Cristina Kichner arrasa en Argentina

Derrota apabullante para Washington

Con un aplastante 53% de los votos en la primera vuelta, Cristina Fernández de Kichner ha obtenido un histórica victoria en Argentina. Todas las maniobras de la embajada norteamericana en Buenos Aires y las presiones de Departamento de Estado se han estrellado contra la realidad de un electorado argentino que quiere más, y no menos, polí­tica antihegemonista.

Las proyecciones de los resultados conceden a Cristina Fernández de Kirchner una victoria histórica, mayor aún a la que obtuvo en su primera victoria en 2007, y una fuerte concentración de poder, tanto entre los peronistas, donde su liderazgo queda remachado por muchos años, como en las dos Cámaras del Congreso de las que a partir de ahora tendrá el control y en las 8 provincias donde gana el gobernador de las 9 donde se elegían.Con casi el 54% de los votos, establece una ventaja histórica sobre el segundo clasificado, que ronda los 40 puntos, la mayor desde la victoria del general Perón sobre el radical Ricardo Balbín, en 1973.Amparada en una sólida relación con Brasil a través del Mercosur, y el aumento del precio de las materias primas –en especial de la soja, de la que Argentina es uno de los grandes suministradores a China– la economía argentina crecerá este año a un ritmo superior al 8%. Crecimiento del que se han beneficiado amplios sectores d ela población –aunque a distinto nivel– gracias a las políticas de incremento de as ayudas sociales a los más necesitados puestas en marcha por los gobiernos Kichner. Asimismo, el pulso mantenido primero por el fallecido Néstor Kichner con el FMI y Washington y después mantenido por su esposa, así como el acercamiento a los gobiernos progresistas de la región, han marcado una línea con marcados rasgos antihegemonistas que de alguna manera han revivido las histórica base de apoyo electoral del peronismo entre los “descamisados”.A lo largo de los dos últimos años, Cristina Fernández de Kichner se ha visto sometida a una intensa campaña en su contra de Washington, que tras el triunfo de su candidato en Chile, creyó poder crear las condiciones para un cambio similar en Argentina. Las maniobras de la embajada USA para tratar de crear un frente unido de la oposición para dar la batalla, el ninguneo de Departamento de Estado enviando a altos representantes de la diplomacia yanqui a Buenos Aires para entrevistarse con líderes de la oposición o las continuas presiones y amenazas del FMI sobre el gobierno Kichner han tenido el efecto contrario. Cristina ha arrollado en las elecciones y ahora tiene las manos más libres que nunca para actuar de forma mucho más autónoma. Una gran victoria para ella y un fracaso para Washington.

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