Defienden el "modelo socialdemócrata europeo" como respuesta a la crisis

¿De verdad, dos modelos frente a frente?

Esta frase del ex presidente español Felipe González resume la principal conclusión del encuentro que ha contrapuesto el «modelo socialdemócrata europeo» al «modelo neoliberal» como solución a la crisis. Un congreso internacional, «La socialdemocracia y los retos del futuro», organizado por el periódico griego To Vima y el diario español El Paí­s, ha reunido en Atenas a destacados polí­ticos socialistas europeos (Felipe González, Ségolí¨ne Royal o Giorgos Papandreou), académicos y periodistas (como Juan Luis Cebrián, consejero Delegado del grupo PRISA y moderador del debate). ¿Pero realmente están en lucha dos modelos, uno «neoliberal» que servirí­a al gran capital y otro «socialdemócrata europeo» que defiende los intereses de los ciudadanos?

Según la dirigente del Partido Socialista Francés, Ségolène Royal, la socialdemocracia debería caminar hacia la construcción de un nuevo orden olítico en Europa: “Un orden justo económico, social y ecológico”, y a cambiar el “modelo de civilización”.Pero debajo de las palabras grandilocuente son los hechos los que están hablando en esta crisis del capitalismo y dejando descarnadamente a los ojos de todo el mundo la realidad. Hemos visto cómo desde los países que supuestamente defienden el modelo “liberal” como Estados Unidos o la Francia de Sarrkozy el Estado interviene y nacionaliza bancos o grandes empresas; medidas que siempre se han considerado “socialdemócratas” o de izquierdas. También como gobiernos como el de Zapatero, que se reclaman abiertamente “socialdemócratas” se han apuntado a entregar el dinero público a la banca pero sin intervenir en sus decisiones, dejándole las manos libres para actuar y disponer los recursos que se le entregan, “dejando actuar al mercado financiero” por sí mismo como se supone que defienden las tesis “liberales”.Los hechos, y no los discursos, en situaciones límite del capitalismo ponen en evidencia que no nos encontramos ante dos modelos de clase que defienden intereses contrapuestos, uno al capital y otro a los ciudadanos, sino ante dos modelos de gestión al servicio de una misma clase, el sector hegemónico del capital, el capital financiero y los grandes grupos monopolistas.

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