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Por más que PP y PSOE traten de ocultarlo con valoraciones más o menos inverosímiles, basta con mirar la secuencia de datos electorales para comprobar lo ocurrido este 25-M. En comparación con las elecciones autonómicas de 2008, el PSOE pierde la friolera de 654.831 votos. ¡Y aún se atreve a decir Griñán que han recuperado la confianza perdida! Pero es que, además, desde las elecciones del 20-N, que marcaron el mayor descalabro electoral del PSOE en toda su historia, el PSOE vuelve a perder, y en sólo 4 meses, otros 67.379 votos.
La cúpula del PSOE podrá respirar aliviada por retener el gobierno andaluz, pero no desde luego por los resultados obtenidos. Parecía difícil empeorar los resultados del 20-N.
Y sin embargo Griñán lo ha conseguido añadiendo otros 67 mil votos a la hemorragia sufrida en las pasadas generales.
Lo que pone de manifiesto, además, cómo el problema no estaba sólo en Zapatero, sino en la línea y la política de sometimiento a las exigencia de Washington y Berlín seguida hasta ahora por la dirección del PSOE, tanto a nivel nacional como regional. ¿O es que acaso los Griñán, Chaves o Gaspar Zarrías no apuntalaron y defendieron las medidas de recorte impuestas por Zapatero en mayo de 2010? Por no hablar de la corrupción, generalizada e institucionalizada, a lo largo de 30 años de gobierno. «A Griñán le ha pasado factura el tijeretazo aplicado en Andalucía bajo dictado del FMI o Bruselas»
Tras los resultados del 20-N, algunos tratan ahora de vendernos la idea de que, gracias a ellos, Andalucía se convertirá en el bastión de la resistencia del Estado del bienestar frente a la voracidad de “la derecha”. Cabría preguntarles, ¿de que Estado del bienestar me están ustedes hablando? Porque no es sólo que Griñán, como Zapatero, en estos dos últimos años haya aplicado importantes recortes en la sanidad, la educación y los servicios públicos, sino que después de 30 años de monopolio en el gobierno, Andalucía es la comunidad con más paro de la península, donde más gente vive bajo el umbral de la pobreza y sigue estando sistemáticamente a la cola de España en cuestiones tan básicas como la inversión en sanidad o en educación por habitante. ¿Ese es el “Estado del bienestar” que van a seguir defendiendo?