La EPA sitúa en 1,2 millones el aumento del paro en 2008

«Debajo de cada multiplicación hay una gota de sangre de pato»

Ramiro Abril se quedó sin empleo hace unos meses cuando la constructora quebró. Yolanda Fernández fue despedida de una empresa de limpieza cuando se quedó embarazada. Están casados, y ya no pueden pagar el alquiler, ni las facturas, ni los dos créditos por valor de 3.000 euros. Tuvieron que acudir a Cáritas para pagar la deuda con el casero. Milton P., trabajador de origen ecuatoriano, perdió su trabajo en la construcción, es indocumentado y no sabe lo que es un subsidio por desempleo. Ha recibido una orden de desahucio y Cáritas le proporciona los productos básicos para mantener a su familia. Estos son los rostros de algunos de los 3.207.900 parados españoles. Debajo de las multiplicaciones, restas y divisiones con que se calculan unas cifras del paro que no dejan de aumentar, hay, siguiendo a Lorca, «gotas de sangre» de millones de trabajadores sacrificados durante los años de prosperidad en el altar de la moderación salarial, el trabajo temporal y el endeudamiento, y que ahora, estallada la crisis, son arrojados al pozo del desempleo como si fueran material desechable.

Cada nueva cuenta del aro pone en evidencia al gobierno de Zapatero, y nos anuncia un horizonte todavía más negro.Hace una semana, Pedro Solbes anunció que la tasa de paro revisada para 2008 era del 11,1%. Ahora, la Encuesta de Población Activa (EPA), que el desempleo en el pasado año ascendió al 13,91%. Las cifras ofrecidas por el ministerio de Trabajo hablaban de 900.000 parados más en 2008. La EPA nos desvela ahora que el incremento del paro ascendió a 1.280.000.Las cifras del paro provocan una marea de indignación que crece día a día.La tasa de paro se ha elevado 5,3 puntos, hasta alcanzar el 13,91% -en 2007 descendió un 7,95%-. En 2008 se han destruido 620.100 puestos de trabajo, y el número de parados asciende ya a 3.207.900.Pero cuando la lupa se acerca al detalle de las cifras, la realidad es todavía peor. En Andalucía (21,5%), Canarias (21,78%) o Extremadura (17,96%), el porcentaje de parados empieza a ser ya inasumible. En varias comunidades se dobló el número de parados (Canarias con un incremento del 98,13%, Murcia un 96,38%, Castilla-La Mancha un 95,50%, Navarra un 93,63% y Aragón un 92,15%).Las altas tasas de temporalidad –que han permitido durante estos últimos años una ingente acumulación de beneficios- actúan como catalizador de la destrucción de empleo. En 2008 los contratos temporales han caído un 12,73% (664.100) menos, aunque la tasa de temporalidad sólo ha descendido un 1,6% y todavía se sitúa en el 27,93%, la más alta de Europa.Los sectores de trabajadores más condenados a la temporalidad y la precariedad han sido azotados por el paro.Entre los menores de 25 años, el paro ha crecido 11 puntos, el doble que la media, hasta situarse en el 29,1%. Mención aparte merece el aumento del desempleo entre los jóvenes. En un año ha crecido en más de 11 puntos entre los menores de 25 años, hasta situarse en el 29,1%.Entre los trabajadores inmigrantes, la tasa de paro subió nueve puntos, pasando del 12,37% al 21,26%. Una radiografía del horror, que alcanza ya a 827.200 hogares españoles, que tienen a todos sus miembros en el paro. Y la cifra de un millón de parados que no cobra prestación alguna se va a elevar escandalosamente en 2009.Y todo parece indicar que la pesadilla no ha hecho sino comenzar. Las previsiones anuncian que este año alcanzaremos el 20% de paro, lo que supondrá rozar o superar los cinco millones de parados. En sectores como la construcción, que ha perdido este año 558.000 empleos, el ajuste no ha terminado y se anuncia la destrucción de 350.000 puestos de trabajo en 2009.Tal y como denunciaba Lorca, “Todos los días se matan en New York / cuatro millones de patos / cinco millones de cerdos, / dos mil palomas para el gusto de los agonizantes”.En España, cada día de 2008 se han sacrificado 3.506 trabajadores, empujados al abismo del paro, para que “los agonizantes”, los grandes bancos y monopolios españoles y el capital extranjero, sigan acumulando beneficios, continúen vampirizando, en los periodos de prosperidad y en las épocas de crisis, nuestra sangre y nuestra vida.El modelo productivo –seguido a pies juntillas por Zapatero y Solbes- basado en un casi exclusivo monocultivo de la construcción, en un aumento del saqueo financiero, traducido en cotas inasumibles de endeudamiento, sobre familias y pymes, ha permitido una expansión sin precedentes de grandes bancos y monopolios, pero ha incrementado la vulnerabilidad de los trabajadores, ha jibarizado la capacidad productiva del país…Las indignantes cifras del paro son el rastro del crimen. Los culpables tienen, como Lady Macbeth, las manos manchadas de una sangre imposible de borrar.

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