Después de Alzira la Generalitat Valenciana inicia la recuperación del Hospital de Denia

Muchos valencianos están descubriendo en las últimas semanas que las empresas que gestionan la sanidad privada en la Comunidad Valenciana bajo nombres tan valencianos como Ribera Salud o Marina Salud se ocultan empresas como Centene Corporation y DKV, propiedad de fondos que tienen sus sedes en Estados Unidos o Alemania.

El 1 de abril el Hospital de Alzira volvía a la gestión pública después de 18 años en manos privadas, y de una intensa batalla frente a las maniobras de Centene Corporation, propietaria del 50% de las acciones de Ribera Salud, y de la intervención del embajador norteamericano en España por evitarlo.

El presidente de la Comunidad Valenciana Ximo Puig acaba de anunciar en las Cortes Valencianas que, tras asumir la Generalitat la dirección del Hospital de Alzira y el Área Sanitaria de La Ribera, el próximo objetivo es revertir el Hospital de Denia y su área sanitaria a la gestión pública integral.

El anuncio reabre la batalla con el capital extranjero que todavía controla la gestión de cuatro departamentos sanitarios, especialmente con el fondo norteamericano Centene Corporation extremadamente beligerante en la vuelta del Hospital de Alzira a gestión pública.

El departamento sanitario donde está el Hospital de Denia está gestionado por Marina Salud, una concesionaria cuyo socio mayoritario es la empresa alemana DKV Seguros con el 65% de las acciones. Ribera Salud -propiedad al 50% del fondo norteamericano Centene Corporation y el Banco Sabadell- tiene el otro 35%.

Ximo Puig declaraba que se ha entrado en un proceso de negociación “definitivo” para resolver la concesión de forma anticipada mediante la adquisición de las acciones, ya que el contrato no finaliza hasta 2023. Recordando ante las Cortes Valencianas que su gobierno apuesta por la gestión pública directa y que rescatará las concesiones sanitarias “a medida que vayan venciendo o se den determinadas situaciones que lo aconsejen”.

Las siguientes serían las de Torrevieja y Elche que vencen en 2021 y 2025 respectivamente, gestionadas por Ribera Salud; y la de Manises gestionada por la multinacional británica Bupa Sanitas cuya concesión no finaliza hasta 2024.

Centene (Ribera Salud) declara la guerra

Desde la Generalitat dicen que la reversión de La Marina a la gestión pública es un objetivo prioritario, pero el gobierno valenciano no tendrá nada fácil lograr un acuerdo pacífico en los próximos meses por la vía de la compra de las acciones al fondo alemán DKV Seguros y a Ribera Salud.

Con la sombra de la intervención norteamericana aún presente para tratar de impedir la reversión a la sanidad pública del Hospital de Alzira, la concesionaria Ribera Salud viene anunciando que no solo no está de acuerdo con dejar la concesión privada, sino que ejercerá el derecho de tanteo para comprar sus acciones a DKV y controlar el 100% de Marina Salud, en virtud del pacto que tienen firmado con la empresa alemana.«El fondo norteamericano Centene Corporatión ya ha demostrado que está dispuesto a todo con tal de mantener la privatización»

La posición de Centene-Ribera Salud supone toda una declaración de guerra, ya que la nueva Ley de Salud de la Comunidad Valenciana recién aprobada en las Cortes Valencianas apuesta por la gestión pública y recoge expresamente que ninguna empresa privada puede tener más del 40% de participación en más de una concesión. Y como dice la vicepresidenta del gobierno valenciano Mónica Oltra de Compromís: “Ribera Salud no puede ir contra la legalidad…, la Ley es de “aplicación inmediata”, frente a las pretensiones de Ribera Salud que considera que sería una aplicación retroactiva por la existencia de su pacto con DKV.

El fondo norteamericano Centene Corporatión ya ha demostrado en el proceso de reversión del Área Sanitaria del Hospital de Alzira que está dispuesto a todo con tal de mantener la privatización, incluida la intervención de la Embajada Norteamericana en

Madrid y la del exministro español de Defensa, Pedro Morenés, desde la Embajada Española en Washington. Morenés actuando como representante de los intereses del fondo americano llamó directamente a Ximo Puig para presionar a favor de Centene Corporation. Y el embajador norteamericano, Richard Duke, envió una carta amenazante en la que advertía de los “problemas o dificultades” que podía traer la recuperación para la gestión pública del Hospital de Alzira.

Todo indica que el gobierno valenciano de izquierdas debe prepararse para una guerra de presiones, tanto en los tribunales como desde las “embajadas” y otros centros de presión política que tratarán de impedir una nueva reversión.

El frente con DKV

Pero si el fondo norteamericano Centene declara una guerra abierta, tampoco lo tiene fácil el gobierno valenciano con los alemanes de DKV, enfrentados con la Consejería de Sanidad por las liquidaciones pendientes que pueden hacer variar sustancialmente los costes de la operación.

Las relaciones entre la Consejería de Sanidad y DKV son tensas desde que en febrero de 2017 se conociera una auditoría de la Intervención General de la Generalitat valenciana encargada por la consejería que dirige Carmen Montón.

El informe de Intervención General señaló la falta de control por parte de la Consejería de Salud sobre la gestión privada del Hospital de Denia y su área sanitaria desde los tiempos del PP.

Entre las irregularidades señaladas destacan la falta de control sobre las inversiones comprometidas en la concesión (un mínimo de 80 millones de euros) y una posible estafa de DKV por el cobro de tasas a terceros (población sin cobertura y extranjeros con seguro privado). Según Intervención, Marina Salud habría estado facturando a empresas intermediarias (Gestitursa y DKV Servicios) que repercutían el coste de la atención sanitaria a los pacientes atendidos a un coste muy superior al establecido por la Ley de Tasas.«No lo tiene fácil el gobierno valenciano con los alemanes de DKV, enfrentados con la Consejería de Sanidad por más de 100 millones de liquidaciones pendientes»

Y sobre todo el informe de auditoría señaló que entre 2009 y 2017 Marina Salud debería abonar a la Generalitat 107,6 millones de euros, frente a los 103.667 euros favorables a la empresa que según la Comisión Mixta formada por la Consejería y la concesionaria debería pagar la Generalitat.

Marina Salud (DKV) rechazó desde el principio el informe tachando alguna de sus conclusiones de “afirmaciones temerarias”, y anunció que lo llevaría a los tribunales.

La repercusión sobre los costes de la reversión son evidentes. Así, mientras que fuentes de la Consejería de Sanidad estarían insinuando con la auditoria en la mano un posible canje, deuda por el fin de la concesión y pase a la gestión pública, otras aluden a que la alemana DKV Seguros podría utilizar el pacto con el fondo norteamericano Centene Corporation para elevar el precio de la transacción a pagar por la Generalitat.

Un canje que aún sería muy favorable a la concesionaria ya un estudio de la Consejería de Hacienda de la Generalitat en mayo de 2016 cifraba el traspaso de acciones en 60 millones de euros, muy por debajo de la deuda que asumiría la Generalitat.

La batalla por Denia está abierta y la sombra de la intervención de las “embajadas” vuelve sobre la sanidad valenciana.

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El Área Sanitaria de La Marina

El departamento de salud de Denia es otro ejemplo paradigmático del conocido como “modelo Alzira” de gestión privada mediante la concesión a empresas, controladas por capital extranjero, norteamericano sobre todo.

Las concesiones se concedían en zonas de gran concentración de la población, con poca dispersión para reducir costes e incluían tanto los servicios del hospital central de referencia, en este caso el Hospital de Denia, como toda su área sanitaria, ambulatorios y centros de atención primaria. A cambio de un canon anual pagado por la Generalitat.

La red asistencial del Departamento de Salud de Dénia cuenta con 4 Centros Sanitarios Integrados -CSI-, 8 centros de salud y 34 consultorios médicos. Atiende a una población de 180.000 habitantes. En el caso de La Marina con un plus añadido al ser una zona de gran concentración de residentes extranjeros con seguros privados.

La salud de millones de españoles en manos de DKV Sanidad y Centene Corporation

Centene Corporation es un fondo especializado en la gestión sanitaria, un gigante del sector sanitario norteamericano que cotiza en Wall Street.

En España tiene el 50% de Ribera Salud que aún controla la gestión privada de los departamentos de salud de Torrevieja y Elche, junto al 35% de La Marina (casi medio millón de habitantes) además de Valencia Ribera Salud, la Plataforma de compras, equipamiento servicios generales y consultoría. Y en Madrid el Laboratorio Clínico Central de la Comunidad Autónoma de Madrid que da cobertura a 6 hospitales y 1,2 millones de habitantes.

DKV Seguros, principal accionista de Marina Salud con el 65% de las acciones, es la filial española de Krankenversicherung AG, perteneciente al grupo alemán ERGO, la principal compañía de seguros médicos de Europa.

Maneja 16 billones de euros en primas con 31 millones de clientes en Europa.

En España, el Grupo DKV está implantado en todo el territorio nacional, con una amplia red de oficinas y consultorios en la que trabajan casi 2.000 empleados, y cerca de 2 millones de clientes.

3 comentarios sobre “Después de Alzira la Generalitat Valenciana inicia la recuperación del Hospital de Denia”

  • don erre que erre dice:

    Todo un ejemplo de lo que puede llegar a convertirse España bajo un Gobierno de Progreso PSOE+Unidos-Podemos +C´s.En éste caso con el PSOE+Compromís+Podemos

  • PLANTA TÓXICA dice:

    Lo llamado público se desarrolla porque el Capital, fragmentariamente considerado, opera para su acumulación ampliada, y no para el acondicionamiento de su mera reproducción. Es por ello que el Capital mismo no puede ser su guardián : debe delegar en una organización política que ve más allá de sus propios intereses inmediatos económicos. Aún así, cuando el Estado ha generado condiciones de acumulación, entonces es «natural» que el Capital pueda pasar a gestor directo de aquello que ya eran sus estructuras de reproducción, para el caso la fuerza poblacional gestora del propio Estado capitalista, y sus necesidades de salubridad.

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