Cartas sátrapas desde el paisito (III)

De cuando Euskadi, Catalunya y otros territorios del Reyno de España fueron Francia

Por decreto de 8 de febrero de 1810 de Napoleón I, el Grande –a la sazón, Emperador de los Franceses, Rey de de Italia, Protector de la Confederación de Rhin, Mediador de la Confederación Suiza, etc.-, los territorios españoles a la izquierda del Ebro quedaron anexionados a Francia. El invento duró un tiempito, en concreto hasta que las tropas imperiales tuvieron que salir por patas tras la pajarraca que se montó en los albañales y humedales de la que hoy es capital del paisito vasco (Batalla de Vitoria, también llamada del río Zadorra, 21 VI 1813) y durante este trienio catalanes, aragoneses y vasco-navarros fuimos franceses.

Evidentemente, tal forma choriza de engordar la Grandeur francesa creó un conflicto diplomático entre los parientes Bonaparte, el primero un baranda de armas tomar que había conquistado Europa como quien come pan (Napoleón) y el segundo un mindundi al que su hermano le había puesto a dedazo como rey de España: José I.

No entraré en tales fruslerías pues los patafísicos no nos enredamos ni nos entretenemos con la Historia oficial. Nos interesan más los aspectos chuscos e ingeniosos pero trazaré a trazo grueso el contexto de la movida para demostrar que los sátrapas somos personas instruidas y leídas.

Así, como digo, el país vecino pegó un estirón de muchas hanegas de tierra de sembradura – del más de medio millón de kms. de España los territorios anexionados supusieron poco más de 97.000- con la consiguiente mengua de nuestro país que quedó hasta ser casi grano de anís según alarmistas y exagerados principiando por el propio rey español, José, que se demostró mohíno y quejoso al avenirse a medio enana y contrahecha su recién estrenada patria.

La excusa del hermano espadón era que la guerra con España le tenía hasta el colodrillo imperial -“Una chusma de aldeanos guiada por una chusma de curas», Napoleón dixit- y tenía particular gato a los párrocos de pueblo que se habían tirado al monte en compañía de su feligresía y monaguillos y que se holgaban con grande gusto arcabuceando oficiales y correos franceses desde la cima de agudas peñas y demás abrigados riscos. Ítem más, la contienda suponía a diario un pastizal y ni él ni Francia estaban dispuestos a aflojar más el bolsillo así que a buscarse la vida, los territorios anexionados supondrían unas pelas guapas para aguantar los gastos de la guerra: el IVA sobre el pan tumaca de baretos y ventas catalanas, las entradas para entrar en la catedral y besar los pies de la Pilarica, la exportación de espárragos y alcachofas navarros, el hierro vizcaíno… Y así todo. La idea no era mala, y, obviamente, seamos serios, Napoleón no era un pazguato.

Los nuevos territorios franceses fueron divididos en cuatro gobiernos, a saber: el 1º de Cataluña, el 2º de Aragón, el 3º de Navarra y el 4º fue llamado de Vizcaya y comprendía la actual Comunidad Autónoma Vasca y la poca parte de Santander que los franceses podían arañar a los indómitos cántabros capitaneados por su atrabiliario obispo del que mejor era guardarse las faltriqueras tal era la mala uva que se gastaba el páter. Así, gracias a los franceses, durante un tiempo algunas comarcas linderas de Vizcaya con la actual Cantabria llegaron a formar parte de Euskadi y no quiero dar ideas a los nacionalistas de mi paisito no sea que la montemos con la milonga esa de los derechos históricos a quienes el diablo confunda.

Frente a tales gobiernos se pusieron sendos gobernadores militares que actuaban en nombre del emperador, rey de Italia y toda la retahíla de títulos con los que se adornaba Bonaparte y que eran para aburrir al más pintado de sólo oírlos de corrido.

Me detendré principalmente en el cuarto, el de mi interés -la tierra tira mucho incluso a los jacobinos como yo- y glosaré como mejor proceda y su general gobernador, o, a partir de ahora, primer lehendakari vasco.

Pierre Thouvenot era natural de Lorena e hijo de un modesto carpintero de la zona y una de las mentes más brillantes del imperio napoleónico. Fue ingeniero geógrafo y oficial de artillería formado en la elitista Escuela de Artillería de la Fère (región de Picardía). Operó durante largos años en las posesiones francesas de ultramar y llegó a colaborar activamente como geógrafo y artillero con los insurgentes de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos con tal de hacer la vida imposible a los ingleses, los inveterados enemigos de la gran Francia.

En 1803 en Cap-Français, actual Cap-Haitïen, casó bien con Marie-Victoire de la Croix -atención al dato, al loro- una criolla de inigualable belleza. Posteriormente fue destinado a España y en 1810 con el decreto de marras que he dicho fue nombrado gobernador militar del Gobierno de Vizcaya. En lo que nos interesa, al ser Thouvenot el primero de todos los lehendakaris (como trataré de demostrar a renglón seguido) la primera dama de las primeras damas vascas no fue una destripaterrones de Sukarrieta de mil apellidos vascos como le hubiera gustado a Sabino Policarpo Arana (nombre completo del fundador del PNV) sino una mulata de cintura de avispa, caderas bamboleantes, ojos negros y piel canela que llegan a desesperar a los nacionalistas de mi paisito y alimentar los sueños más húmedos de los que no los somos, sobra decirlo. De seguro que D. Sabino Policarpo se estará revolviendo en su tumba con el cuento y esa es la idea dicho con toda educación y respeto a la memoria del Padre de la patria vasca.

¿Y a santo de qué mantengo que el lorenés Thouvenot fue lehendakari, podrá decírseme? Pues así, a volapluma y sin enrollarme, por unos pocos datos con los que no quiero aburrir: Creó un administración moderna y reformó todo el sistema foral que venía desde tiempos de Maricastraña cuyas leyes y costumbres eran para carcajearse por su insulto a la inteligencia. Creó tribunales de primera y segunda instancia -inexistentes en el sistema foral-, la primera red de bibliotecas públicas del País Vasco y un gabinete de investigación de ciencias naturales (ver ilustración adjunta y su pie de foto), el primer Boletín Oficial del País Vasco (Gazeta de Oficio del Gobierno de Vizcaya) y, lo más importante, un Consejo de Gobierno con vascos afrancesados, probablemente francmasones como el propio lehendakari, suprimiendo de un plumazo los trapicheos y movidas que se traían los mandamases del sistema foral que, conchabados con los curas, hacían y deshacían de espaldas a lo que hoy llamamos opinión pública. En pocas palabras, un Gobierno Vasco como la misma hechura que el actual. ¿Tengo que añadir algo más para mantener lo que digo o lo digo en chino?

Del resto de gobiernos, sobremanera, de Aragón y Navarra, poco sé y de Cataluña sólo decir una cosilla.

Napoleón prohibió que ondeara la bandera española en los territorios anexionados al ser enseña extranjera y en Cataluña permitió la bandera tradicional (la vasca todavía no existía) al lado de la francesa; igualmente obligó a que las publicaciones y comunicados se escribieran en francés y catalán para su mejor entendimiento por los lugareños. Pues bien, cada vez que los patriotas españoles catalanes se topaban con algún payés portador de algún libelo en catalán se lo hacían tragar en seco y le daban tal rastra de sopapos que iba calentito a casa. Todo esto puedo documentarlo a pie de página cuantas veces se quiera con citas de historiadores serios pero paso y porque no quiero atorrar.

Es lo único que les ha quedado a nacionalistas vascos y catalanes de la administración napoleónica, la prohibición de la bandera española en ambos territorios. De resto, nasti de plasti, Lo mío con Napoleón es personal. Me tengo prometido que si nos vemos en otra vida le voy a dar una oblea con la mano abierta que se va a quedar pinga arriba. Perdió la guerra contra el absolutismo y, para más inri y para mi peor, hoy estas letras no estarían aliñadas en mal castellano y peor vizcaíno sino en impecable francés aprendido de Baudelaire, Flaubert y Le Roig et le Noir de Stendhal.

Las guerras mal comenzadas y peor perdidas le dejan a uno una cara de gilipollas…

4 comentarios sobre “De cuando Euskadi, Catalunya y otros territorios del Reyno de España fueron Francia”

  • SERPIENT EL 'PATAFISICO dice:

    Querido tovarich Joseba, también llamado El Rojo: Te agradezco la cariñosa nota anterior sobre mis avellanadas letras sobre esta historia olvidada de nuestro paisito vasco y que me da ocasión para una de mis temidas parrafadas. Aclaremos de entrada una cuestión sobre mis gustos musicales. Efectivamente, me gusta Astor Piazzola pero aviesamente insinúas que ahí se queda el asunto y no es así. También me holgo y relajo, entre otros, con Antonio Carlos Jobim cuando no me hace efecto mi ración habitual de Orfidal (a pesar de doblarla) y con Jacques Brel cuando me atacan mis cada vez más frecuentes ataques de misantropía (además de misoginia) y que el equipo de psiquiatras que me trata mantiene encierra lo que realmente soy: un asesino en serie en potencia contra todo lo que suene a estupidez humana. Podemos llegar a una transaccional en nuestros gustos sobre el yas o jas (o como se diga) con la Avalon Jazz Band, sobremanera estando por medio la coqueta e insinuante Tatiana Eva-Marie cantando Ménilmontant (Charles Trenet) o Zou bisou bisou de Gillian Hills. Igualmente te agradezco que airees mi currículum de delincuente habitual contra fascismos y nacionalismos pero el asunto me aburre y me he metido a patafísico que, creo, es forma original y de a buten para seguir metiendo estopa. Lo que sí me parece de interés es lo que llamas esa Historia distinta a la de esos que “dicen que fueron vencidos y que escondiéndose debajo de una boina esperaron que los huesos de los de siempre dieran en una celda o en la trasera de un muro lindante”. Tú y tu familia de históricos comunistas vascos sois un buen ejemplo de los del lado de acá, no yo que siempre he sido un bocón y provocador. Creo que sería de interés rememorar tu infancia cuando tu casa era refugio habitual de líderes del PC de Euskadi (los hermanos Ibarrola, el llorado Tomás Tueros…) cuando eran perseguidos por la policía política o los veranos de la comuna comunista que montasteis en el caserío de Agustín Ibarrola hasta que fue incendiado por la policía política sin estar vosotros dentro. Se lo propondré a esta publicación y, creo, que los cuadros de Ibarrola que guardas en tu habitación y en tu casa (del tío Agustín, como le llamabais los críos comuneros) pueden ilustrar magníficamente el reportaje. Pediré que desplacen a un periodista serio, no a mí que no estoy capacitado. Salud y larga vida para ti y los tuyos, camarada. Pablo Setién

  • Joseba B "le rojo" dice:

    Señor Director, Directora, ya que no se el genero de la persona que dirige esta sobresaliente revista, me dirijo a usted preguntándome si es usted consciente de permitir un espacio letrado al señor arriba firmante, Pablo Setien a la sazón Pablo Sepient. Ser irreverente, odiado por unos, amado por otros y a este último grupo pertenezco con inmodestia ya que orgulloso estoy de tener su amistad y en lo ideológico estar en el mismo barco, salvo en una cosa, a mi me gusta Duke Ellington y a él el Piazzola, me pasa como a los uruguayos que les gusta el tango ya que el, un argentino muere o sufre. Usted no sabe lo que hace permitiendo a un lector impenitente de buena literatura, de la buena historia, no la contada por los vencedores y de algunos que dicen que fueron vencidos que escondiendose debajo de una boina esperaron que los huesos de los de siempre dieran en una celda o en la trasera de un muro lindante. A este loco se le ocurrió pelear contra la dictadura oficial y contra la menos oficial que señalaba, juzgaba y ejecutaba a quien no llevara la txapela bien en su sitio. Ha fichado usted a un solidario, contestatario, no acrata, nunca se le permitiría yo por Karlos lo juro y le digo mas, jamas se marchó y volviendo otra vez, algunos de nuestros convecinos se les abrirán las carnes de pensar que jamas, nunca hincó la rodilla, salvo en algunas ocasiones de noches de caldos anglosajones y de la estepa rusa, amen. Todos somos humanos.
    Señor Director/a, los acólitos de Poli, si Policarpo ya están tensos y si Poli resucita se mete bajo la lapida con Paco el ferrolano. Con Sepien hemos topado

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