Materialismo frente a idealismo

¿De dónde provienen nuestras ideas?

Frente al idealismo propio de las clases dominantes, el marxismo proporciona una posición y un punto de vista materialista, y por ello revolucionario, sobre el estudio de las sociedades humanas. Las ideas sólo pueden proceder de la práctica social, de los tres tipos de prácticas -lucha por la producción, lucha por la experimentación cientí­fica y lucha de clases-. La práctica social es colectiva y está históricamente determinada.

Todas las ideas, sin exceción, tienen su origen en la práctica social, en los tres tipos de prácticas fundamentales:La lucha por la producción: la transformación de la naturaleza en bienes de uso y consumo. La lucha por la experimentación científica: el conocimiento de las leyes objetivas que rigen un proceso de desarrollo de la materia. La lucha de clases: lucha por el poder político para apropiarse de los excedentes de la producción. La lucha por la producción es la práctica básica. Tal y como plantea Marx, la producción de los bienes necesarios para la supervivencia “es el primer hecho histórico”, y no es posible explicarse el desarrollo de la historia desligado de la producción de la vida material. Esa transformación de la naturaleza en bienes de uso y consumo presupone la utilización de instrumentos de trabajo, sometidos a un progresivo desarrollo técnico que marcan, en cada época histórica un desarrollo acumulado de las fuerzas productivas que constituye la base material sobre la que se desarrolla todos los fenómenos políticos, sociales, religiosos… La producción material de la vida es, al mismo tiempo, una realidad económica y social. La lucha por la producción no puede ser jamás un fenómeno individual. Al transformar la naturaleza en bienes de uso y consumo, los hombres establecen un determinado “modo de cooperación”, entablan unas determinadas “relaciones de producción” que constituyen la base sobre la que se levanta todo el edificio social. Porque es la práctica básica, la lucha por la producción es la principal fuente de conocimiento. En el curso de la transformación de la naturaleza en bienes de uso y consumo, el hombre va comprendiendo gradualmente los fenómenos, las propiedades y las leyes de la naturaleza, así como las relaciones entre él mismo y la naturaleza, y, también a través de su actividad en la producción, va conociendo paulatinamente y en diverso grado determinadas relaciones existentes entre los hombres. No es posible adquirir ninguno de estos conocimientos fuera de la actividad en la producción. La práctica social es colectiva y está históricamente determinada. Desde el individualismo burgués es posible concebir la ensoñación de que existe la “practica social individual”, o de que la práctica social es la suma de las prácticas individuales. Como plantea Mao Tse TTung en “Sobre la práctica”: “En una sociedad sin clases, cada individuo, como miembro de la sociedad, uniendo sus esfuerzos a los de los demás miembros y entrando con ellos en determinadas relaciones de producción, se dedica a la producción para satisfacer las necesidades materiales del hombre. En todas las sociedades de clases, los miembros de las diferentes clases sociales, entrando también, de una u otra manera, en determinadas relaciones de producción, se dedican a la producción, destinada a satisfacer las necesidades materiales del hombre”. La práctica social está también históricamente determinada, es decir, se realiza desde un determinado estadio del desarrollo de las fuerzas productivas acumulado a través de generaciones, y en un determinado momento de la lucha de clases también determinado históricamente. Marx extiende el materialismo al estudio de la historia, de las sociedades humanas, abriendo con ello un nuevo campo científico, el materialismo histórico. Y lo construye desplegando un intenso combate a las posiciones humanistas y al idealismo imperante en la filosofía alemana, del que participaban también muchos de quienes se reclamaban del socialismo. Frente a las concepciones idealistas dominantes (expresado en palabras de Marx: “al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo”), Marx establece que “en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Una concepción materialista y dialéctica que permite explicar, desde la misma práctica social, el surgimiento de las filosofías idealistas: “Esta conciencia gregaria o tribal se desarrolla y se perfecciona después, al aumentar la productividad, al incrementarse las necesidades y al multiplicarse la población, que es el factor sobre que descansan los dos anteriores. A la par con ello se desarrolla la división del trabajo, que originariamente no pasaba de la división del trabajo en el acto sexual y, más tarde, de una división del trabajo espontáneo o introducida de un modo «natural» en atención a las dotes físicas (por ejemplo, la fuerza corporal), a las necesidades, a las coincidencias fortuitas, etc., etc. La división del trabajo sólo se convierte en verdadera división a partir del momento en que se separan el trabajo material y el mental. Desde este instante, puede ya la conciencia imaginarse realmente que es algo más y algo distinto que la conciencia de la práctica existente, que representa realmente algo sin representar algo real; desde este instante se halla la conciencia en condiciones de emanciparse del mundo y entregarse a la creación de la teoría «pura», de la teología «pura», la filosofía «pura», la moral «pura», etc”.

Deja una respuesta