Muere el dictador Manuel Noriega

De halcón de la CIA a dictador defenestrado

En la larga sucesión de «muñecos diabólicos» de Washington, el declive del ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega es paradigmático. Su rebelión le alejó del «retiro dorado» que le ofrecía la CIA.

«Muñeco diabólico» de Washington, al igual que Hussein en Irak, Noriega en Panamá quiso actuar por su propia cuenta, lo que le valió ser depuesto como dictador y su paí­s invadido. Puesto y depuesto por la Casa Blanca, Noriega fue condenado a 40 años de cárcel por «narcotráfico» en una cárcel norteamericana. EEUU invadió Panamá para detenerlo en 1989.

“Su error fue no aceptar la proposición que le hizo Estados Unidos de elegir un exilio dorado” afirma abiertamente su abogado Frank Rubino. Así­ trata Washington a sus ex dictadores rebeldes.

Agente de la CIA, y ejemplar dictador de Washington cayó en “desgracia” cuando se creyó invencible y se desacató, provocando la invasión estadounidense de 1989.

Noriega gobernó Panamá entre 1983 y 1989, pero su tiempo había terminado. Washington había elegido a Guillermo Endara como sucesor, pero Noriega, rebelándose a los nuevos tiempos “democráticos” proyectados por la Casa Blanca para Panamá, desconoció los resultados de la elección presidencial de 1989. La respuesta de los EEUU fue tan rápida como implacable. Con la conocida como “Operación Causa Justa” el 20 de diciembre de 1989 las tropas norteamericanas invaden Panamá; la excusa es que Noriega es requerido por la justicia norteamericana por el delito de «narcotráfico». Durante la invasión fueron asesinados entre 3.000 a 6.000 panameños como consecuencia de bombardeos en el barrio El Chorrillo, sitio donde se encontraba ubicadas la comandancia del general Noriega. Un genocidio y una feroz invasión imperialista para reconducir un país.

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