SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Después del Bréxit y del Trumpetazo, ¿será Francia la próxima sorpresa?

9 de abril 2017

En 35 años, el FN ha pasado de ser el grupúsculo marginal de extrema derecha que obtuvo el 0,18% de los votos en 1981 al “primer partido de Francia”: 6,8 millones de votos (30%) de la segunda vuelta de las regionales de 2015, en las que fue el partido más votado (…)

¿Qué pasa en Francia para que un partido xenófobo y ultraderechista alcance posiciones de liderazgo? Es obvio que no puede considerarse al 30% del electorado activo de Francia como “racista” o “ultraderechista”. Entonces, ¿qué ocurre? (…)

Hasta el momento dos cosas han impedido que este partido en ascenso ocupe posiciones de poder en el país; el sistema electoral que selecciona en segundas vueltas, y la alergia y desconfianza hacia el FN, considerado por más del 58% como “un peligro para la democracia”. Esa barrera sigue ahí, es sólida, e impide el acceso del FN al poder.

El partido de Marine Le Pen se dio cuenta en 2012 de la necesidad de superar ese rechazo mayoritario y de derribar los límites al éxito de su partido (…) Una de las primeras consecuencias de este proceso llamado de “desdiabolización” del FN fue matar al padre: apartar del partido a su viejo fundador, Jean Marie Le Pen, un ex paracaidista con pedigrí de torturador en Argelia, antisemita y nostálgico del régimen del Mariscal Petain (…)

El pasado octubre se conoció la creación de un foro de empresarios, altos funcionarios y cuadros técnicos simpatizantes del partido, el Club des Horaces, cuya misión es elaborar informes “profesionales” sobre los aspectos fundamentales de la política (Europa, finanzas, defensa, política exterior) y remediar la falta de preparación para gobernar. (…)

La erosión de la condición asalariada conocida en los últimos treinta años, con su desempleo de masas, precarización y la inseguridad social que resulta, reactiva la amenaza de “desestabilización de los estables”. En ese contexto, ha aparecido, “una mezcla de resentimiento, de agria amargura, de parte de sectores de la población que habían adquirido una forma de respetabilidad social que hoy ven desaparecer. (…)

El ascenso del FN en los últimos años se explica en ese contexto general de degradación del clima social y político que afecta cada vez más a las clases medias y bajas, pero también por la creciente credibilidad de la denuncia que el FN hace de lo que llama UMPS (el correspondiente francés al PPSOE), es decir: no hay alternancia y “todos son lo mismo” (…) “En los pueblos escucho a mucha gente decir, votaremos antes a Le Pen que a un ultraliberal que quiere recortar las pensiones y los funcionarios”.“No estamos por el FN, estamos contra vosotros” dice Jean-Christope Cambadélis, secretario general del Partido Socialista. (…)

Todo lo importante (economía, social, política exterior) se decide fuera y al margen de la soberanía nacional, en Bruselas, en el Banco Central Europeo, en el FMI, en Berlín, en la OMC o en la OTAN, pero desde luego no en la Asamblea Nacional francesa ni en las elecciones francesas, así que todo eso suscita apoyos a un discurso que ponga en valor la soberanía e identidad nacional, los valores tradicionales, el valor trabajo, y la vigencia de los servicios públicos.

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