SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

De Washington a Berlí­n

(…) La economía internacional está atravesando un nuevo bache, que no sólo se detecta en Europa, sino también en EE.UU. y China. En los mercados, la liquidez, al igual que el crédito, no abunda. El caso Bankia ha dado la vuelta al mundo. La suerte de Grecia está en el aire, lo que provoca presiones sobre el euro.Casi todo gira hoy en torno a Europa, incluida la reelección de Obama, que el pasado fin de semana hizo un movimiento para que la zona euro zanje la fase de la austeridad y pase al crecimiento, en línea con sus propias estrategias expansivas. De hecho, el inquilino de la Casa Blanca podría hacer algo por Europa en este sentido: renunciar a la política de dólar débil, fruto de una política monetaria muy laxa de la Reserva Federal destinada, entre otras cosas, a fomentar las exportaciones norteamericanas frente a otros. Países emergentes como Brasil ya han mencionado a su vez esta cuestión.En cualquier caso, Obama pudo comprobar en Camp David su escasa influencia sobre una Europa que quiere tratar sus problemas en circuito cerrado, lo que hace de la diplomacia en la zona interna una cuestión central. Es aquí donde España empieza a tomar iniciativas respecto a la nueva fase (la de construir el edificio incompleto de la moneda única) que arranca. Hasta ahora, el Gobierno de Rajoy ha sentido una elevada sintonía con la alejada Gran Bretaña (con la que comparte la idea de un calendario de ajuste más acorde a los ritmos de las economías, así como el proyecto de desarrollo del mercado interior digital europeo), pero las circunstancias le están aproximando de una manera cada vez más visible a Alemania.

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