Cargando...La Comisión Europea ha avisado que las pensiones y la sanidad pública corren un serio riesgo en España, afectada por una crisis que ha producido una drástica caída de la actividad económica y un brutal aumento del paro, riesgo debido al desequilibro en las finanzas públicas con una subida muy fuerte del déficit público. El gobierno de Zapatero ha consumido los recursos públicos dedicándolos a salvar a la banca y las cajas, a saciar a las castas burocráticas autonómicas, a financiar la expansión europea de los grandes monopolios españoles y a beneficiar a los monopolios eléctricos. Y todo ello ha generado un inmenso déficit en las cuentas del Estado.
Un déficit úblico que puede superar este año el 10% del PIB, 50.000 millones de euros. Porque el gobierno de Zapatero ha aportado 350.000 millones de euros para los planes de rescate de los bancos y las cajas de ahorros; ha aprobado un nuevo sistema de financiación autonómica para las castas burocráticas regionales cuyo coste real se desconoce pero puede alcanzar una magnitud cercana a los 11.000 millones; unas exenciones fiscales para la expansión europea de los monopolios del orden de 30.000 millones; otros 20.000 millones de euros dedicados al pago, a los monopolios eléctricos, de una supuesta deuda por el llamado “déficit tarifario”. El informe que ha presentado la Comisión Europea valora mucho más negativamente la situación española que lo hacía el anterior informe. Porque, entonces, se hablaba de reformas en los capítulos de gasto social, pero existía un estado saneado en las cuentas públicas. Lo que ahora ha cambiado gravemente ya que el déficit público, según la mencionada Comisión, alcanzará al 6,2% del PIB en 2010 mientras que la deuda pública se elevará al 62,3% del PIB. Lo que puede empeorar si no hay mejora económica a medio plazo. La Comisión Europea recomienda que España lleve a cabo un severo plan de recorte del gasto público y un aumento de los ingresos. Estamos de acuerdo. Hay que realizar una drástica reducción del gasto público, que llegue al 20%, de los capítulos innecesarios y suntuosos, de administraciones duplicadas y triplicadas, de organismos burocráticos y redes clientelares. Y un aumento de los ingresos públicos con un incremento de los impuestos a las rentas más altas como es el impuesto de las Sicav, que de forma indignante se sigue manteniendo en el 1%, los impuestos en el IRPF de las rentas superiores a 60.000 euros, que siguen tributando con el mismo porcentaje que un mileurista, el impuesto de patrimonio, y el IVA sobre los artículos de lujo.