SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

¿De qué consolidación fiscal habla Rajoy?

Debo reconocer que cada vez que habla el ínclito monclovita no salgo de mi asombro. Lo último viene a colación de su visita al Despacho Oval. Ansiaba que sus políticas económicas fueran refrendadas en la capital del imperio. Dicen y cuentan los que estaban allí que el objetivo de Rajoy era mostrar como España es un socio fiable que cumple sus compromisos, me imagino que se referirán ante nuestros acreedores.

Para rematar la faena, los allí presentes afirman que nuestro presidente se apresuró a señalar que ante dificultades derivadas de la dura crisis que aún vive nuestro país se han hecho las reformas necesarias. ¡Menudo eufemismo sarcástico para referirse al empobrecimiento masivo de la población española!

Ambas ideas van unidas, son inseparables, e indican la voluntad y el pelaje de quien nos preside. Su política económica no ha ido dirigida a mejorar y aliviar la situación de sus ciudadanos, ni a reducir de la manera menos dolosa posible una carga de deuda total –privada más pública- impagable, ni tan siquiera buscar un modelo de crecimiento alternativo al cemento. Las medidas adoptadas por el actual ejecutivo, además de ser ineficientes desde un punto de vista económico, en realidad reavivan una brutal lucha de clases en nuestro país.

De un lado, los protegidos, que no son otros que los acreedores que tomaron riesgos excesivos, la élite bancaria insolvente, y la clase empresarial que siempre ha jugado con las cartas marcadas. De otro, los perdedores, la ciudadanía en su conjunto, representada por los trabajadores, los emprendedores y los empresarios industriales.

Rajoy y la consolidación fiscal

Ante las pequeñas reprimendas del emperador, temeroso él de fuertes conflictos sociales en estos lares del imperio, de que no se ha hecho lo suficiente en materia de crecimiento y empleo, Rajoy, muy ufano él, alegó que para que para crear empleo era necesario acometer antes la consolidación fiscal. Y sí, con toda su jeta habló de consolidación fiscal y de reducción del déficit. O bien no se sabe las cifras, que, por cierto, no puede maquillar por la vigilancia atenta de Europa, o bien es un bromista en toda regla. Vamos, que en realidad está haciendo oposición para entrar en el Club de la Comedia.

La acumulación de deuda pública durante los años Rajoy no alcanza parangón en nuestra historia democrática. Se trata de un dato sometido al control estricto de Europa e imposible, por lo tanto, de ser manoseado por los adalides de la “suavización” de series temporales, en nombre de un patriotismo mal entendido.

Frente a las afirmaciones grotescas del Gobierno, las cuentas públicas de nuestro país están hechas unos zorros, el déficit de las Administraciones Públicas está disparado y no se salva ninguno de sus componentes – Administración Central, comunidades autónomas (CCAA) o Seguridad Social-. No hay ningún proceso de consolidación fiscal tal como se quiere vender más allá de nuestras fronteras. Y la deuda pública ha crecido bajo la batuta de Rajoy más que nunca en nuestra historia reciente. Pero vayamos por partes.

Tal como se puede ver en la Síntesis de Indicadores Económicos que publica la Secretaría de Estado de Economía, en el apartado 6.23., la Administración Central en los diez primeros meses del año tiene un déficit de caja reconocido 8.000 millones mayor que en 2012. Aquí no se tienen en cuenta los rescates al sector financiero. Respecto a las CCAA, los datos a mitad de año suponen que el déficit ha empeorado levemente, desde 8.156 a 8.166 millones. Finalmente, la Seguridad Social presenta un déficit superior al 1% del PIB solamente enjuagadopor las transferencias masivas del Estado, que se han duplicado hasta alcanzar una cifra ligeramente superior a los 7.000 millones de euros.

Resumiendo, en 2013 –al igual que en 2012- no ha habido austeridad, el déficit final de las Administraciones Públicas superará el 7% del PIB, rozando en realidad el 7,5%. Además del hundimiento de ingresos, ha habido un aumento del gasto público concentrado básicamente en pagar a acreedores extranjeros -el stock de deuda es cada vez mayor y la carga financiera ya es explosiva-, y satisfacer a la presión asfixiante de todos esos lobbies que jamás han trabajado, los muy liberales ellos, bajo condiciones de competencia perfecta. Aún no sabemos el costo real del rescate bancario, factor que ha ayudado a expandir nuestra deuda pública como nunca. Nuestras estimaciones suponen que finalmente superarán el 30% del PIB sin que gerencia ni acreedores hayan asumido las consecuencias de sus actos.

Deuda pública explosiva

Como corolario final, nuestra deuda pública es explosiva. La deuda pública se hace insostenible si durante un período de tiempo largo la carga financiera real de la misma es superior al crecimiento económico real. Y esta es realmente nuestra situación desde 2008. Sin embargo, bajo el actual Ejecutivo se ha disparado más allá de lo normal –véase capítulo 11.5 del boletín estadístico de Banco de España-, pasando de los 737.334 millones de Euros a finales de 2011 a los 954.863 millones a finales del tercer trimestre del año anterior, cifra que se aproximará al billón de euros a cierre de 2013. Se trata de un incremento de más de 250.000 millones de euros en solo dos años.

La situación de nuestro país bajo la actual dinámica es insostenible. Tenemos un volumen de deuda privada y pública que no se va a poder pagar, salvo que pretendamos arruinar las expectativas de vida de los españoles. Lo que empezó siendo un problema de deuda privada ha acabado contaminando definitivamente a la deuda pública. Las dinámicas de ambas están ya fuera de control. Bajo este escenario, quien financió esta deuda, el sistema bancario, es insolvente. Todo se resume en una idea sencilla: no hay dinero para implementar ninguna política económica. Entonces, ¿de qué carajo habla Rajoy cuando se refiere a consolidación fiscal? Espero que nos lo cuente en un próximo episodio del Club de la Comedia.

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