto de un sector de la oligarquía –encabezado por Botín y eficazmente secundado por el gobierno Zapatero–, buscando dar un salto en su expansión internacional y en la jerarquía de la gran banca mundial o de las grandes empresas monopolistas.Para llevarlo adelante, sometieron al país a un gigantesco proceso de endeudamiento exterior, cuyo ritmo de crecimiento entre 2000 y 2007 (como puede verse en el cuadro adjunto) multiplica con creces el de que cualquier otro país de la UE. Pero como es inevitable, llega un momento en que las deudas se tienen que pagar. Y además con intereses. Y si cuando eso ocurre, coincide con el estallido de una crisis financiera mundial y con el reventón de la burbuja inmobiliaria que había sido hasta ahora el motor de crecimiento interno, los problemas aumentan de grado y los peligros adquieren una nueva categoría.El plan de recate bancario ideado por la dirección de Santander y BBVA y ejecutado por Zapatero sirvió para evitar el riesgo de un colapso sistémico del sistema financiero español en los turbulentos meses que siguieron a la caída de Lehman Brothers. Pero a costa de incrementar la deuda pública a un volumen y con un ritmo de crecimiento incompatibles con los largos años de estancamiento que se avecinan para la economía española.En esta situación, las principales oligarquías financieras de Europa –en particular la banca alemana y francesa, dueñas de la mayor parte de la deuda privada española– están procediendo exactamente de la misma manera que los bancos españoles lo están haciendo con sus clientes. Es decir, buscan aprovecharse de la situación dependiente del deudor para vampirizarlo al máximo, de forma que las pérdidas que la crisis mundial les ha provocado, no corran a su cargo sino que sean cubiertas, en todo o en parte, por sus deudores. En definitiva, descargar el peso de la crisis y hacer pagar la factura más onerosa a aquellos que, por su situación en la cadena mundial de operaciones del capital financiero, son más débiles que ellos.De los países situados en la jerarquía inferior de la UE, Irlanda ya ha aceptado cargar con la factura. Su gobierno ha puesto en marcha un durísimo plan de ajuste que implica unas sustanciales rebajas salariales, retroceso en las condiciones de vida y pérdida de riqueza para la mayoría de sus habitantes. Grecia se encuentra ahora mismo en el ojo del huracán. Es sólo cuestión de tiempo que se vea obligada a hacer lo mismo. Y tras Grecia, los tiburones financieros europeos ya han situado a España en el punto de mira. Deuda española: tres peldaños sobre su nivel real Más malos augurios sobre el futuro de la deuda pública española. Tras las llamadas de atención de dos de las principales agencias como Standard & Poor’s y Moody’s, este lunes ha sido el banco británico HSBC quien ha afirmado que la calificación de la deuda pública de España está actualmente tres peldaños por encima de la categoría que le correspondería realmente si se tuviera en cuenta los posibles riesgos de impago.Además, ahí no acaban las malas noticias, ya que los analistas del banco británico advierten a los inversores de que no sólo deben preocuparse por la dependencia de Grecia de la liquidez proporcionada por el Banco Central Europeo (BCE), sino que "podrían empezar a mirar hacia España y Portugal".A este respecto, el informe recuerda que los bancos y cajas de España "contaban en octubre de 2009 con bonos en cartera por importe de 160.000 millones de euros y recibían 85.000 millones de la liquidez suministrada por el BCE, el 7,8% del PIB", mientras que la combinación de desempleo y déficit presupuestario colocaba a España a la cabeza del Indice de Miseria, elaborado por Moody’s. Por todo ello, apunta que si se confirma un periodo prolongado de crecimiento inferior a la tendencia junto a una baja inflación, la posición de la deuda española se deteriorará. Hay que vender deuda española Los analistas del banco alemán recomiendan a los inversores vender deuda pública española, en favor de la deuda de Irlanda. Deutche Bank explica que el gobierno de Irlanda, a diferencia del español, va a tener que emitir menos deuda en lo que resta del año y que la recuperación de las exportaciones permitirá que se acelere su crecimiento."Irlanda ofrece una mayor retribución, en relación a su riesgo, que España". Deutsche Bank se suma a otras firmas como Credit Suisse o Citi que, pese a que no recomendaron vender deuda pública española de forma directa, sí avisaron recientemente del previsible deterioro de la calidad crediticia de España. Problemas de España con su deuda ¿Puede estallar la burbuja del endeudamiento público en algún Estado de la zona del euro? Los analistas del banco suizo UBS no lo descartan. El galopante ritmo de emisión de deuda soberana de algunos países comienza a ser "preocupante", sobre todo en el caso de Grecia, principal candidato a la suspensión o aplazamiento del pago de su deuda.La huida hacia adelante del país heleno no provocará un default (impago de deuda pública) a corto plazo, pero "es sin duda posible en un horizonte a cinco años". Y España podría seguirle.Según el informe Europe Outlook 2010 de UBS, el peligro es que si Grecia "entrase en default, entonces el mercado pondría a prueba a otros países: Irlanda, luego Portugal, luego España, luego… Esto podría desencadenar un efecto dominó con efectos potencialmente devastadores". Un escenario escalofriante.

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