Las claves del nuevo gobierno

De Washington a Berlí­n pasando por Madrid

En apenas dos meses hay acuerdos con otras fuerzas parlamentarias sobre el techo de gasto, para subir el salario mí­nimo o para iniciar conversaciones por un pacto educativo. Los recortes no van a desaparecer, pero necesariamente su ejecución será diferente. ¿Cuáles son los factores que determinan la nueva situación? ¿Cuáles son las claves de la nueva legislatura?

Varios son los factores que determinan este nuevo periodo. En primer lugar el cambio en la cabeza de la potencia hegemónica del planeta. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha abierto un nuevo periodo en la situación mundial de cambios e incertidumbre y consecuencias aún imprevisibles.

Aunque una cosa está clara: España, como eslabón débil y dependiente, va a estar sometida con especial intensidad a los cambios de la nueva política norteamericana, cada vez más necesitada de incrementar las exigencias económicas y militares sobre los países intervenidos y dependientes.

En segundo lugar, los cambios en la correlación de fuerzas, resultado de los resultados electorales. El PP ya no tiene la mayoría absoluta en el Parlamento. Y no puede utilizar el “rodillo” para imponer leyes y presupuestos y recortes a discreción. Rajoy y su gobierno están obligados al diálogo, a negociar y pactar concesiones con otras fuerzas para poder gobernar. Con PSOE y Ciudadanos se ha pactado la paralización de la LOMCE mientras se negocia un Pacto por la Educación. Con los socialistas se ha negociado el aumento del margen de déficit de las Comunidades Autónomas y la subida de un 8% del salario mínimo a cambio del apoyo al techo de gasto. Con el PNV se negocia el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, a cambio de concesiones económicas sobre una deuda de 1.600 millones que reclama el gobierno vasco, de la revisión del Cupo Vasco y de la finalización de las obras del AVE a Euskadi que llevan dos años de retraso.

En tercer lugar, las nuevas políticas que desde la Comisión Europea y el Banco Central Europeo -con el apoyo de Francia, Italia y el grupo de países formado por España, Irlanda, Portugal y Grecia- exigen una política económica más abierta y expansiva, menos austera y con más estímulos, a pesar de las reticencias de Alemania y los países del Norte que rechazan el aumento de gasto. Políticas que el propio FMI desde Washington y la OCDE reclaman, ante el miedo a “los riesgos políticos” y el avance del euroescepticismo asociados a una recuperación mediocre, agravada por las posibles consecuencias del Brexit y la crisis de los refugiados. “El riesgo político exige un giro de política económica en Europa”, reconocía el propio Ministro de Economía De Guindos en una entrevista reciente en el diario El País.

Y esto a la espera de que la nueva política de Trump no acabe por arruinar estos vientos y tengamos que hacer frente a una ofensiva alemana para cargar sobre los países del sur la factura de las nuevas exigencias de la Administración norteamericana.

Los principales centros del poder mundial y el Ibex-35 han fijado sus exigencias a la nueva legislatura. En el terreno económico, una continuidad de la política económica, manteniendo las reformas que garantizan los beneficios de bancos, monopolios y multinacionales; cumplir con los objetivos de déficit impuestos por Bruselas, asegurando por encima de todo el pago de la deuda y sus intereses; y continuar con las privatizaciones -como la de Bankia prevista para final de 2017 por la que ya anuncia ofertas el Deutsche Bank- y facilidades para que el capital extranjero, sobre todo norteamericano siga haciéndose con el control de empresas emblemáticas -como Gamesa, principal monopolio de la energía eólica- y entre en nuevos “nichos de negocio” que aún no controlan.

Exigencias que en el terreno militar pasan no solo por mantener la relación con Estados Unidos, sino por reforzar el papel de España en sus planes militares. La nueva ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal ha dejado claro desde el minuto uno de su nombramiento su disposición a colaborar con las demandas de Washington y la OTAN, lo que va a significar aumentar la contribución económica y en operaciones militares.

El gobierno de Rajoy tendrá que llevar adelante la ejecución de estas exigencias en las nuevas condiciones.

Rajoy ha dejado claro que está dispuesto a consolidar y convertir en estructural el grado de saqueo alcanzado y las reformas estructurales, colocando como uno de los centros fundamentales de la legislatura “mantener la política económica”. Este es su objetivo, para lo que ha situado las dos líneas rojas que no se pueden traspasar. La reforma laboral, principal instrumento para ejecutar la rebaja salarial. Y el cumplimiento de los objetivos de déficit y techo de gasto exigidos por la Comisión Europea.

La nueva legislatura ya transita por un camino diferente de negociación y concesiones.

No habrá nuevos recortes directos en Sanidad o Educación, pero se mantendrán los anteriores y se recurrirá a otras medidas, como la subida selectiva de impuestos (el de Sociedades, al tabaco y alcohol y bebidas azucaradas), para cumplir con el objetivo de déficit marcado por Bruselas.

Y concesiones para rebajar el ruido social, permitiendo abrir paso, de forma cauta, a nuevas reformas y formas de saqueo sobre las riquezas nacionales más opacas a la mayoría de la población y que provoquen menos rechazo.

La de las pensiones es la primera de esas reformas que ya se ha puesto en marcha con la convocatoria del Pacto de Toledo y las propuestas de la ministra de Empleo y Seguridad Social para “garantizar la sostenibilidad de las pensiones” en los presupuestos, tras otro bocado de 9.500 millones al fondo de pensiones, mientras se negocia una reforma de más calado. Y los monopolios extranjeros se siguen apropiando de nuevas empresas, las “joyas de la corona”.

La quinta clave

Junto a estas cuestiones hay una quinta clave que va a determinar el desarrollo de la nueva legislatura: bajo qué línea se van a dar las diferentes batallas que se libren en esta legislatura.

La aparición y consolidación en todo el ciclo electoral de los últimos dos años y medio de una mayoría social enfrentada a las políticas de recortes y por la regeneración democrática, es un factor fundamental de la nueva situación.

Esta mayoría social es la expresión del punto más débil de las políticas que atacan al 90% de la población. Y al mismo tiempo el punto más fuerte del pueblo.

En qué medida esa mayoría social pueda hacer frente y detener los proyectos de las grandes potencias y la oligarquía va a depender de la línea que dirige esa mayoría social.

Si está encabezada por una alternativa de redistribución de la riqueza, la única que puede revertir el saqueo contra el 90% colocando los enormes recursos del país al servicio de las demandas de la mayoría.

Si avanza una línea de unidad amplia, frente a la línea que está proponiendo una parte de la dirección de Podemos que encabeza Pablo Iglesias y que reduce las fuerzas del pueblo ampliando la de sus enemigos.

Reducen la unidad popular a una unidad “de la izquierda”, tratan a Ciudadanos como un sucedáneo del PP, o al PSOE como un todo único en manos del PP, sin diferenciar el tratamiento a los sectores de cuadros, afiliados y simpatizantes socialistas que, junto con decenas de miles de personalidades y activistas sociales firmaron los manifiestos por “un gobierno de progreso” y de “regeneración democrática”.

La experiencia reciente de lo que ha significado el Manifiesto y la campaña por un “gobierno de progreso”, junto a la consolidación y avance de Recortes Cero, convertida en la 5ª fuerza política nacional tras el ciclo electoral de los últimos dos años y medio, son nuevos factores que juegan en la política nacional.

Es posible dar las batallas que ya están abiertas en esta legislatura haciendo avanzar la línea de frente amplio y la alternativa de redistribución de la riqueza, acumulando fuerzas en un frente amplio de unidad.

2 comentarios sobre “De Washington a Berlí­n pasando por Madrid”

  • Le ha pasado factura a Rajoysch el enfrentarse al 90% de la población,y es que el bipartidismo se hunde,se va por la barranquilla.Ahora a negociar,a negociar y no tocarle mucho las narices al Pueblo,aunque Trump diga lo contrario.Y es que no ven al Pueblo,ni su reacción.Lo de Podemos es «pa darles en los morros» con su Frente de Izquierdas,dejando de lado a muchos sectores,se han creido los más guapos y eso que acaban de llegar,como quien dice.Y otra es:¿Qué coñ…hace la Cospe al mando del ejército,cual Espartero?…si no tiene ni idea la muy innombrable.Hale,salú y Repúblika

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