Artí­culo de Alfonso Sastre, dramaturgo

De nuevo el esperpento de Valle-Inclán

Leo asombrada la biografí­a de Alfonso Sastre como dramaturgo, escritor y ensayista y la supuesta inspiración de su obra con figuras consagradas como Bertolt Brecht o Ramón del Valle-Inclán. Para compararlo después con el artí­culo de su puño y letra publicado ayer en el periódico Gara.

La relación la odemos encontrar cambiada y confundida, valle-Inclán utiliza el esperpento y los cristales del callejón del gato para deformar las figuras de los héroes clásicos como imagen para denunciar los aberrantes despropósitos de la España de aquel momento.Él en cambio es la deforme figura reflejada, de un supuesto luchador antifascista y tratado como tal por algunos, devolviéndonos el resultante aberrante. La primera deformación de sus palabras la dan los hechos, este personaje nos habla de unas supuestas palabras de Iturgaiz sobre “fumigar” a los miembros de la formación abertzale Iniciatiba relacionándolo con las “cámaras de gas nazi”, pero lo que queda el palabras lo dan los hechos por los que apenas pasa de puntillas, el asesinato por calcinamiento de Eduardo Antonio Puelles el viernes pasado a razón de una bomba lapa colocada por un etarra en su coche, que hizo explotar el depósito de la gasolina.Para pasar finalmente a analizar la situación fríamente y a amenazar, ya que según él si el gobierno de Patxi López no soluciona negociando este “conflicto político” nos esperarán “tiempos de mucho dolor en lugar de la paz”. Si deciden ir a por nosotros “¡pobres de nosotros pero también de ustedes!”.De la misma manera que había que verter mucha tinta para justificar las atrocidades de la Unión Soviética con su pueblo y los pueblos a los que había que subyugar como respuesta a las agresiones del imperialismo americano. Pero sobretodo, la realidad es contundente, él que se declara luchador antifascista, pero no se juega la vida cada día que pasa. Otros vascos mueren alrededor suyo o viven con la tensión de que llegue el día en que sean ellos, cuando él vive tranquilo y escribe con asidua regularidad en el periódico Gara. Tranquilamente se levanta, y a sus ochenta y pico años tiene una vejez asegurada. Muchos otros jubilados con una pésima jubilación viven con más inseguridad que él.Figura deformada por el fanatismo o por la seguridad consciente de saberse junto a unas pistolas que apuntan a otros. Tan esperpéntico, como el intento de atribuir a las practicas pasadas del Gal la desaparición de de Jon Anza, cuando existe una gran posibilidad de que lo que haya hecho es largarse con el dinero por mutis propio.

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