España firma con Senegal un acuerdo de "control migratorio"

Deslocalizando la represión

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, ha firmado con Senegal un acuerdo para el «control migratorio», ampliando la presencia de la policí­a española en el paí­s africano. Se está vendiendo el acuerdo como un avance en la lucha contra las mafias de la inmigración, pero la sola mención a que el pacto establecido con Senegal será similar al ya firmado con Mauritania pone los pelos de punta. Como ya denunció hace meses Amnistí­a Internacional, España financia a Mauritania para que imponga una cruel represión -que incluye el confinamiento en campos de concentración- contra los subsaharianos que intentan entrar en España. Deslocalizar la represión contra la inmigración, cuanto más lejos de España mejor, para que no trascienda. Esta parece ser la polí­tica del gobierno.

El acuerdo entre Esaña y Senegal incluye la creación de un equipo policial conjunto, y la presencia de una misión permanente de funcionarios del Estado africano en Canarias para colaborar en la identificación de los sin papeles que llegan a las islas. España ya tiene desplegados en Senegal un buque oceánico, dos patrulleras, un avión y un helicóptero en tareas de control migratorio, en cooperación con cinco patrulleras del país. Se publicita el acuerdo como un logro contra las mafias de la inmigración y un avance en la lucha antiterrorista y el combate al narcotráfico. Pero también se ha deslizado que el pacto con Senegal “es similar al ya suscrito con Mauritania”. ¿Y cual es el acuerdo firmado entre España y Mauritania? El director de Amnistía Internacional en España, Estebán Beltrán, denunció hace varios meses, que el acuerdo entre España y Mauritania ha convertido al país africano en “la policía de Europa y de España”, que cada mes detiene arbitrariamente y de forma preventiva e irregular a todos los subsaharianos susceptibles de querer llegar a España. Sin asistencia jurídica ni información de ningún tipo, estos inmigrantes son enviados a un centro de internamiento en Nuadibú -conocido popularmente como el "Guantanamito"-. En 2007 –las últimas cifras disponibles- fueron recluidas en el centro 3.257 personas, a las que se envió luego a Senegal y a Malí, abandonándolas en la frontera, a menudo, sin apenas alimentos ni medio de transporte Beltrán denuncia que “el gobierno español vende su papel como preocupación humanitaria hacia este país africano, pero esto no es así”. Entre otros datos, podemos mencionar que una parte de la supuesta “ayuda humanitaria” a Mauritania fue destinada a transformar Nuadibú de vieja escuela en moderno campo de concentración. Este es el doble fondo criminal del acuerdo con Senegal. Contratar un nuevo policía que machaque a los trabajadores inmigrante sin que las burguesías europeas se manchen las manos con la sangre.

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