Nombrado el enviado para Oriente Medio:

Dennis Ross, nuevo «especialista en averí­as».

Pese a que, como dice el Washington Post, la nota oficial del Ministerio de Exteriores no mencionó el nombre de Irán, y designaba a Ross con «el vago tí­tulo de Consejero del Secretario de Estado para el Golfo y el Sudoeste de Asia», se trata según afirman funcionarios citados por el periódico, de «un eufemismo para Irán y las cuestiones relacionadas con las acciones iraní­es, si se mantiene oculto es porque Washington no ha tenido relaciones diplomáticas con Teherán desde la revolución iraní­ de hace tres décadas.

Y quizá, la traducción “macarrónica” del Washington Post sea la que nos ofrezca la mejor definición de su tarea ya que transcrito literalmente, el diario califica a Dennis Ross como: “un esecialista en diagnóstico de averías (un mediador) diplomático de mucho tiempo” y, sobre todo, nos pone sobre la pista de cuál va a ser su verdadera misión: desarrollar una estrategia para atraer a Irán.Ross, de origen judío, y nacido en 1.948, es efectivamente un veterano del Departamento de Estado y tiene un largo currículum al servicio de administraciones demócratas o republicanas.Comenzó con Reagan, formando parte del equipo asesor que debía fijar los objetivos a largo plazo de su política exterior. Con Bush padre tuvo un papel prominente en la planificación de políticas hacia la exURSS, la reunificación alemana, la OTAN y la primera guerra del Golfo. Ya con Clinton comenzó su especialidad en el conflicto palestino-israelí y durante más de 12 años, que se extienden hasta el mandato de Bush II, ha participado como enviado y negociador jefe en los diferentes acuerdos para el proceso de paz. Más de dos décadas de experiencia en asuntos sobre la URSS y Oriente Medio y un trabajo codo con codo con secretarios de Estado como James Baker, Warren Cristopher y Madeleine Albright avalan la veteranía del personaje.De su labor al frente de la resolución del conflicto árabe-isrealí ha sacado la fama de pertenecer al lobby judío. Uno de sus colaboradores, Aaron Miller dijo de él que actuaba como "el abogado de Israel", y que todas sus propuestas eran primero revisadas con los israelíes. Por su parte la revista Time también ha informado sobre el papel Ross como líder del equipo de negociación norteamericano citando a un antiguo colega, Dan Kurtzer (ex embajador de EE.UU en a Israel, que también apoya a Obama), que muchas fuentes consideran que Ross no es "un intermediario honesto, por mantener una posición sesgada hacia Israel: todas las concesiones de Camp David se dieron de la parte palestina y no de la parte israelí.Su nueva misión: “palo y zanahoria con Irán”En su nueva misión, Ross habrá de ocuparse de Irán y de defender los intereses norteamericanos en una zona, en la que como dijo el portavoz del ministerio, Robert A Wood, “América lucha en dos guerras”.El presidente Obama ha dicho públicamente que le gustaría mantener relaciones con Irán y romper con años de antagonismo entre los dos países, su administración está buscando la forma de ganarse a Teherán para una amplia gama de cuestiones que van desde buscar la cooperación en Afganistán a que abandone su proyecto de construcción de la bomba atómica.Agencias del gobierno, del Pentágono, del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Casa Blanca y del Tesoro, están elaborando sus programas para intentar un acercamiento conjunto que contenga el programa nuclear de Irán y el papel de Ross deberá ayudar a coordinar la política total. Según se informó en su designación, Ross no sólo ofrecerá “el consejo estratégico” y la perspectiva sobre la región al Departamento de estado, sino que coordinará las nuevas políticas y participará en "actividades entre las agencias."Ross es el tercer enviado diplomático prominente en ser designado por Clinton y el nuevo presidente estadounidense. Pero quien más datos nos ofrece sobre la línea que seguirá en su nueva misión es el propio Ross.Tres pistas:1º.- En su libro publicado en 2007 y dedicado a preguntarse ¿Cómo restaurar el poder de América en el mundo?, criticaba a la Administración Bush por su falta de utilización de todas las herramientas del Estado para avanzar en los intereses de los EEUU.2º.- En un artículo titulado "Estrategias Diplomáticas para Tratar con Irán" publicado en septiembre Ross recomendó que el acercamiento inicial a Irán ha de hacerse porque ocurra por "un canal trasero, directo pero secreto.”Y 3º.- En un artículo publicado en Diciembre de 2008 y titulado “Hablar duro con Irán” aboga por una política de palo y zanahoria en la cual hay que implicar un amplio frente que incluya a europeos, japoneses, árabes y chinos.En el citado artículo, Ross comienza: Dondequiera que mire en el Oriente Medio de hoy, Irán es una amenaza para EEUU y sus intereses de orden político.” Y tras afirmar que aún hay tiempo para impedir que Irán tenga la bomba, aboga por “golpear duro la economía de Irán” poniendo en juego presiones económicas.Para ello, y quizá por su experiencia en la primera guerra del golfo, considera imprescindible el acuerdo, no tanto de la ONU, sino el de europeos, japoneses, chinos y saudíes. Así, dice, actuaría el palo para hacer retroceder a los mullahs, al tiempo que se ofrecen beneficios políticos, económicos y de seguridad a Teherán –la zanahoria-, a condición de que Irán cambie su comportamiento no sólo de armas nucleares, sino también sobre el terrorismo.Su artículo acaba afirmando: “Es necesario ahora para evitar dos terribles resultados: vivir con un Irán nuclear, o que actúe militarmente para tratar de evitarlo.”Sin embargo, está por ver no ya su capacidad como negociador, sino si en las actuales circunstancias de agudización de la crisis y de las dificultades para la superpotencia yanqui, su capacidad estará o no a la altura de embarcar en este compromiso al grupo de países antes citados y en particular a sus adversarios chinos.(Dado el interés, reproducimos su artículo traducido. Pincha el link de abajo para que se abra).

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