Debacle del PSOE, oportunidad para el PP

«El reciente anuncio de Zapatero de que no volverá a ser candidato no ha supuesto mejora alguna en las expectativas electorales del PSOE respecto a lo que los sondeos dibujaban en enero. Y ello porque el efecto positivo que tuvo la decisión de celebrar primarias se ha diluido por el hecho de que quienes se presentan a estas elecciones son los mismos que gobernaban en la mayor parte de las comunidades, que han sufrido también un importante desgaste.»

A un mes de las elecciones, el PP mantiene íntegra la osibilidad histórica que se le presenta de arrebatar al PSOE sus feudos y de gobernar en la práctica totalidad de las comunidades autónomas. Los populares se impondrán con mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, Baleares y Cantabria. Además, el PP está muy cerca de derrotar a los socialistas en Extremadura, que sólo conservarán el poder si IU entra en las Cortes regionales. En Aragón y Asturias, los populares sacarían los votos suficientes para formar alianzas de gobierno tras los comicios. En Aragón, de forma sencilla con el PAR. En Asturias, de manera más imprevisible con el partido de Álvarez-Cascos. (EL MUNDO) PÚBLICO.- Los levantamientos en el mundo árabe ofrecen una guía útil sobre el comportamiento de Occidente con los países que tienen petróleo. Al dictador rico en carburante que es un cliente fiable se le da rienda suelta. Hubo poca reacción cuando Arabia Saudí declaró el 5 de marzo: “Las leyes y las regulaciones del reino prohíben todo tipo de manifestaciones, marchas y concentraciones, así como su convocatoria, ya que van contra los principios de la Sharia y las costumbres y tradiciones saudís”. En Kuwait, fueron sofocadas pequeñas manifestaciones. El puño de hierro golpeó en Bahrein después de que fuerzas militares encabezadas por Arabia Saudí intervinieran para garantizar que la monarquía suní minoritaria no se viera amenazada por las llamadas a las reformas democráticas. Bahrein es sensible no sólo porque alberga a la Quinta Flota de Estados Unidos, sino también porque colinda con áreas chiíes de Arabia Saudí, donde está la mayor parte del petróleo del reino. Editorial. El Mundo ¿Debacle electoral del PSOE? Sólo las urnas lo decidirán EL PSOE podría sufrir una debacle electoral el próximo día 22 de mayo en las seis comunidades en las que gobierna, según el sondeo de Sigma Dos que hoy publica EL MUNDO. Pero lo primero que hay que advertir es que una encuesta es una fotografía del momento y, por tanto, los resultados podrían variar en función de la campaña y los acontecimientos políticos en el mes que resta para los comicios. Hecha esta advertencia, cabe constatar que el reciente anuncio de Zapatero de que no volverá a ser candidato no ha supuesto mejora alguna en las expectativas electorales del PSOE respecto a lo que los sondeos dibujaban en enero. Y ello porque el efecto positivo que tuvo la decisión de celebrar primarias se ha diluido por el hecho de que quienes se presentan a estas elecciones son los mismos que gobernaban en la mayor parte de las comunidades, que han sufrido también un importante desgaste. Los dos barones regionales que más reclamaron el anuncio de Zapatero, José María Barreda y Guillermo Fernández Vara, no logran subir sus expectativas de voto, que incluso en el segundo caso bajan casi dos puntos. Y ello pese a no estar mal valorada su gestión ni su liderazgo. Puede deducirse de este hecho que el electorado está sobrecastigando a Barreda y a Vara, como al resto de líderes autonómicos socialistas, por el descontento con las políticas de Zapatero y, especialmente, por su incapacidad para afrontar la crisis económica. Por el contrario, la tendencia al alza del PP, que ya era muy fuerte en enero pasado, se consolida en estas seis comunidades, en las que podría gobernar en solitario o en coalición si se confirma lo que predice esta encuesta. Entrando en el análisis individualizado, el PP lograría la mayoría absoluta en Baleares, poniendo fin a la segunda etapa del socialista Francesc Antich, que ha gobernado con el apoyo de una amalgama heterógenea de partidos. José Ramón Bauzá, que ha eliminado de las listas a todos los imputados, tiene muchas posibilidades de encabezar el futuro Ejecutivo. Ignacio de Diego, otra nueva cara en el PP, podría también gobernar en solitario en Cantabria, según lo que refleja esta encuesta, que predice el hundimiento de un PSOE que arrastraría a Revilla en su caída. La derrota más amarga para el partido de Zapatero sería la perdida de Castilla-La Mancha, donde ha gobernado desde 1983. María Dolores de Cospedal aparece con más de cinco puntos de ventaja sobre Barreda, pero esa victoria podría esfumarse por el estrecho margen entre ambas formaciones en tres provincias. Parecido escenario se vislumbra en Extremadura, feudo tradicional socialista en el que podría obtener mayoría absoluta José Monago, el nuevo candidato del PP. No obstante, Vara podría volver a gobernar si IU logra representación parlamentaria, lo cual es bastante posible. En Aragón y Asturias, el Gobierno estaría más lejos para el PP y siempre en función de coaliciones postelectorales. Rudí será seguramente la candidata más votada, pero necesitará al PAR para formar gobierno. Y en Asturias, el Foro de Cascos y el PP podrían gobernar juntos, aunque el PSOE sería el partido con más apoyo. Todo ello configura un panorama electoral muy malo para el PSOE, pero hay que insistir en que lo único que cuenta son los votos depositados en las urnas y todavía falta un mes para la cita. ******************************** Encuesta Oportunidad histórica para el PP A un mes de las elecciones a los parlamentos de 13 comunidades y dos ciudades autónomas, el PP mantiene íntegra la posibilidad histórica que se le presenta de arrebatar al PSOE sus feudos y de gobernar en la práctica totalidad de las comunidades autónomas. Según el sondeo que Sigma Dos ha elaborado para EL MUNDO, el 22 de mayo los populares se impondrán con mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, Baleares y Cantabria. En la primera nunca han gobernado y en las otras están en la oposición desde hace varios años. Además, el PP está muy cerca de derrotar a los socialistas en Extremadura, que sólo conservarán el poder si IU entra en las Cortes regionales y pacta con el actual presidente de la comunidad, Guillermo Fernández Vara. En Aragón y Asturias, las otras dos autonomías gobernadas por el PSOE en las que hay elecciones el 22-M, los populares sacarían los votos suficientes para formar alianzas de gobierno tras los comicios. En Aragón, de forma sencilla con el PAR. En Asturias, de manera más imprevisible con el partido de Álvarez-Cascos. El PP tendrá que emplearse a fondo para dar finalmente el vuelco al mapa del poder autonómico. En sondeos anteriores ya se vaticinaba un descalabro socialista, parejo al que ofrecen las encuestas a nivel nacional para las generales de 2012, pero en los datos que publica hoy EL MUNDO se observa cierta recuperación del PSOE en algunas comunidades, como Castilla-La Mancha, Baleares o Aragón. Esta tímida recuperación es a día de hoy insuficiente para que el PSOE mantenga sus feudos y se debe en parte al efecto revitalizador que ha producido entre el electorado socialista el anuncio de Zapatero de que no se presentará a la reelección en 2012 -el presidente lo dijo el 2 de abril y la encuesta se realizó entre el 11 y el 14-, como le pedían algunos barones del partido como José María Barreda y Guillermo Fernández Vara. Sin embargo, hay toda una campaña electoral por delante en la que el PSOE se va a emplear a fondo y en la que el PP tendrá que echar el resto para no desaprovechar el inmejorable momento político. El caso paradigmático del tsunami autonómico es el de Extremadura, bastión socialista desde hace 28 años, pero donde un PP renovado ha conseguido situarse en el borde de la mayoría absoluta. Los populares dependerán ahora de la matemática electoral, que dirá si IU consigue o no representación, pero también de su capacidad para mantener su ventaja durante la campaña y no sucumbir ante las últimas acometidas de Fernández Vara. Igualmente ajustada empieza a estar la pelea en Castilla-La Mancha, donde Barreda ha ido recortando su desventaja en el último año y ya se sitúa a 5,4 puntos del PP de María Dolores de Cospedal, y muy apretada se mantiene en Cantabria. Más claras están las cosas en Baleares, donde los populares, pese a bajar algo respecto a anteriores sondeos, mantienen una amplia mayoría, y en Aragón, donde están casi siete puntos por encima del PSOE. Caso aparte es Asturias, donde el PP puede gobernar en coalición con Cascos, pero por ahora a costa de investirle presidente, ya que el ex ministro sigue obteniendo más votos que su antiguo partido. EL MUNDO. 24-4-2011 Opinión. Público Libia y el mundo del petróleo Noam Chomsky El mes pasado llegó a su fin el juicio al expresidente liberiano Charles Taylor en el tribunal internacional sobre los crímenes de la guerra civil en Sierra Leona. El fiscal general, el profesor de Derecho estadounidense David Crane, informó a The Times de Londres que el caso estaba incompleto: los fiscales pretendían encausar a Muamar Gadafi, quien, dijo Crane, “era el responsable final de la mutilación o el asesinato de 1,2 millones de personas”. Pero ese encausamiento no se produjo. Estados Unidos, Reino Unido y otros intervinieron para bloquearlo. Al preguntarle por qué, Crane dijo: “Bienvenido al mundo del petróleo”. Otra víctima reciente de Gadafi fue sir Howard Davies, el director de la London School of Economics, quien renunció después de que salieran a la luz pública los lazos de la escuela con el dictador libio. En Cambridge, Massachusetts, el Monitor Group, una firma de consultoría fundada por profesores de Harvard, fue bien remunerada por servicios tales como publicar un libro para llevar las palabras inmortales de Gadafi al público “en conversación con famosos expertos internacionales”, junto con otros esfuerzos “para mejorar la apreciación internacional de Libia (la de Gadafi)”. El mundo del petróleo rara vez está lejos en el telón de fondo en asuntos que conciernen a esta región. Por ejemplo, cuando las dimensiones de la derrota estadounidense en Irak ya no podían ocultarse, la retórica fue desplazada por el anuncio sincero de objetivos políticos. En noviembre de 2007, la Casa Blanca emitió una Declaración de Principios que insistía en que Irak debe conceder acceso y privilegio indefinidos a los invasores estadounidenses. Dos meses después, el presidente George W. Bush informó al Congreso de que rechazaría la legislación que limitaba el emplazamiento permanente de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak o “el control de Estados Unidos de los recursos petroleros de Irak”; demandas que tendría que abandonar poco después ante la resistencia iraquí. Los levantamientos en el mundo árabe ofrecen una guía útil sobre el comportamiento de Occidente con los países que tienen petróleo. Al dictador rico en carburante que es un cliente fiable se le da rienda suelta. Hubo poca reacción cuando Arabia Saudí declaró el 5 de marzo: “Las leyes y las regulaciones del reino prohíben todo tipo de manifestaciones, marchas y concentraciones, así como su convocatoria, ya que van contra los principios de la Sharia y las costumbres y tradiciones saudís”. El reino movilizó a las fuerzas de seguridad, que aplicaron rigurosamente la prohibición. En Kuwait, fueron sofocadas pequeñas manifestaciones. El puño de hierro golpeó en Bahrein después de que fuerzas militares encabezadas por Arabia Saudí intervinieran para garantizar que la monarquía suní minoritaria no se viera amenazada por las llamadas a las reformas democráticas. Bahrein es sensible no sólo porque alberga a la Quinta Flota de Estados Unidos, sino también porque colinda con áreas chiíes de Arabia Saudí, donde está la mayor parte del petróleo del reino. Resulta que los recursos energéticos primarios del mundo se localizan cerca del norte del Golfo Pérsico (o Golfo Arábigo, como a menudo lo llaman los árabes), en gran medida chií, una potencial pesadilla para los planificadores occidentales. En Egipto y Túnez, el levantamiento popular ha conseguido victorias impresionantes, pero, como informó la Fundación Carnegie, los regímenes permanecen y “al parecer están decididos a frenar el ímpetu prodemocrático generado hasta ahora. Un cambio en las élites gobernantes y el sistema de gobierno sigue siendo un objetivo distante”. Libia es un caso diferente, un Estado rico en petróleo dirigido por un dictador brutal, que es poco fiable: un cliente digno de confianza sería mucho más preferible. Cuando estallaron las protestas no violentas, Gadafi actuó rápidamente para aplastarlas. El 22 de marzo, mientras las fuerzas de Gadafi convergían en la capital rebelde de Bengasi, el principal asesor sobre Oriente Próximo del presidente Barack Obama, Dennis Ross, advirtió de que si había una masacre, “todos nos culparían a nosotros por ello”, una consecuencia inaceptable. Y Occidente, ciertamente, no quería que Gadafi aumentara su poder e independencia sofocando la rebelión. Estados Unidos apoyó a la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU para crear una “zona de exclusión aérea”, que sería puesta en práctica por Francia, Reino Unido y Estados Unidos. La intervención evitó una probable masacre pero fue interpretada por la coalición como la autorización para el apoyo directo a los rebeldes. Se impuso un alto el fuego a las fuerzas de Gadafi, pero se ayudó a los rebeldes a avanzar hacia el Oeste. En poco tiempo conquistaron las principales fuentes de producción petrolera de Libia, al menos temporalmente. El 28 de marzo, el periódico en árabe con sede en Londres Al-Quds Al-Arabi advirtió de que la intervención dividiría Libia en dos estados: “Un Este rico en petróleo y en manos de los rebeldes y un Oeste encabezado por Gadafi y sumido en la pobreza. Dado que los pozos de petróleo han sido asegurados, podríamos encontrarnos ante un nuevo emirato petrolero libio, escasamente habitado, protegido por Occidente y muy similar a los emiratos del Golfo”. La alternativas es que la rebelión respaldada por Occidente siga adelante hasta eliminar al irritante dictador. Se arguye comúnmente que el petróleo no puede ser un motivo para la intervención porque Occidente tiene acceso al combustible bajo el régimen de Gadafi, lo cual es cierto pero irrelevante. Lo mismo pudiera decirse sobre Irak bajo el régimen de Sadam Hussein, o sobre Irán y Cuba.Lo que Occidente busca es lo que Bush anunció: el control o, al menos, clientes dignos de confianza y, en el caso de Libia, el acceso a enormes áreas inexploradas que se espera sean ricas en petróleo. Documentos internos británicos y estadounidenses insisten en que el “virus del nacionalismo” es el mayor temor, ya que podría engendrar desobediencia. La intervención está siendo realizada por las tres potencias imperiales tradicionales (aunque podríamos recordar –los libios presumiblemente lo hacen– que, después de la Primera Guerra Mundial, Italia llevó a cabo un genocidio en el este de Libia). Las potencias occidentales están actuando en virtual aislamiento. Los estados en la región –Turquía y Egipto– no quieren participar, tampoco África. Los dictadores del Golfo se sentirían felices de ver partir a Gadafi; pero, incluso atiborrados de las armas avanzadas que se les entrega para reciclar los petrodólares y asegurar la obediencia, apenas ofrecen más que una participación simbólica. Otros países mantienen una posición similar: India, Brasil e incluso Alemania. La Primavera Árabe tiene raíces profundas. La región ha estado en ebullición durante años. La primera de la ola actual de protestas empezó el año pasado en el Sáhara Occidental, la última colonia africana, invadida por Marruecos en 1975 y retenida ilegalmente desde entonces, de manera similar a Timor Oriental y a los territorios ocupados por Israel. El pasado noviembre, una protesta no violenta fue sofocada por fuerzas marroquíes. Francia intervino para bloquear una investigación del Consejo de Seguridad sobre los crímenes de su protegido. Luego se encendió una llama en Túnez que desde entonces se ha extendido para convertirse en una conflagración. PÚBLICO. 24-4-2011

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